El blog d'en Joan Ferran

4.10.17

FUEGOS ARTIFICIALES Y ALGO MÁS







CARNE DE CAÑÓN


 En toda partida de ajedrez la ubicación de los peones deviene un elemento clave en la estrategia del jugador. Sobre el tablero, muchas veces, el peón suele ser sacrificado para permitir que las piezas nobles alcancen sus objetivos y capturas. La fiel infantería también se usa para bloquear movimientos del adversario e impedir la puesta en práctica de sus tretas. Cataluña vive a día de hoy un momento delicado de su historia. Me duele decirlo así, pero alguien está moviendo los peones sin importarle su sino; o si salta por los aires, hecha trizas, la cuadrícula y el reglamento. 
Nuestra historia nos brinda sorpresas de todo tipo. En este país los líderes anarquistas pueden convertirse en ministros y los sindicatos -supuestamente de clase- pueden refrendar y convocar, al unísono con un gobierno neoliberal, una huelga general cualquier otoño. Todo ello puede suceder sin que nadie llegue a escandalizarse. Penoso, aunque este no sea el tema de fondo que hoy nos ocupa… 
El ex diputado europeo, Ignasi Guardans, utiliza con asiduidad las redes sociales. Suele colocar en ellas pensamientos y frases breves que convidan a la reflexión. Tras los acontecimientos de estos últimos días escribió lo siguiente: ‘Hay cobardes que desde sus despachos han organizado a esos civiles desarmados para lograr sus objetivos políticos frente a la ley y jueces’. Gancho directo a la mandíbula de Puigdemont y Junqueras que suscribo y comparto alborozado. Desde la comodidad de los despachos, y las mullidas poltronas de terciopelo, observan cómo otros defienden, en la calle, letrillas de libertad actuando de peones de una estrategia suicida. Son los que, sin pretender faltar a nadie, se ha dado en llamar ‘carne de cañón’. Sí, son tropa de algarada, figurantes multicolores instrumentalizados para que las viejas elites sigan ahí, culpando a las de allá (también viejas y con pecado). En terminología militar la carne de cañón fue un dicho despectivo usado para designar a aquellos de a pie, generalmente reclutados entre el pueblo llano, que eran utilizados como arietes contra las tropas enemigas. El destino de esas gentes en combate era un salvoconducto hacia la muerte. En la Cataluña de hoy, desgraciadamente, se prodiga también la carne de cañón reclutada entre las clases medias. Es de otro tipo que la de antaño, quizás más ‘espiritual’, sin duda; pero esa carne de cañón disparada es nociva para el libre pensamiento y la convivencia cívica. Mediten un poco por que habita entre nosotros, se alimenta de mitos e intolerancia y no entiende de solidaridades. Nada que ver con el viejo movimiento obrero y popular y sí con las derivas radicales de la pequeña burguesía del siglo pasado. Alejandro Filio, poeta e intérprete mejicano de la Nueva Canción, escribe en uno de sus poemas más conocidos:

“Que solo somos carne de cañón
 para salvaguardar su condición.
 Solamente carne de cañón, o tú o yo, 
 simplemente carne de cañón.” 

 Ya ven amigos; en este país unos son, o somos, carne de cañón y otros merecen ser carne de diván.