MILONGAS, NO GRACIAS
No nos vengan con milongas, lagrimitas, ni villancicos buenistas. En cualquier país europeo un individuo megáfono en mano, encaramado sobre la capota de un vehículo policial destrozado y arengando a las masas es carne de detención inmediata e interrogatorio. En cualquier democracia occidental -que se precie- impedir la labor y la libertad de movimientos de funcionarios públicos, que actúan a las órdenes de un juez, deviene un delito de obstrucción de la justicia. En cualquier parte del mundo excitar, e incitar, a una muchedumbre para que cerque, insulte y vilipendie a las fuerzas de seguridad puede conllevar consecuencias penales graves… ¿O no, amigos? Pero desgraciadamente el nuestro es un país en el que abundan los papanatas, los pijoprogres con mala conciencia, los tibios y los aprovechados. Y mucho me temo que toda esa fauna va a acabar sobreactuando por los platós, jodiendo la convivencia y vendiendo falsas bondades para seguir perpetuándose.
Estamos hartos. A estas alturas de la película no nos vengan disfrazados de demócratas, con las vestiduras rasgadas y coreando la gallineta o l’estaca. Eso ya no sirve y suena kitsch. Cualquier gobernante, con un mínimo de sentido de la responsabilidad, no hubiera permitido jamás que cuatro activistas, y una peña de radicales, marcaran la agenda política del país hasta dejarlo en puertas del colapso.
Digámoslo claro. Los Jordis están en prisión no por exceso de celo de la juez, sino por un conjunto de actuaciones documentadas que, presuntamente, son delictivas. Pero lo peor y más deleznable sigue en el Palau de la Generalitat y campando a sus anchas en el Govern . A esos mandarines del ’procés’ no les importa el hundimiento de la economía, la fuga de empresas ni la desazón que embarga a una ciudadanía que no entiende nada. Son los herederos de los 3%. Bajo una estrella y una bandera han construido un reino imaginario donde todo vale y el discrepante es un traidor. Tarde o temprano habrá que pedirles explicaciones tanto políticas como de otra índole.
Sospecho que los próximos días serán duros y no estarán exentos de tensión política. Los secesionistas, sobre la pizarra y en los documentos incautados por la Guardia Civil, lo tenían todo calculado; cierto, pero quizás olvidaron que muchos ciudadanos son espíritus libres, sienten pasión por la verdad y...
Publicado en elcatalan.es
<< Home