El blog d'en Joan Ferran

17.9.19

SIN INDEPENDENCIA Y SIN IMAGINACIÓN



EL MISTERIO DE LAS CAMISETAS SEPTEMBRINAS 

Nada nuevo bajo el sol, y menos en un septiembre con gota fría. Por fin se ha sabido quien inspiro a los colegas de madame Paluzie el asunto de las camisetas pintureras que se compran en Bon Preu,Vilaweb o los bazares chinos. Dicen que un historiador erudito y enjuto, afín a la causa secesionista, les comentó la argucia empleada por el general golpista, Gonzalo Queipo de Llano, que ordenó a sus tropas desfilar repetidas veces por las calles de Sevilla ataviadas con distintos uniformes; que si de Guardia Civil, que si del Tercio, que si el de regulares… El objetivo no era otro que aparentar una fuerza castrense superior a la real. Y le funcionó el tema al militar de Tordesillas para desgracia de miles de sevillanos. Salvando las lógicas distancias en el espacio y el tiempo, los correligionarios de madame Paluzie llevan desde antes del 2012 gestionando el tingladillo de las camisetas para uso puntual de convencidos, figurantes y maniquíes. El efecto visual en TV3, apuntan, suma adictos a la causa. Un once de septiembre sin un color identificativo deviene para los creyentes una festividad insubstancial, anodina. Nada nuevo, Don Miguel de Unamuno ya dijo que a los catalanes nos puede la estética. Pero no se lo pierdan, hay incluso quien hace colección de ellas por colores y tallas. Visto el éxito continuado del producto los fabricantes de las codiciadas prendas -dado que el personal envejece y se ensancha- prometen para la próxima Diada nuevos tonos y tallas 6 y 7 XXL. El Punt-Avui cuenta que en algún hogar de prole numerosa se están planteando acudir a la Republica de Ikea para adquirir un armario ropero donde guardar los modelitos de años anteriores. También relatan que muchas familias patriotas han aplazado la compra a la espera de que la ANC ultime la lista blanca de los comercios y empresas fieles al talibanato secesionista. O sea que lo de Ikea, de momento, se mantiene en stand by. Al ritual político-emotivo-sentimental se le ha añadido el mercantil. ¡Ah! Y no olviden ustedes el casco amarillo que impide el sentido común y ahuyenta debilidades pactistas. Un articulista de La Vanguardia comentaba que septiembre le daba miedo “por lo que tiene de ‘déjà-vu’ y por las repeticiones de más de lo mismo para no ir a ningún lado”. Palabras cargadas de sentido común las suyas. Ho tornarem a fer han bramado cariacontecidos algunos miles de nuestros conciudadanos en el corazón de la plaza España. Eran muchos, cierto, pero no tantos como otras veces. Aunque eso, a estas alturas de la película, ya da igual. Sí el próximo año los forjadores de quimeras imposibles vuelven a confeccionar camisetas multicolores será porque aun no habrán asimilado que les conviene hacer las cosas de otra forma. No es bueno que un país languidezca de aburrimiento lloriqueando por las esquinas. Quizás el misterio que se oculta bajo las camisetas no es el corazón, la belleza y forma de los cuerpos que cobijan, si no el modus vivendi de unos mercaderes que aspiran a seguir siendo mandarines.