¡LA VIOLENCIA EXISTE, IDIOTA!
Que no nos vengan con milongas ni lloriqueos de tango triste. El personal sabe que detrás de los ‘istas’ (socialistas, anarquistas, falangistas, islamistas, independentistas etc.) existe un santoral con personajes ilustres y admirados, pero también un listado de malditos e innombrables. Alrededor de corrientes de pensamiento e ideologías se han dado cita desde grandes filántropos hasta sátrapas despreciables. No creo que sea necesario poner ejemplos. Un somero repaso a la historia de la humanidad y sus protagonistas dan fe de lo que les expongo. Por ello uno no puede más que asombrarse cuando en la pantalla del televisor aparecen individuos, como Quim Torra o madame Paluzie, afirmando con descaro que el independentismo es pacífico y pacifista por antonomasia. El espíritu violento vive en los demás y, sobre todo, en la pérfida España y sus gobiernos. Oigan, pues no. En el independentismo hay y hubo de todo como en botica. Entre sus filas descubrimos tanto a un místico Xirinacs como a los hermanos Badía; tanto a los fachas militaristas del Moviment Identitari Català como al más paciente y pacifico militante de base del maltratado PDECAT… Y lo mismo digo y hago extensible a otros ‘ismos’ y ‘istas’ de los que ya hablaremos otro día con detenimiento.
Algunos escribas a sueldo y voceros del independentismo irredento han jugado estas últimas semanas a difuminar la condena de la violencia, sin darse cuenta que su actitud pude convertirse en un boomerang que les acabe golpeando sin piedad. A estos predicadores del secesionismo nadie les ha instado a que anatemicen a personas que se hayan sujetas a investigación judicial. Nadie, tan sólo se les ha sugerido una condena genérica de la violencia como método de combate político. Gabriel Rufián lo ha hecho sin renunciar a su credo y eso le honra, otros no tienen la gallardía suficiente que se le supone a un representante de los ciudadanos. El sectarismo nubla la razón convirtiendo al hombre civilizado en un cretino.
Se avecinan tiempos difíciles en los que la convivencia va a peligrar aún más. Si los que ostentan la más alta representación institucional de Cataluña en lugar de sosiego transmiten ira, estamos apañados. Quim Torra tiene en su haber demasiados despropósitos políticos y multitud de excesos verbales. Vienen curvas peligrosas. Ha llegado el momento en el que es preciso exigir al President que recapitule y frene antes de que sea demasiado tarde.
Dicen que a Torra le gusta leer a los clásicos. De ser así recordará sin duda aquella máxima de Sófocles que dice: “Cuando la violencia de las pasiones mengua y su fuego se amortigua, el hombre se ve libre de un pelotón de tiranos”
Libérese de sus tiranos President.
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