El blog d'en Joan Ferran

10.6.20

UN POCO HARTOS DE TANTA TONTERÍA...





MISCELANIA CATALANA 

El nacionalindependentismo tiene un serio problema: Pilar Rahola se ha fracturado un brazo al tropezar con un separador de carril bici, y el percance genera en las redes sociales una trascendental polémica patriótica. Es público y notorio que esos cachivaches pegados al asfalto son obra de conspicuos izquierdistas y constitucionalistas desalmados. También es obvio que la periodista de marras cumple estrictamente con las normas de civismo y sólo cruza la calle por los pasos cebra, ergo, en la caída hay gato encerrado. El nacionalindependentismo tiene un serio problema de nostalgia: Convergentes, pelotas y pesebristas de toda la vida felicitan a Jordi Pujol, en su noventa aniversario, sin aguardar algo tan castrista como que la historia le absuelva. La tele del régimen, que nunca ha diseccionado el fenómeno del 3%, monta un programa de blanqueo del ex president que sonrojaría hasta a un saco de harina. Algunos irredentos de la causa pujolista, incluso se plantean encargar al Institut de Nova Història un estudio negacionista sobre la herencia del abuelo Florenci, a lo Pio Moa. El nacionalindependentismo tiene problemas relacionales con la justicia: Lluís Millet pide un indulto, mientras Ferrovial recibe, de nuevo, unos cuantos milloncitos del Govern de la Generalitat. Laura Borras tiene la desfachatez de afirmar que lo suyo con los tribunales es otra jugarreta de las cloacas del estado contra el cosmos secesionista. El nacionalindependentismo no cuadra los números: Torra se queja, pero la milonga es tan habitual que ya no cuela la cosa. La ANC medra en Cáritas, pero no para recuperar camisetas del procés usadas sino para otros menesteres. Como que en Cataluña hay pasta por un tubo, el país puede permitirse asignar sueldos de lujo a personajes tan imprescindibles como el Síndic de Greuges, el presidente del CAC, o el director de TV3 ; a saber: 130, 116 y 110 mil euros anuales respectivamente. ¡Ah! y como que eso podría generar agravios comparativos, el ejecutivo catalán ha decidido subir el sueldo a los altos cargos un 2%, y también las pensiones de los ex presidentes. Y en medio de esta atmósfera decadente e irrespirable que los apoltronados quieren dilatar en el tiempo Nissan se va; el Govern -por desgracia- se queda.