'HERIBERT' RIBÓ
De un tiempo a esta parte parece que ya nadie es quién era. Todo es tan volátil que el de izquierdas aparece a la derecha y los de derechas sacan la cabecita por la ventanilla de la izquierda. Tiempos líquidos que diría el pensador. Tiempos de cambio y zozobra que diría un sociólogo a la búsqueda de respuestas a tanta mutación. Algunos analistas sostienen que muchos votantes deciden el sentido de su voto al entrar en el colegio electoral. Quizás si, quizás esta sea la característica de un tiempo preñado de cambios profundos y fragmentación sin parangón. Pero donde la cosa riza el rizo es en las palabras proferidas por la boca de algunos de los grandes ‘instalados’ en el pesebre catalán. Dicen que Rafael Ribó viene de de aquella izquierda crítica y justiciera que intentaba devolver a la ciudadanía el orgullo de vivir en democracia camino de conseguir mayores cotas de justicia social. Dicen, dicen, dicen… Lo dudo. Oír a Ribó ante Cuní justificar listas de espera y un funcionamiento anómalo, o deficitario, de la sanidad pública catalana a causa de los que vienen de otras comunidades no es de recibo, es una canallada. Si, una canallada que le iguala a aquellos xenófobos que gritan: ¡Primero los de aquí!. Una canallada que le alinea con las tesis que en su día defendió un Heribert Barrera que poco tenia de izquierdas y si mucho de racista. Es un secreto a voces, últimamente Ribó se ha caracterizado por unos posicionamientos políticos, y unos informes como Síndic de Greuges, que nada tiene que ver con la imparcialidad que se le supone al cargo que ocupa. La deriva nacional-conservadora del viejo comunista no tiene fin. Por cierto amarrado a una poltrona con cargo caducado y con demasiado trasiego viajero sin justificar convenientemente..
<< Home