El blog d'en Joan Ferran

30.11.21

TODOS LOS FACHAS SON IGUALES



 UNIVERSIDAD:  ¿CON O SIN IRA?

 

Cuando en la universidad un vociferante grupo de energúmenos intenta interrumpir y boicotear un acto político democrático,  uno tiene la sensación de haber vivido con anterioridad esas anómalas e indeseables circunstancias. Cuando en el supuesto santuario de la docencia, y del pensamiento libre, una colectivo de estudiantes constitucionalistas (S’ha Acabat! )  es hostigado, insultado y agredido por una turba de intolerantes, es que tenemos un problema serio de convivencia y autoridad académica. Estamos ante un conflicto que no presagia nada bueno. Detectamos unas actitudes violentas que guardan muchas similitudes con las que solían practicar los falangistas del Sindicato Español Universitario (SEU).  Este sindicato estudiantil de inspiración fascista -creado en 1933 en Madrid e impulsado por José Antonio Primo de Rivera y Julio Ruiz de Alda- nació con una misión propagandista, pero también con el objetivo de ‘aplastar’ a la mayoritaria Federación de Estudiantes Escolar (FUE). Entre 1933 y 1936 el SEU protagonizó múltiples acciones violentas, acosos y altercados sangrientos que llegaron a causar la muerte de varios jóvenes de distinta ideología política. Así las cosas, en enero de 1934, los activistas del SEU participaron en el asalto a un local de la FUE que se saldó la muerte de un estudiante de medicina. Luego llegaron las represalias; uno de los fundadores del sindicato falangista, Matías Montero, moriría acribillado mientras repartía propaganda por las calles de Madrid.   No pretendo ser tremendista y mucho menos agorero; pero sí, en cambio, me gustaría resaltar las grandes similitudes existentes entre la práctica agitativa de los estudiantes falangistas de 1933 y los supuestos antifascistas que alborotan hoy la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB). Recapitulemos y comparemos: Unos y otros arremeten contra partidos y colectivos democráticos impidiéndoles ejercer la libertad de reunión y expresión. Aquellos aprendices de fascista del 33 despreciaron y atacaron la legalidad republicana; los ‘antifascistas’ de la UAB maldicen el juego democrático y la legalidad constitucional vigente en España. Ambos articulan sus acciones alrededor de una mística nacional-patriótica excluyente no exenta de una retórica ampulosa; se envuelven en una bandera que consideran que les confiere licencia para anatemizar; emplean, sin reparos, la violencia verbal o física. Queda claro que casi todos los nacionalpopulismos, de derechas e izquierdas, parten de atmósferas y genes con características similares. El SEU fue ilegalizado por el gobierno de la República en 1936; en la actualidad nadie sabe cuando la autoridad competente será capaz de garantizar la normalidad en las universidades catalanas.

En el Teatro de la Comedia de Madrid, José Antonio pronunció la famosa frase : “no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y las pistolas cuando se ofende a la justicia o a la Patria”. Los encapuchados que en Cataluña gritan: ’Pim, pam, pum, que no en quedi ni un’ en el fondo no son más que un grotesco remake con esteladas del peor pensamiento joseantoniano. Tras los acontecimientos de la UAB nadie comprende las trabas sistemáticas a las actividades de los grupos y partidos constitucionalistas que emanan de algunos rectorados. Para que la ira abandone los campus universitarios urge que las autoridades académicas estimulen y protejan el ejercicio de las libertades de expresión y reunión. Para mejor ocasion dejaremos declaraciones, como las de aquella vicerectora de la UPC, que soñaba con  contenedores ardiendo y aeropuertos colapsados. Anhelamos una universidad democrática en paz, libre y sin ira.

23.11.21

CASADO SE METE A ACTIVISTA AGRARIO

 

CASADO NECESITA UN TRACTOR 



 Hay programas de radio y televisión a los que les encanta convertir la información política en espectáculo y los desastres naturales, como la erupción del volcán de La Palma, en una novela de suspense por entregas. El culto al tremendismo informativo nos acompaña mientras, en la esfera política, las reacciones en tiempo real cada día ocupan mayor cuota de pantalla que los análisis reflexivos y sosegados de los especialistas. Así las cosas ya no nos extraña que en un programa de televisión de gran audiencia, los tertulianos discutan a cara de perro sobre la naturaleza de las manifestaciones del metal en Cádiz, de la movilización de los camioneros prevista para las fiestas navideñas o del enojo que muestran los agricultores y ganaderos por la caída de los precios de sus productos. Entretenidos desde una óptica despreocupada en determinar si unas acciones son de matriz obrera o de inspiración patronal, los discutidores obvian la gravedad de los problemas que comienzan a sacudir la política española. Algunos aun estan empeñados en establecer si los actores del conflicto son galgos o podencos, cuando lo que urge es, si de veras se ama al país, arrimar el hombro para buscar soluciones. Desgraciadamente preocupa más la forma que el fondo. La calle bulle y la oposición de derechas al gobierno de Pedro Sánchez va a utilizar todo cuanto esté a su alcance para torpedear la accion del ejecutivo. Poco les importa si la causa de los problemas proviene de una situación internacional compleja o de elementos exógenos al gobierno. Para VOX y el PP de Casado todo vale para desgatar al adversario, aunque la ciudadanía se desmoralice ante el guirigay parlamentario que llega trufado de verborrea gratuita. Se avecina un final de año tenso en la calle y en el Congreso de los Diputados. La inflación, el precio de la energía, de los alimentos, el carburante y el temor al regreso del virus caldean los ánimos y alteran algunas de las previsiones del gobierno de izquierdas. Las organizaciones policiales estan preparando una protesta masiva aliñada con un claro y manipulado trasfondo político. El calendario de movilizaciones sociales es denso y extenso y el conflicto territorial vinculado a la financiación autonómica está presente. El lema elegido por las principales organizaciones agrarias al anunciar sus acciones de protesta a nivel nacional es: “El campo español vuelve a las carreteras”. Para colmo de males Pablo Casado, haciendo gala de un oportunismo desmedido, se subió en Ciudad Real al Tractor Amarillo de la canción para afirmar: ”Vamos a estar con vosotros en la calle”. Hay quien piensa que este arrebato agitativo del dirigente popular es un intento de acallar las invectivas de Cayetana Álvarez de Toledo, el glamur desafiante de Isabel Díaz Ayuso y los últimos coletazos del la trama Gürtel. Algunos políticos españoles parecen haber olvidado cual es el lugar institucional que les corresponde respecto a los movimientos sociales. Pablo Casado, llamando a los agricultores a salir la calle, emula al Quim Torra que cortaba autopistas y legitima que ‘Kichi’, el alcalde de Cádiz, pueda afirmar :”Hemos tenido que meterle fuego para que en Madrid se fijen en nosotros”. A Pablo Casado parece que no le importe que todo arda. Sueña con capitanear una caravana de tractores avanzando sobre la Moncloa pisando neumáticos calcinados.

EL JARDINET DELS GATS....BUENA GENTE

 

EL MERENDERO DE LA GARDUNYA 




 El escritor y periodista Paco Candel supo narrar como nadie la diversión y los momentos de ocio de la clase obrera de la Gran Barcelona. Él nos contó que en los alrededores de los merenderos de Las Planas, en plena sierra de Collserola, “hay de todo; aquello es ‘Jauja’”. Huelga decir que, en tiempos de la República, centenares de trabajadores celebraban allí el primero de Mayo. Hoy en los parajes que describiera Candel, el balanceo de los pinos sigue agitando el humo de las barbacoas para solaz y disfrute de los visitantes. Pero en el corazón de Barcelona nada es Jauja. En la plaza de la Gardunya, tras el mercado de la Boqueria, se ha improvisado un punto de encuentro de turistas hambrientos y trotamundos sedientos. Vecinos y comerciantes se quejan del uso inapropiado de ese espacio público y han bautizado la plaza como ‘El merendero de la Gardunya’. Dicen que el Ayuntamiento tiene previsto derribar edificios para adecentar la zona; cierto, pero aún no ha sido capaz de explicitar cómo va a garantizar el mantenimiento de la misma, ni cual es el futuro del ‘Jardinet dels Gats’; una entidad de voluntariado, ésta, sin ánimo de lucro dedicada a la protección y control sanitario de gatos callejeros. Un colectivo humano que realiza una encomiable labor pedagógica y social con personas mayores y adolescentes con problemas. En la ciudad no todo es piedra, transporte y movilidad. Proteger actividades ciudadanas solidarias es una obligación de las administraciones.

EL GOVERN NO SABE LO QUE HACE










MOSSO POR UN DÍA


 ¿Procede un debate sobre el modelo policial catalán, sobre el significado de servir y proteger a la ciudadanía? Es obvio que sí. Pero permítanme, antes de situar el tema, una pequeña escaramuza por el universo de las boutades. Les propongo un ejercicio, un juego, mental. Cierren los ojos y métanse por unas horas en la piel de un mosso de escuadra. Vístanse de uniforme y carguen con el utillaje reglamentario. Dispónganse a recibir ordenes para proteger, por ejemplo, el acceso al Palau de la Generalitat. Imaginen que una manifestación, con cara de pocos amigos, se aproxima al cinturón policial y le mientan a su madre, le escupen en la cara, le tiran huevos, le insultan y, como colofón, lo rocían con pintura o le lanzan fluidos orgánicos repugnantes. Y así durante un par de horas en las que usted ha de callar sin poder reaccionar, ni tampoco defenderse hasta que lo determine el mando correspondiente. Fin del ejercicio mental. Descansen un rato. Ahora les propongo cambiar de cuerpo de seguridad y les emplazo a meterse en la piel, y bajo la gorra, de un policía local. Unos vecinos, vía telefònica, reclaman la presencia de la guardia urbana. Una muchachada ha ocupado un tramo de calle, los gritos impiden a los residentes conciliar el sueño, los lateros hacen negocio y algun que otro amigo de lo ajeno entra en acción. Hay peleas multitudinarias. Usted llega al lugar para atender el requerimiento de los vecinos afectados y su coche patrulla acaba zarandeado, convertido en diana para los lanzadores de botellas de cerveza. LLegan refuerzos, identifica a unos de los revoltosos y éste se cachondea en su cara asegurándole que, aunque lo detenga , el juez lo dejará ir en un par de horas. Fin del segundo ejercicio mental. Vuelva a casa. Ya se ha salido de la piel del mosso y ha colgado la gorra de policía local. Descanse, relájese. Conecte la tele e intente evadirse mirando una serie. ¿Por qué esta recomendación? Porque tras haber compartido, aunque sea mentalmente, las vivencias de los miembros de los cuerpos de seguridad le puede dar un espasmo cuando el Telenoticias le informe que se ha creado en el Parlament, una comisión para ‘auditar’ el funcionamiento de las fuerzas de seguridad. Y sí la caja tonta, además, le notifica que esa comisión va a estar presidida por una capitoste de la CUP, usted quizás llegue a la conclusión de que el mundo se ha vuelto loco. Preso de angustia vital, igual echa mano de hemeroteca para comprovar si los miembros de ese grupo radical apedrearon las cristaleras de medios de comunicación, amedrantaron a políticos o aplaudieron el intento de asalto de la comisaría de los mossos en Vic. Terrible. No crean que estoy abogando por una policía con métodos coercitivos y fuera de control propios de otras épocas y lesivos para el ejercicio de las libertades. Nada de eso. Abogo por un análisis sensato acerca del modelo policial que precisa nuestra sociedad. Seguramente por ello no me parece conveniente que una persona tan significada por su hostilidad hacia los cuerpos policiales, como Dolors Sabater, presida la comisión de marras. Ni la CUP, ni VOX, atesoran suficiente ‘comportamiento democrático’ para gestionar con solvencia una comisión parlamentaria de ese tipo. Las policías de medio mundo tienen ante sí el reto de adecuar su estructura organizativa y su praxis a los cambios sociales, tecnológicos, económicos y políticos. Garantizar la legitimidad de la accion policial en una sociedad cada vez más fragmentada es todo un reto; como también lo es el dar respuesta a las nuevas demandas y exigencias sociales. La lucha contra la violencia de genero, las drogas, los delitos informáticos o la trata de seres humanos reclama una atención especial. Debatamos sin temor sobre todo ello, definamos por qué modelo policial optamos, pero hagámoslo siempre con rigor, apoyando a nuestras fuerzas de seguridad sin ningunearlas. Lo necesitan. A más de uno/a le convendria ponerse en la piel de un mosso, aunque fuera tan solo por una hora.

Y CONTINUAN CON LO MISMO

 

OTOÑO A LA CATALANA 




 Lo confieso, estoy apesadumbrado y algo apático. Dicen los entendidos que en otoño este estado de ánimo está provocado por una alteración de los ritmos vitales, o circadianos, que tienen que ver con la reducción de horas solares y los tiempos de sueño y vigilia. Pero no, mi desánimo no guarda relación alguna con la caída de la hoja o el descenso de la temperatura. Lo mio viene provocado por lo que es capaz de generar este país en el terreno de los despropósitos. A uno le sorprende que Jordi Pujol, el viejo patriarca del nacionalismo conservador, reaparezca en escena para afirmar que, en su día, él también se apuntó al Concierto Económico Vasco. Lo cierto es que en Madrid solo sonó el txistu, y los de PNV cuentan que la gralla del ex president no se oyó. Pero para afirmaciones gratuitas, e irresponsables, las de un diputado de Junts en el Parlament de Cataluña argumentando que ‘estamos en guerra’ (contra España por supuesto). Desesperante la verborrea para autoconsumo que se gastan los independentistas que andan a la greña peleando por el liderazgo del movimiento. Así no vamos a ninguna parte ni restañamos heridas. Por si ello fuera poco, como ciudadano de a pie, he de soportar el mantra que repite: ’los catalanes no tenemos Rey’. Aunque la perorata sea inútil, esta se oye cada vez que un Borbón acude a un acto, o inauguración, en territorio catalán. Y todo este folclore viene inspirado por una corte en el ‘exilio’ en la que el reyezuelo, y los bufones, dan suelta a disparatadas ocurrencias políticas para mantener la moral alta en el seno de un secesionismo desnortado. Mientras tanto en Barcelona, bajo la crinolina de Laura Borràs, se adultera sin rubor la historia de la Assemblea de Cataluña y, un par de supuestos humoristas manifiestan deseos lúbricos con reinas e infantas... Penoso. Insisto, lo mio no es chagrin d´ amour sino enojo cívico. Enojo y cabreo cuando contemplo como el President de la Generalitat comete la torpeza de hacer la pelota, innecesariamente, a la CUP en el tema presupuestario; o como algunas formaciones políticas estan dispuestas a ‘sugerir’ a las fuerzas de seguridad que hagan frente al fuego de los alborotadores con buenas palabras y flores. Patético. La ensalada política catalana está sazonada con especies tan deprimentes como irritantes. Y lo cierto es que algunos de sus protagonistas principales sobreviven en ella incapaces de salir del bucle melancólico. La guinda del pastel la pone un empecinado Jordi Cuixart que llama a los patriotas al sacrificio y la inmolación, sin que sus colegas le enmienden la plana. Para colmo del esperpento, en esta Cataluña del lagrimeo y fantasías, para un diputado es más difícil conocer el salario que cobra Pilar Rahola en TV3 que averiguar la formula secreta de la Coca-Cola. No me digan que no hay motivos para la tristeza y el abandono. Pero demos tiempo al tiempo y no perdamos la esperanza. El Govern de Cataluña está ante una encrucijada. Ha de decidir si toma el camino de la centralidad que conduce a la normalidad y al sosiego político, o si opta por el de una radicalidad que conduce al desconcierto y al caos. Si amigos, hace falta mucha paciencia para sobrellevar con buen humor la atmosfera viciada de esta Cataluña cansina y otoñal.

JOAN FERRAN, JULI BUSQUETS, ANTONIO SANTIBURCIO Y ISIDRE MOLAS

 


JULI BUSQUETS, LA UMD Y LA UME 



 Cuentan por ahí que la historia la escriben siempre los vencedores. Seguro que sí, pero desgraciadamente no se explica el modus operandi y las estratagemas de sus manipuladores más sibilinos. Sí, esos que andan empeñados en ocultar personajes por entender que carecen de pedegrí, por no ser ‘pata negra’. Me explicaré. A los creadores del universo simbólico nacionalista catalán no les es útil la reivindicación y el recuerdo de determinados actores intervinientes en la historia del país. Pienso, por ejemplo, en el coronel de la Guardia Civil Antonio Escobar, militar conservador y ferviente católico que al frente de columnas de la benemérita, contribuyó a abortar la sublevación franquista en Cataluña. Nombrado general por el gobierno de la República murió fusilado por los insurrectos en el foso del castillo de Montjuïc. Pienso también en el general José Aranguren y en otros muchos demócratas asesinados. Esos mismos que difuminan la semblanza de estos militares leales a la República son los que suelen banalizar el papel jugado por el sindicalismo y los partidos de izquierda en julio de 1936. No les interesa su puesta en valor, no son parte integrante de su paradigma identitario. Afortunadamente algunos medios de comunicación como RNE, e historiadores y biógrafos como Daniel Arasa o Jesús Narciso Núñez, se han esforzado en recuperar la memoria de algunos de estos prohombres orillados en el relato procesista. Con Juli Busquets pasa algo parecido. Hace veinte años que murió y convendría recuperar su legado político. Militar nacido en Barcelona, sociólogo, profesor universitario, autor de libros y estudios sobre el estamento militar y la historia de la guerra, diputado en las Cortes Generales... Una vida y una personalidad, la suya, digna de estudio que los cultivadores de las esencias ‘patrióticas’ nunca han glosado ni glosarán. Seguramente no les agradó el contenido de su ‘Sociologia de las nacionalidades’. Quizás por ello, ahora que algunos siguen obviando las cosas que unen, es importante rescatar acciones y decisiones que jugaron un rol importante en la historia de España. Juli Busquets fue unos de los fundadores de la Unión Militar Democrática el 1 de septiembre de 1974. Junto a tres comandantes y nueve capitanes constituyó en Barcelona el grupo embrionario de la organización. Su posicion crítica respecto al papel del ejército le llevó a prisión; pero tanto él, como sus compañeros detenidos y juzgados en consejo de guerra, fueron los inspiradores primigenios del cambio democrático en el seno del ejército español. Iría bien para desmemoriados y relativistas que alguna institución recuperara esos pasajes de nuestra historia más reciente. Permítanme la interrelación entre las siglas UMD y UME (Unidad Militar de Emergencias). Se que a Juli Busquets -mi profesor de Historia de la Guerra en la UAB- no le molestaría el emparejamiento. Cuarenta siete años después de la creación de la UMD, el ejercito español pasea con orgullo la UME por todo el país. La vemos actuando, con un tacto y una profesionalidad exquisita, entre las coladas volcánicas de la isla de la Palma; los hemos visto pelear hasta la extenuación contra el fuego en la malagueña Sierra Bermeja; los vimos efectuando labores de desinfección en residencias de ancianos con motivo de la Covid. Creo que este es el ejercito que Juli Busquets y los fundadores de la UMD soñaron para España. Unas fuerzas armadas que, bajo los auspicios de la NNUU, contribuyen a garantizar la paz en diferentes lugares del mundo. Pero ¡Ay! A los guardianes de las esencias no les interesa lo común que une sino la particularidad que, como excusa, separa. Es una pena.