El blog d'en Joan Ferran

20.3.16

SOBRE EL DERECHO A OPINAR






PARLON Y EL ARTE DE RUMIAR 

Recurro una vez más al Diccionario de la Lengua Española que homologa la Real Academia. En esta ocasión pretendo consultar los diferentes significados y acepciones del verbo rumiar y, por extensión, el de palabras como rumiante o rumiador. Reconozco que el motivo de mi consulta nace inspirado por la aparición, en los medios de comunicación, de unas declaraciones de la alcaldesa de Santa Coloma, Nuria Parlón, a la que aprecio y admiro. Confieso que en su día me llamaron la atención sus advertencias respecto a las negociaciones de Pedro Sánchez con otros líderes políticos españoles. Y, más recientemente, su ritornello sobre esa ambigüedad política que hemos dado en llamar derecho a decidir.
 Nuria Parlón tiene todo el derecho del mundo a manifestar y posar con sus opiniones. ¡Claro que sí, faltaría más! Tanto es así que los demás también tenemos derecho a teorizar sobre el don de la oportunidad y pensar que tras los mensajes hay truco, o un ‘déjà vu’ de triste recuerdo. 

El susodicho Diccionario de la Real Academia no acostumbra a defraudar. La palabra ‘rumiar’ contiene tres definiciones. Una de ellas es trascrita como rezongar, refunfuñar a lo que se manda ejecutándolo de mala gana.
La segunda definición es la que más me place; considero que es la que deberían practicar la gente con responsabilidades de dirección política y es: Considerar despacio y pensar con reflexión y madurez.

Por último una acepción que se prodiga en exceso en los debates políticos: Masticar por segunda vez, volviéndolo a la boca, el alimento que ya fue digerido. 
Pues bien, respecto al llamado derecho a decidir, tanto el PSC como el PSOE hace tiempo que tomaron posición. Pretender volver a la casilla de salida, masticar nuevamente el guiso, podría devenir indigesto y nocivo. 
 Mi amiga Nuria Parlón -si cumple lealmente sus deberes y obligaciones ejecutivas- tiene todo el derecho a opinar lo que le plazca y apostar por lo que crea oportuno. Obvio, tan obvio como que los demás también podemos explicar las inconveniencias y problemas de posar antes de hora. 
Hace unos meses pasamos pantalla y hoy no queremos vuelta atrás. Renovación y futuro no implica adoptar el criterio de los competidores sino conseguir que el tuyo sea valorado.

11.3.16

                                             
                                                           UN MÁSTER PARA COLAU 

Sospecho que la mirada de la alcaldesa Ada Colau, y la de sus amigos, va mucho más allá del lado mar de la plaza Sant Jaume. La que en otro tiempo se disfrazo de heroína ‘Supervivienda’ – para denunciar el timo de las hipotecas- hoy sueña en convertirse en un referente totémico para la nueva izquierda. Colau pontifica sin rubor sobre política catalana y española, bendice y maldice pactos e investiduras. La alcaldesa,obviando su rol de representación institucional, se permite el lujo, en un acto público, de criticar agriamente a la ministra Pastor. Precisamente a Ana Pastor, la única ministra que junto al conseller, Santi Vilà, fue capaz de tejer acuerdos y complicidades entre los gobiernos de Cataluña y España. Llegados a este punto, y tras los encontronazos de Colau con la Iglesia, la Monarquía o el Ejército, creo alguien debería recomendarle que se matricule en un máster sobre Relaciones Institucionales y protocolo. No para que cambie de ideología, sino para que aprenda a relacionarse. Por cierto, en este país si una institución ha sabido adecuarse a la democracia, esta ha sido el Ejército. 
Hay quien opina que el postureo colauiano no es más que una huida hacia adelante para ocultar su ineficacia en el terreno de la gestión. El ‘top manta’, las políticas de seguridad, el tema turístico, la cultura sin norte y mil cosa más justificarían esta apreciación. Quizás si, pero ello no implica que sus aspiraciones, y las de sus correligionarios, no vayan más allá del mundo municipal. La propuesta de Ada Colau de crear un partido -donde aglutinar formaciones y colectivos a la izquierda del PSC- se diseña con una voluntad inequívoca de convertirse en fuerza hegemónica y gobernar todas las instituciones del país. 
Algunos hablan de la alcaldesa de Barcelona como una nueva ‘Evita’, encandiladora de masas, alrededor de la cual construir un movimiento... Parece ser que Ada y los suyos tienen prisa. La legislatura catalana podría ser corta y en tiempos de zozobra o desorientación quien coloca bien las fichas y los tótems puede vencer.
 ¿Legitimo todo ello? Claro que sí, pero insisto: A la alcaldesa activista no le iría mal matricularse en un máster sobre Relaciones Institucionales y protocolo. Hay que saber ser…y estar.
Articulo publicado en Catalunyapress :

8.3.16

MARIANO Y EL PERRO DEL HORTELANO






MARIANO Y EL PERRO DEL HORTELANO


 Mariano huele a pasado, a personaje del Siglo de Oro español, a seguidor enfermizo de las comedias palatinas de enredo. En su empeño por ridiculizar y descalificar a Pedro Sánchez citó al Perro del Hortelano que inmortalizara Lope de Vega en el siglo XVII. Sí, aquél que no come y tampoco deja comer. ¡Pobres canes! Además de llevar una perra vida son usados sin miramientos, no sólo como insulto, si no como sinónimo de bajeza, desorden moral o mal hacer.No es la primera vez, ni seguramente será la última, que esta noble especie animal ha sido usada como humillación dirigida a terceros. Aún recuerdo un día, no muy lejano, en que Oliver Stone afirmó que Jose María Aznar era el perro faldero de Bush… 

 ¿Y qué me dicen ustedes de la expresión perroflautas? Tras las manifestaciones y acampadas del 15M el término perroflauta –aunque ya se utilizaba con anterioridad- se popularizó aún más para referirse a personas con aspecto desaliñado o indigente. Lo lamento señores, pero el animalista que llevo dentro me impide usar sustantivos compuestos como arma arrojadiza contra mis adversarios políticos. Para muestra un botón: He observado en el debate de investidura mucha rabia y odio dirigidos a terceras personas, pero a un servidor de ustedes nunca se le ocurrirá calificar a nadie, por ejemplo, como ‘perro rabioso’ aunque lleve cola. Tampoco me parece correcta la expresión de que el debate se realizó “a cara de perro”. Resumiendo. Triste ocurrencia -poco imaginativa- la de Mariano Rajoy, al citar El perro del Hortelano… 
Juan Ramón Jiménez, nuestro premio Nobel de literatura, tuvo en su día la valentía de llamar las cosas por su nombre. Afirmo que matar por placer o gratuitamente un animal era un asesinato. En “El perro sarnoso”, capítulo de Platero y Yo, nos invita a contemplar el reino animal desde una nueva sensibilidad no instrumental. Reléanlo y lo comprobarán. Ya no basta con no matar se impone también citar adecuadamente.
 Mientras tanto, amigos, volvemos a la casilla de salida del juego…¡de la Oca!

Articulo versión catalana en www.catalunyapress.com