El blog d'en Joan Ferran

27.6.19

POR QUE TIENE CRITERIO.....






SALVAD AL CIUDADANO VALLS 


Los que peinamos canas y hemos sido cocineros antes que frailes podemos permitirnos algunas disquisiciones, licencias u opiniones que, en boca de políticos en activo, serían motivo de polémica no exenta de consecuencias y malos rollos. Cierto, pero especular tiene su gracia y cuando lo que se pretende es ordenar el patio en beneficio colectivo todo se puede perdonar. Soy de los que piensa que el socialismo catalán, si aspira a ser tan transversal como afirma querer ser, debería ofrecer a Manuel Valls una pista de aterrizaje que le permitiera -con el tiempo de adaptación que fuera necesario- volver a la galaxia de la socialdemocracia de la que afirma no haber salido. Valls ha dado sobradas muestras de valentía y buen criterio político, otros de conveniencia y transfuguismo barato. De no ser por él en estos momentos Barcelona estaría gobernada por un caprichoso resentido en horas bajas capaz de justificar escraches, insultos e improperios contra sus adversarios. De no ser por la contundencia de Manuel Valls, respecto a VOX, algunos aun estarían vendiéndonos la moto de que los de Abascal son, en el fondo, simplemente unos demócratas excesivamente escorados a la derecha. Repasen ustedes los discursos efectuados en la ceremonia de proclamación de Ada Colau como alcaldesa y comparen… Valls dice lo que piensa y reflexiona en clave política armado con valores europeístas y republicanos. Seguramente por ello sus posiciones han resultado tan incomodas a los oídos de Rivera y su corte. Ni nuestro país, ni la ciudad de Barcelona, van sobrados de dirigentes políticos con capacidad para discernir entre lo que conviene al conjunto de la ciudadanía y lo que es simplemente un interés personal o partidario. Todos los buenos guisos tienen su tiempo de cocción. Las prisas son malas consejeras -si no que se lo preguntes a los partidarios del ‘procés’- pero sería una pena que una de las escasas bocanadas de política con mayúscula que se ha aproximado por nuestros lares se desperdiciara. Llegado el caso, corresponderá poner hilo a la aguja a aquellos que afirman querer tejer un constitucionalismo transversal, abierto y dialogante. Conviene recuperar al ciudadano Valls, está ahí.

RETRATADOS







El naturalista inglés Charles Darwin, en su obra ’La expresión de las emociones en el hombre y los animales’, nos ilustró con la sorprendente similitud que existe entre las expresiones faciales de un primate agresivo e irritado dispuesto a atacar, con los aspavientos de ira de un humano cuando profiere amenazas: agitación motriz, braceo estentóreo, gritos, amenazas y salivazos… Todo eso, y más, lo pudimos observar en directo, o vía televisión, en diferentes lugares de nuestro estimado país. Especialmente en los aledaños de la plaza Sant Jaume de Barcelona donde los niveles de memez y paroxismo batieron records mundiales. Un servidor de ustedes no va a rasgarse las vestiduras por todo ello, ni caer en un análisis pesimista-depresivo como el que hace mi buen amigo Antoni Puigverd en las páginas de la Vanguardia. Cataluña tiene problemas políticos serios, cierto; pero los va a solucionar cuando los mesías regresen a los valores de la Ilustración. Mientras tanto paciencia y ley. No estamos ante ninguna ‘derrota colectiva’, nos hallamos ante una encrucijada con opción a salida. La historia nos cuenta que turbas descontroladas sembradoras de caos y confusión las ha habido en todas las épocas. Fanáticos agresivos los hubo y los hay de todas las ideologías, etnias y nacionalidades; pero sólo cuando actúan cerca de nuestra zona de confort generan hastio y repugnancia. Y eso ha ocurrido, por eso nos alarmamos. A pesar de lo dicho, creo modestamente que urge un antídoto, una apelación a la sensatez para evitar males mayores, actuaciones histriónicas o esperpentos varios. El descuelgue del retrato de Torra en Santa Coloma de Farnés es tan grotesco como surrealista. Es un síntoma de necedad colectiva. Y ya que hablamos de retratos, retratados quedaron los ex consellers Elsa Artadi y Ferran Mascarell cuando -de regreso a la Casa Gran tras el paseíllo a la Generalitat- aplaudieron saludando complacidos y sonrientes a los fanáticos que, pocos instantes antes, insultaron gravemente a los concejales no independentistas. Estas actitudes irresponsables, el enroque de Quim Torra, los bombones sorpresa de Puigdemont desde Bélgica y las reiteradas llamadas a dar ‘respuestas de país’ auguran tiempos de decadencia e irracionalidad. Retratados están algunos patriotas irredentos. Una pena.

14.6.19

NO TIENE REY PERO SI AMO ...






BEA, BORRÀS I BUDÓ... LA TRIPLE’B’ 


Estas señoras de la Triple ‘B’ me cansan, me aburren soberanamente, o mejor dicho procesalmente. Bea Talegón va de supuesta brigadista internacional para recochineo de internautas y aficionados a la historia. Lo cierto es que la muchacha, en su momento, no pasó de arribista internacional. Gastó toneladas de demagogia en la reunión de la Internacional Socialista de Cascais, Portugal. Su ‘osadía’ le sirvió para ser portada de prensa y objeto de uso mediático al servicio de la caverna. Luego fue transitando por el abanico político del país hasta convertirse en candidata provisional de JxCat a las elecciones europeas. Previamente ensalzó la figura de Albert Rivera, participó en actos de UPyD y ERC, y coqueteó con la lista promovida por Baltasar Garzón. De esa salió trasquilada… Confieso que también me produce urticaria política una señora que gasta Jaguar oscuro de alta gama. Sí, esa que presume de no tener rey pero tiene amo. Sí, esa devota de su señor de retintín afectado y tonillo malicioso con intención de molestar a los infieles, a los supuestos expoliadores, a los nacidos aquí pero que no ‘son’ de aquí. Me empalaga al igual que Bea, pero he de reconocer que domina los recursos de la lengua. No me mal interpreten. La propietaria del lujoso bólido estudió filología y presume de haber mirado fijamente a los ojos del monarca español -en nombre de todos los catalanes (sic)- para recordarle que se portó mal, que los presos no merecen serlo y que su color preferido es el del submarino que cantaba Ringo Starr. Nuestra Borràs, ejerciendo de Miguel Strogoff, sin caballo pero a trote de jaca enjaezada de blanco, afirma haber depositado en manos de Felipe VI una carta de Jordi Sánchez parida en las frías mazmorras del estado. Disfrazada de altavoz popular, o de bafle si lo prefieren, presume de haberle arreado al Jefe del Estado aquello de ‘antes muerta que sencilla’. Y es que, amigo lector, la corte de Waterloo había soñado hacer de Laura, emulando a Petrarca, la ‘donna angelicata’ que intercediera ante Dios para liberarles del infierno español. Pero nada, cuatro fotos, mucha televisión catalana, unos cuantos articulillos en La Razón, otros de Alfonso Ussía y la crónica de Carlos Herrera… Y como colofón a tanto desatino en ‘B’ la cosa se ha rematado con una portavoz del Govern -Meritxell Budó- que se lía con los números, necesita chuletas para no desvariar y, además, se niega a responder preguntas en lengua castellana si, previamente, no se las formulan en catalán. ¿Cómo hemos podido caer tan bajo? Sí, ya lo sé, vicario no se escribe con B pero imagínense que en lugar de Torra fuera factible un: ¡Borra!

DEMASIADO RESENTIMIENTO





ERNEST NO ES DE FIAR 


Ernest no es de fiar. Esta afirmación les podrá parecer demasiado contundente e interesada, quizás sí; pero la puedo argumentar y sostener con un montón de detalles, anécdotas y experiencias vividas en primera persona. No obstante, considero que con un par de ejemplos de conocimiento público -otra cosa sería indiscreción, abuso de confianza o revelación de ‘secretos’- bastarán para que se hagan una idea. Aun recuerdo la cara de sorpresa y estupefacción de los diputados del Tripartito cuando, en febrero del 2010, el conseller Maragall afirmó, sin encomendarse a nadie, que el Govern era un artefacto inestable y que la ciudadanía vivía con fatiga las vicisitudes de la política catalana. Aquello fue un torpedo en plena línea de flotación para el ejecutivo de José Montilla, fue un golpe bajo inoportuno y gratuito. Ernest atisbó fatiga en el personal y lo pregonó a los cuatro vientos sin importarle los daños colaterales que iban a generar sus palabras. Me pregunto si el Ernest de hoy es capaz, o no, de apreciar la extenuación y el mal rollo que anida entre los ciudadanos de Cataluña tras siete años de ‘procés’. Pero este tema lo dejo para mejor ocasión. ¿Más? Que Ernest no es de fiar lo pudieron constatar los amigos de Iniciativa cuando, desde su cargo de conseller de Ensenyament, prefirió pactar los temas de Educación con la Convergencia de Irene Rigau saltándose no sólo a sus socios de gobierno, sino también las recomendaciones de la sectorial de su propio partido. Que este señor va a la suya lo pude comprobar en la vida interna del Grupo parlamentario donde, más allá las discrepancias lógicas sobre los temas a tratar, buscaba la disidencia. Más tarde la historia nos mostró que tanto él, como otros, estaban construyendo una lanzadera para abandonar el cosmos socialista. Legítimo todo ello sí, pero manifiestamente torticero. El pobre Quim Nadal no tuvo más remedio que armarse de paciencia para aguantar los vaivenes del hermanísimo. Permítanme una sugerencia antes de concluir estas líneas. No lean este artículo como un líbelo coyuntural, no. Cuando finalice el culebrón de los pactos seguiré afirmando que Ernest no es de fiar. Incluso he llegado a la conclusión que su actual posicionamiento político contiene una carga personal injusta contra un mundo que fue suyo -y que le mimó- del que ahora abomina. Sus comentarios sobre Miquel Iceta y el socialismo español son una muestra de ello. Hace pocos días Sergi Pamies, en uno de sus artículos, comentaba la torrencialidad arrogante que gasta algunas veces Ernest Maragall ante los medios de comunicación. A un servidor de ustedes esa torrencialidad le preocupa poco. Me inquieta más que alguien de buena fe se fie de él.




LA MUNTANYA RUSSA CATALANA



 Les emocions estan servides i els ensurts també. La política catalana continua semblant, cada dia més, una atracció de fira en festa major, una muntanya russa de fortes pendents amb acceleracions i frenades, vertígens, giravolts, musica estrident i vent de cua. A la política catalana -a la espanyola també- tothom minimitza els seus problemes i dificultats per lluir els encerts. Es lògic que així sigui, forma part dels rituals als que ens tenen acostumats els portaveus dels partits i els mitjans de comunicació. Però, enguany, el cert es que tothom té ferides que guarir i estralls per amagar. Els socialistes, per exemple, han conquerit Sabadell però han perdut Lleida,Terrassa i algunes ciutats més. Els de Junqueras han vençut a Barcelona però han perdut el seu pols europeu amb Puigdemont, al temps que, Forn i Artadi, obtenien només cinc regidors a la capital del país. La derrota dels Comuns i la desaparició en combat de les CUP, o del PP, son també fenòmens que contribueixen a dibuixar un escenari tan contradictori com imprevisible. De com es resolgui l’encaix de Podemos i Ciutadans en l’àmbit polític espanyol dependran molts posicionaments a casa nostra. També dona peu per a la reflexió la davallada de regidors independentistes i el fracàs de la ANC i Graupera a Barcelona... Després de les darreres eleccions, municipals i europees, cal dir que el mapa polític català està en plena recomposició i promet no defraudar als amants de les emocions fortes. Sorpreses ni haurà per donar i per vendre, malgrat que Quim Torra s’entesti en protagonitzar rodes de premsa dient que res ha canviat. La quota de poder territorial que ha conquerit ERC ha augmentat, mentre que la de Junts per Catalunya ha minvat considerablement. Tant es així que s’albiren desercions i conflictes en les files dels post convergents. En l’espai constitucionalista les coses no són com eren ara fa un any: Ciutadans ha perdut hegemonia opositora, els populars estan en perill d’extinció i els socialistes suren a remolc de la bona estrella de Pedro Sánchez. La sentència del ‘procés’ no trigarà en sortir i amb ella les reaccions de totes les parts implicades. Alguns dels dirigents empresonats poden acabar inhabilitats per un cert temps mentre que d’altres -com Artur Mas- podrien estar en condicions de tornar a primera línea i intentar la reconstrucció de la vella nau convergent amb un altre vernís. Malgrat que a curt termini alguns ajuntaments i diputacions puguin encetar un nou període, a ningú se li escapa que Catalunya seguirà vivint en un estadi de provisionalitat política, en una muntanya russa particular, fins que no es duguin a terme unes noves eleccions autonòmiques. L’ombra del ‘procés’ es allargada i trigarem uns quants anys en lliurar-nos d’ella. Què fer? La pregunta que s’haurien de plantejar els dirigents politics del nostre país es si convé seguir freqüentant el parc d’atraccions i la muntanya russa arrebossada de soroll i despropòsits o bé, en canvi, anar per feina i acabar amb la ‘festa’ que ens té paralitzats sense gestionar la quotidianitat. Potser a hores d’ara el que cal és dilucidar, d’una vegada per totes, qui ha de manar a Catalunya i exercir d’interlocutor solvent a Madrid per pactar una sortida de l’atzucac ordenada i honrosa. Catalunya necessita estabilitat política i el millor camí per aconseguir-la fora que, al més aviat possible, es convoquessin eleccions autonòmiques. Convé tancar el cicle electoral i desemboçar un contenciós que ja fa massa temps que dura. Si Carles Puigdemont i el seu vicari Quim Torra, opten per allargar la situació actual estaran fent un mal servei al país i als seus ciutadans. Les agonies mal gestionades preludien finals tristos i perillosos. Les relacions entre el socis del Govern no són plàcides; el pressupost de la Generalitat no està ni se l’espera; la gestió governamental es inexistent, quan no dolenta; el ciutadà està fatigat i saturat de tanta retòrica patriòtica sense obres. Per què esperar? Cal que la gent de Palau assumeixi que la legislatura està ferida de mort. El triomf d’ERC certifica que ja res és com era al mes de desembre de 2017 mentre, a Espanya, es disposa a manar gent que presumeix de dialogant. Tot és nou i tot es mou. Cal tocar de peus a terra i baixar de la muntanya russa.