El blog d'en Joan Ferran

26.10.18

EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN. Tráiler Oficial

SOBRE EL FOTOGRAFO DE MAUTHAUSEN
Vayan al cine, por favor. Acudan a ver ‘El fotógrafo de Mauthausen’ no se la pierdan. No acostumbro, en el terreno cinematográfico o artístico, a recomendar nunca nada. Soy de los que cree a pies juntillas en aquello tan popular de “contra gustos no hay nada escrito”. Pero en esta ocasión, insisto, vale la pena ir al cine y penetrar en la película que ha dirigido magistralmente Mar Targarona. Verán trabajar en ella a magníficos actores como Mario Casas, Alain Hernández o Macarena Gómez. La historia de Francesc Boix -un combatiente republicano español y fotógrafo internado en el campo de concentración de Mauthausen, durante la Segunda Guerra Mundial- no les dejará indiferentes, les inducirá a repensar cosas como el sentido de la vida, o de las palabras. Comprobarán cómo la película tiene la fuerza suficiente y el poder de despertar la conciencia, incluso, de los más apoltronados. En este film, bien documentado, hay mucho arte. Sus escenarios, atmósferas y ambientes transportan, rezuman verosimilitud por los cuatro costados. En el aire hay también un toque de atención dirigido a los desmemoriados, a los que gustan dormitar en los vapores placenteros del olvido.
El miedo, el compromiso, la ira, las bajas pasiones y el odio afloran en la pantalla tratados con un tacto y una naturalidad digna de encomio, sin exageración. Cuidado. No vayan a creer ustedes que están ante otro ejercicio de adoctrinamiento ideológico o político a la que nos tienen acostumbrados en la tele manipulada; no, nada de eso, si no todo lo contrario. Van a visionar una película sobre la condición humana y los límites de la barbarie; pero, también, sobre el heroísmo y la voluntad de sobrevivir.
En una sociedad como la nuestra, en que ya todo se banaliza y las palabras pierden su significado, nada mejor que retornar a la historia para examinar críticamente aquello que fueron capaces de hacer algunos de nuestros antepasados. Conviene analizar la génesis del discurso de los que se creyeron poseedores de una verdad superior. El fotógrafo de Mauthausen, además de una excelente película, puede convertirse en una herramienta útil para la recuperación de valores humanos actualmente obviados o devaluados. Vayan al cine, por favor. La historia de Francesc Boix, el hombre que con sus fotos mostró al mundo las atrocidades de los campos de exterminio nazis, vale la pena.

21.10.18

CUIDADO CON LAS PALABRAS






¿ADA COLAU FASCISTA?


 La palabra fascista, y por extensión antifascista, se ha convertido en un comodín. Y ya se sabe, cuando a una palabreja se le adjudican múltiples significados termina la cosa por significar poco, o nada. Saco esto a colación porque me ha llamado la atención una obscena pintada en los muros de la basílica de Santa María del Mar. Sobre las viejas paredes de esa joya arquitectónica alguien ha escrito, con trazo grueso y en negro, ‘Colau fascista’. Malas lenguas interesadas dicen que los inspiradores de ese atentado al patrimonio cultural de la ciudad son los restauradores. No lo creo. La gente del gremio en cuestión posee suficiente sentido cívico para no caer en ese tipo de lemas. Otra cosa bien distinta es que hayan iniciado una revuelta, por el tema de las terrazas, contra la política del consistorio. Acusar a la alcaldesa y a su concejal, Gala Pin, de mentir y romper un pacto es legítimo. No voy a discutir eso, pero tachar a la edil de fascista me parece un despropósito y una ofensa que no se merece. Ada Colau no es una fascista; como tampoco lo son el Estado Español, los ciudadanos que defienden la Constitución, los partidos no independentistas, las policías democráticas, los críticos con el procés, y los versos libres que no comulgan con TV3. A Colau la podrán llamar -con educación- lo que quieran menos fascista. Critiquen su gestión si lo desean, pero no jueguen a vaciar de significado las palabras ni a banalizar sus contenidos. Apostemos por el rigor. 

El fascismo fue un movimiento político de masas originario de Italia, liderado por Benito Mussolini, con una determinada historia particular al igual que el nazismo, el franquismo, el salazarismo y mil movimientos más de corte autoritario o reaccionario. Cada una de esas ideologías fue singular a pesar de coincidencias y similitudes. A los buenos historiadores no les gusta meter todos esos fenómenos sociales, pensadores y liturgias en el mismo saco. Últimamente proliferan en Cataluña llamamientos a movilizaciones ‘antifascistas’ contra eventos no homologables dentro del canon independentista. Esas actividades ciudadanas son tan democráticas como las que más. La utilización del término fascista sin criterio, además de injusto, es ofensivo. Y es que, amigos, quizás uno de los síntomas precursores de un nuevo totalitarismo sea tildar de fascista al diferente, al adversario o al discrepante. El historiador Núñez Seixas recoge en uno de sus trabajos de investigación una reflexión, del sociólogo portugués experto en salazarismo Costa Pinto, donde nos dice que “el nacionalismo es uno de los ‘ismos’ en que más autores están de acuerdo en considerar como uno de los elementos centrales del sistema de ideas asociado al fascismo”. Pues eso, por favor, no usen el nombre del fascismo en vano. Menos frivolidades e insultos gratuitos y más vocabulario.

19.10.18

18.10.18

SIEMPRE IGUAL DE DESAFORTUNADO TORRA








CAT 2018, TIERRA DE ULTIMATUM 



Hagan la prueba. Entren en internet y coloquen en el buscador la palabra tierra. De inmediato se abrirán múltiples ventanas y enlaces a seguir. Muchas de ellas se referirán a series de televisión de éxito que han ocupado el ocio de miles de nuestros conciudadanos. Tierra de gigantes, Tierra de reyes, Tierra de lobos, etc. E incluso les saldrá en pantalla Tierra de faraones, dirigida por Howards Hawks, con la actuación estelar de la inolvidable Joan Collins… La palabra tierra da mucho de sí. Tanto que no pasará demasiado tiempo hasta que algún listillo, a la búsqueda de titular sugerente, la asocie a nuestro entorno y nos atrape con un: ‘Cataluña, tierra de ultimátum’. Visto lo visto estos días en la cámara catalana, razones y referentes no le faltarán. En el último pleno del Parlament el presidente Quim Torra volvió a la carga por partida doble. Emplazó, de nuevo, a Pedro Sánchez a mover ficha a pesar de que la atmósfera, tras las declaraciones del 1-O, olía a chamusquina. El vicario de Puigdemont en la Ciudadela incluso se atrevió a poner fecha de caducidad a su ultimátum: noviembre. En un ataque de fe revelada afirmó, impertérrito y sin sonrojarse, que el crédito de Pedro Sánchez se había acabado. Pero no se lo pierdan, todo eso lo verbalizó tras perder una docena de votaciones. A más de uno le gustaría adivinar si el envite de Torra al presidente español iba cargado de soberbia, o solo de estulticia e improvisación. 

¿Quieren más ‘Tierra de ultimatum’? Sí, el de la ANC lanzado al Govern según el cual, si no se implementa la República Catalana antes del 21 de diciembre, comenzará el sarao. Por boca de la economista Elisenda Paluzie el secesionismo ha puesto unos deberes a Quim Torra que se pueden resumir con un: ‘O república ya, o paso al lado y vete a casa’… La asociación independentista ha actualizado, al alza, las aspiraciones de su estrategia política en el plenario de su secretariado. Tan inspirados y seguros de su fortaleza están que han decidido que la única vía factible, y deseable, es la unilateral. Ya saben, aquella consistente en arriar la bandera española, soltar a los presos, controlar el territorio, sin AVE, y los CDRs patrullando… Allá ellos con su irresponsabilidad, luego vendrán las lamentaciones si les aplican el 155. Las páginas de nuestra historia están repletas tanto de personajes iluminados, como de visionarios quiméricos, a la búsqueda de una vía exprés, para llevar a término sus utopías caiga quien caiga. Junto a políticos sensatos, reflexivos y ponderados han proliferado también aventureros, turiferarios, aprovechados e insensatos. Salvando las lógicas distancias del tiempo y las ideologías, he recordado el sindicalismo revolucionario, pero posibilista, de Salvador Seguí -El Noi del Sucre- y de Ángel Pestaña. Ellos tuvieron que sortear, en múltiples ocasiones, el radicalismo de la FAI y la demagogia de sus adversarios de clase. Hoy, en esta Cataluña de ultimátum barato, es más necesario que nunca que impere el reino de la sensatez frente al radicalismo verbal, el personalismo cesarista y el postureo. Lo otro es parálisis política, fractura social y decadencia como sociedad.

11.10.18

SON PATÉTICOS...ESTOS INDEPENDENTISTAS





¡A LA MIERDA! 


 ‘Colapso ’rezan algunos titulares... Obvio. Si uno de los inspiradores de la metafísica del Govern es un filósofo ‘cardoso’, que usa las páginas de los periódicos para sentar doctrina, estamos apañados. Si la estrategia política del ejecutivo catalán viene dictada por las genialidades de un enjuto catedrático-tertuliano, y su becaria, les aseguro que Cataluña seguirá camino del caos. Si la omnipresente musa literario-televisiva del procés se ha vuelto fondona de ideas, y sólo es capaz de parir panegíricos y propaganda amarilla, las sonrisas mutarán a muecas y el aroma de libertad se acabará en nuestros hogares. Si algunos partidos, mirando de reojo al adversario, cambian de alfiles a media partida, sin importarles las reglas del juego, es que aquí todo vale. Incluso tomar el nombre y la obra de los viejos próceres de la ciudad en vano. Aviso para navegantes: eso será una estafa. Si el camino a seguir lo ha de marcar un fugitivo de la justicia, rabioso y resentido, desde Bruselas, vamos al abismo. Si un vicario, harto de ratafía, amenaza con el apocalipsis, si una rubia pierde el ‘oremus’, si el más rufián del Congreso intenta rehabilitarse marcando terreno desde la sensatez es que nada es lo que parece. Nada es verdad aunque nos lo vendan a dúo, en rueda de prensa, un político alto y otro bajito. Aunque la caja estúpida del régimen lo edulcore, y su pregonera radiofónica lo declame con los buenos días. Si siguen peleando como niños, porque no hay juguetes para todos, el futuro que nos espera será aun más triste y aburrido que éste presente. Suceden tantas cosas en la política catalana, y en tan poco tiempo, que el subconsciente vuela y asocia al presente elementos, vivencias y conocimientos del pasado. 
Al contemplar las incidencias del último pleno del Parlament me vino a la mente, vayan a saber porque, la figura de Fernando Fernán Gómez y su obra ‘El viaje a ninguna parte’. Todo un artista Don Fernando, excelente novelista y académico de la lengua. Ustedes me perdonarán. No quisiera pecar de escatológico, pero por la cabeza también paseó uno de sus habituales ataques de genio que bordó con su ya famoso: ¡Váyanse ustedes a la mierda! ¡Déjenme en paz!... Pues eso.

5.10.18

ANARQUISTA COMO VALTÒNIC......













PUIGDEMONT,  EL 
ANARQUISTA 




El nuestro es un país de paradojas. Mientras que el llamado ‘procès’ ha conseguido centrifugar hacia aguas más tranquilas a bancos, empresas, turistas miedosos y emprendedores varios aquí, sin ir más lejos, algunos propietarios de autocares hacen su agosto -y hacen bien- cada vez que el secesionismo decide organizar una performance o necesita figurantes procedentes del agro. También consiguen dineritos extras los confeccionadores de esas camisetas de colorines -chinos o no- destinadas a uniformar al personal para que la cosa se vea tope guay. No vaya a ser que cuando el helicóptero, con las cámaras de TV3, sobrevuele la procesión a la espera de la soflama emotiva y mística, la cosa quedara deslucida. Pero los próceres del movimiento no descansan y, en su afán educador, han echado mano ahora del mundo editorial. Sí amigos, no sólo de autocares, camisetas y otras zarandajas vive el ‘procés’, sino también de fortalecer los hábitos de lectura mediante la difusión del libro doctrinal. No se lo pierdan. En las mejores librerías del país podrán encontrar un montón de novedades editoriales que relatan cómo viven los políticos presos su estancia en la cárcel. Les explicarán las impresiones, reflexiones y miedos que les produce la despiadada y vengativa justicia española. Más aún, hallarán también libros escritos por los hijos y esposas de los detenidos, y alguna ‘exquisitez’ literaria a cargo de la ex consellera Meritxell Borrás… 

Pero la obra por excelencia, la definitiva, parece ser sin lugar a dudas el libro que contiene la conversación de Carles Puigdemont con el periodista Olivier Mouton, titulado “La crisis catalana, una oportunidad para Europa”. En él, un desacomplejado Carles Puigdemont nos cuenta que “llevo dentro de mí una especie de pulsión anarquista”. Valtònic también da fe de ello. Uf! No tengo ni idea de lo que puedan pensar al respecto, ante un individuo que persigue construir un nuevo estado en lugar de debilitarlo, los seguidores de la divina acracia, pero me lo imagino.
 Según teorías psicoanalíticas tanto de Freud, como de sus epígonos, la pulsión es una fuerza que invita al individuo a realizar una acción determinada con el fin de satisfacer una tensión interna, generalmente de tipo sexual. ¿Por ventura le ocurre eso al fugitivo de Waterloo? O no, olviden lo sexual, quizás tras leer a G K Chesterton en ‘El hombre que fue jueves’ ha preferido jugar al equívoco haciéndose pasar por un anarquista romántico y arrebatado. En la obra del británico todos los ‘idealistas’ eran infiltrados de Scotland Yard ajenos al ideario ácrata… En el caso de Puigdemont, visto lo visto hasta ahora, todo es posible.