El blog d'en Joan Ferran

29.9.16

TERRASSA I LES AIGÜES







Un bon amic egarenc m’explica que el seu ajuntament està capficat en remunicipalitzar una pila de serveis, entre d’altres l’abastament d’aigua. Em demana opinió al respecte. Li dic que, entre d’altres serveis, aquests tipus d’iniciatives poden resultar positives; també li insinuo que, segons en quines circumstàncies, els efectes col·laterals d’una remunicipalització poden resultar nefastos per al ciutadà i socialment nefastos. Al meu col·lega li comento que algunes institucions europees suggereixen i encoratgen la col·laboració publicoprivada en clar contrast amb certs ajuntaments espanyols obsessionats amb el discurs de la remunicipalització. Un fenomen aquest que, a efectes pràctics, consisteix bàsicament en recuperar la prestació directa d’un servei enlloc de concertar la gestió amb l’empresa privada. Els experts adverteixen que les mesures remunicipalitzadores han d’aplicar-se quan la gestió del servei esdevé deficient i exigeix una gestió directa i correctora municipal. Avisen també que el fet d’assumir determinades competències no hauria de suposar un augment de la despesa en perjudici de les arques públiques. De tot això s’infereix que qualsevol municipi que es llanci a l’aventura recuperadora hauria de justificar -i demostrar- que la seva gestió serà de qualitat, més barata i eficient que no pas la concertada. No sigui cas que passi com A Corunya on el govern de les Marees va haver de desestimar, per raons de caire econòmic, la seva intenció de remunicipalitzar els serveis. Per cert, en aquests equips de govern tan de posats, algú s’ha posat a pensar en la quantia milionària de les indemnitzacions a pagar amb diners públics? Sospito que no. 
 No serà un servidor qui advoqui per un mètode de gestió o un altre. Aquesta decisió correspon a les administracions pertinents però, en el cas de Terrassa, no deixa de sorprendre’m la polèmica sobre la gestió de l’abastament d’aigua. En aquesta ciutat vallesana una empresa centenària com ho és la Mina de Terrassa –l’empresa en actiu més antiga d’Espanya- sembla condemnada a abandonar la seva tasca víctima de l’embranzida recuperadora i expropiatòria del consistori. I tot això malgrat que les seves tarifes són, en quart lloc, les més barates de tot Catalunya. O és que aquest fet i la qualitat del servei prestat no han de tenir-se en compte? En un intent de justificar i vertebrar el seu discurs, l’ajuntament esgrimeix un informe jurídic que sembla donar-los-hi la raó. Cerca arguments i legitimar el seu parer amb un informe de part. Quin cras error. Tots sabem que certs informes erren sempre en direcció dels qui els paga i aquest no hauria de ser una excepció. Qui paga, mana. 
 Vivim temps de desconcert i angoixa ideològica. Els consistoris del PSC, com el de Terrassa, històricament van ser pioners en l’art de la col·laboració entre allò que és públic i el privat. No hauria de perdre’s, ni de bon tros, aquesta tradició i l’alcalde Ballart hauria de reflexionar al respecte.
 Més d’un hauria de repassar la història i incorporar aprenentatges tant útils per a una bona gestió de la cosa pública. Deng Xiao Ping, aleshores líder màxim de la República Popular de la Xina, tenia clar el paper de l’economia de mercat quan afirmava que “sense un ambient estable res no s’assoleix, i tot allò que s’ha aconseguit es perdrà”. Sabies paraules les del dirigent xinès pronunciades en una trobada amb l’expresident estatunidenc George W. Bush. Per cert, el mateix que, el 1962, davant del secretariat del Partit Comunista, va pronunciar la famosa frase: “No importa que el gat sigui blanc o negre, l’important és que caci ratolins”. 
 L’important ara mateix a Terrassa és que l’aigua flueixi com ho ha fet fins avui: bona, neta i relativament barata... El meu amic sosté la tesi que si una cosa funciona no és de menester potinejar-la i molt menys seguint la moda.

19.9.16

SOBRE EL PREGÓN Y LOS INTOLERANTES








Pérez Andújar y el macartismo a la catalana





 La cosa va a más. Desde 2012 hacia acá la Generalitat ejerce un monopolio del poder sobre la sociedad catalana en el que únicamente es ‘correcta’ la opción secesionista. Juegan a ello, y con descaro, los medios de comunicación públicos, los partidos del procés, bastante prensa subvencionada y las asociaciones civiles cebadas desde las instituciones. Ante este panorama muchos ciudadanos vivimos incómodos. Nos sentimos sometidos a un intento de homogeneizar la sociedad catalana que es incapaz de respetar la diferencia o la crítica. Desde esa atmosfera asfixiante, que genera el nacionalismo excluyente, algunos vividores del cuento independentista se atreven a juzgar y anatemizar fotografías con toreros, pregones de fiesta mayor o literaturas varias... Nada escapa al ojo censor de los guardianes de la secesión. Fatal; macartismo en estado puro el que vive este país. Prólogo de una intolerancia in crescendo que se cierne sobre la sociedad catalana; negación del libre pensar, del pluralismo político y de los sentimientos de identidad del diferente. Aquí ya vale todo. Ultrajar la bandera ajena y santificar la propia sale gratis. Desafiar el estado de derecho, reescribir la historia al gusto y utilizar la tele pública para convocar movilizaciones está a la orden del día, no pasa nada. El camino hacia Ítaca justifica los medios. En estas circunstancias el pregón alternativo, que prepara Toni Albà, es una muestra más de ese macartismo a la catalana que se ha instalado en algunos estamentos de nuestra sociedad. Pero lo más ridículo, y lamentable, es que se sumen a la performance representantes municipales que huyen del estigma del 3% enarbolando estelades al tiempo que niegan, de facto, la libertad de expresión. No es la primera vez que esto ocurre. Antes de Pérez Andújar otros, y otras, tuvieron que soportar críticas miserables y desconsideradas por pensar y escribir diferente. Me trae sin cuidado si Toni Albà es un buen comediante, para muchos se ha convertido en el brazo tragicómico de inquisidores e intolerantes.

13.9.16





¿UN CATALANISMO DE CENTRO LIBERAL? 


Decía Norberto Bobbio en sus ‘Ensayos sobre el fascismo’:
 ‘Si el consenso es unánime quiere decir que no es libre. El consenso libre se expresa individualmente y es el de un ciudadano de un país democrático cuando va a depositar la propia papeleta electoral en la urna. La aclamación de la multitud en la plaza nunca fue una manifestación de consenso democrático’ 
 El político y filósofo turinés sostenía que, en la calle o la plaza, el que aclama no es el individuo considerado por sí mismo, sino el individuo como parte de la multitud y, consecuentemente, el verdadero sujeto de la aclamación no es el individuo sino la multitud. Sirva, pues, esta pequeña reflexión para los idolatras de las manifestaciones multitudinarias de toda índole. El ruido de las muchedumbres en la calle –en muchos casos justificado- ha tensionado el cosmos de la política hasta hacerlo estallar, saltar en mil pedazos. La fragmentación electoral y partidaria es una realidad tangible y sus consecuencias también. Hay serias dificultades para conseguir mayorías parlamentarias estables, para formar gobiernos… El chantaje de los ‘decisivos’ es una evidencia y el intercambio de cromos entre adversarios una realidad vergonzosa. Pero la democracia es así, con defectos y virtudes.
 España y Cataluña dormitan en una sala de espera donde la gesticulación importa más que el hecho concreto, donde la polarización ocupa el espacio que deja vacio el sentido común y la razón de estado. Con la huida hacia adelante de la vieja CiU el centro catalanista ha quedado huérfano. Uno de los dramas del país ha sido, y es, la desaparición de ese centro pactista a caballo entre la socialdemocracia y el pensamiento liberal. Se echa a faltar, al igual que se echa a faltar un PSC más vigoroso. Sin embargo, cuentan los bien informados, que algo se mueve en sectores de JuntsXSí desencantados y hastiados de tanta aventura sin norte y compadreo con los anticapitalistas de la CUP. Afirman que antiguos miembros de Unió y de CDC están por la labor de reconstruir políticamente un centro catalanista sin veleidades independentistas y con una cierta dosis de sentido común. Cuentan que el ex conseller Fernández Teixidó está ahí, bregando, flanqueado por los ex diputados Muntañola y Cima entre otros. Me alegro de ello y creo que muchos ciudadanos participes de ese ámbito ideológico –y que hoy no saben en quién confiar-lo agradecerán. Las bisagras políticas son buenas y necesarias para la democracia.



EL PSC Y LA GIMNASIA PARTICIPATIVA 


Hace pocos días oí comentar a una dirigente socialista que las primarias, en los partidos, eran un ejercicio de ‘gimnasia participativa’. La susodicha sostenía la tesis que mediante ese método, y gracias al contraste de opiniones, el debate interno en las organizaciones políticas se oxigenaba y fortalecía. Confieso que el uso de la palabra gimnasia me transporto a tiempos pretéritos. Sí, a aquellos en que García Oliver –dirigente anarquista y, sin embargo, ministro de justicia en el gobierno de Largo Caballero- glosaba la ‘gimnasia revolucionaria’ de los ‘putsch’ del Alto Llobregat y Casas Viejas como prolegómenos de la ansiada Revolución…Pero ese sería otro tema. Estoy convencido de que la renovación, y democratización, de los partidos políticos es una condición sine qua non para lograr el funcionamiento optimo de la democracia en España. En ese contexto las primarias pueden ayudar a socializar la toma de decisiones, perfeccionar la selección de candidatos y avanzar en la transparencia. Nada opaco es atractivo, nada decidido de antemano, por otros, es considerado como propio. Pero, si somos honestos con nosotros mismos, convendrán conmigo que el ensayo de las primarias además de participativo es competitivo y, por tanto, conflictivo. Elemento este ultimo que altera la paz interna a la que aspira toda formación política. España y Cataluña llevan tiempo deshojando sus respectivas margaritas. La fragmentación parlamentaria y el chantaje político de los ‘decisivos’ están a la orden del día. Casi todos los partidos, parafraseando a San Juan de la Cruz, viven sin vivir en ellos… Y ustedes me perdonaran pero, en unas circunstancias tan complejas como las actuales, a uno le cuesta comprender porque, en el seno del PSC, algunos se arriesgan a la ‘gimnasia participativa’. ¿Acaso no perciben que, en este momento, la musculatura del socialismo catalán no está para esos trotes? Plantearse ejercicio de potro y trampolín precisamente ahora es una irresponsabilidad porque no hay colchoneta. Aun lo es más si observamos que al frente de la dirección del PSC hay un tipo con criterio y cultura política suficiente: Miquel Iceta… Difícil de comprender en frio todo este embrollo; a no ser que algunos practiquen la gimnasia revolucionaria de los ‘putsch’ esperando ‘su’ revolución particular.

4.9.16






EL CHIVO Y LOS SOCIALISTAS 


Llámenle chivo expiatorio o cabeza de turco. Qué más da. Cuentan que en Sociología y Ciencias Políticas esos términos se utilizan para designar a una, o varias personas, sobre las que descargar toda la agresividad que es capaz de generar un colectivo frustrado o preocupado. Ya saben, la civilización judeo cristiana ofrece literatura abundante al respecto. 
En nuestros días, que un individuo cargue con una pesada cruz, cuando en realidad las responsabilidades deberían ser compartidas, comienza a ser habitual. Observemos, sin ir más lejos, la práctica de algunas entidades deportivas. Me resulta difícil comprender, por ejemplo, esas destituciones automáticas de un entrenador de futbol sin ponderar qué parte de culpa tienen de la marcha del equipo unos profesionales que integran la plantilla y que, acomodados, han perdido interés e ilusión por la marcha del equipo; o qué parte de responsabilidad tiene aquel público que antaño coreaba y jaleaba al equipo y hoy prefiere observar las jugadas desde casa. No siempre, como es obvio, toda la culpa es del entrenador. Ahora bien, para maniobreros, ambiciosos e interesados deviene un chivo expiatorio perfecto. 
El mundo de la empresa, de la comunicación y la política también es pródigo en buscar cabezas de turco. No hay que hurgar demasiado en nuestro pasado reciente para hallar personajes relevantes a los que podríamos endosar la etiqueta de chivos expiatorios. Los hay en todas las familias políticas y para todos los gustos. Eso es así, que le vamos a hacer… Pero lo verdaderamente preocupante es observar cómo “a priori” algunos quieren sacrificar un hipotético chivo sin permitirle que, al menos, intente demostrar que su propuesta es útil y factible. Estos tipos desconsiderados no aprecian el valor de la entrega y el tesón. No saben lo que es la valentía ni la confianza en un proyecto político basado en ideales.
 La entrada en escena de nuevas formaciones políticas ha menguado el apoyo electoral recibido por los socialistas tanto a nivel estatal como catalán. Cierto, y eso merece un análisis serio y profundo. Pero, ¿Una tribu de ansiosos por alcanzar (o mantener) la poltrona van a culpar sólo a los entrenadores? Me parece gratuito y fuera de lugar su empeño. Quizás sería más pertinente y útil que se preguntasen sobre el rol jugado hasta el día de la fecha por cada uno de ellos. Parece ser que algunos titulares de la plantilla han aparcado la ideología para retozar sin ilusión en la comodidad. Fatal. A todos esos y esas que desde su comodidad institucional insinúan que Pedro o Miquel han de dar un paso al lado les preguntaría qué parte de responsabilidad es la suya ante la situación actual, cuál ha sido su contribución a la causa. Les preguntaría, también, si su práctica política está pergeñada de altruismo e ideales o más bien es un ‘quítate tú que me pongo yo’ porque la tarta es pequeña. 
Ante situaciones difíciles y delicadas tanto Pedro Sánchez, como Miquel Iceta, han sido y son valientes y decididos. Merecen seguir entrenando al equipo y enviar al banquillo a los que buscan, desde la molicie, chivos expiatorios.