El blog d'en Joan Ferran

31.3.23

Joan Ferran llama a "rebelarse" contra el proceso

23.3.23

BARCELONA MÉS QUE MAI

 

BARCELONA EN CLAVE MANRIQUEÑA 




 No sería ningún despropósito aseverar que a Santiago Abascal le va la moda retro. A fin de cuentas ha sacado del baul de los recuerdos a Ramón Tamames para darle voz, tribuna y lustre.Tampoco es pecado mortal afirmar que la vicepresidenta, Yolanda Díaz, no le hace asquitos al estilo vintage, al diseño gallego de Inditex y a las camisas blancas vaporosas. En política los ritornelos son habituales, consentidos y muchas veces deseados. Para muestra basta un botón. A los candidatos a la alcaldía de Barcelona les agradan las elegías de Jorge Manrique. Parecen haberse confabulado para recitar al unísono el verso ‘como a nuestro parecer cualquier tiempo pasado fue mejor’. El candidato del Partido Popular, Daniel Sirera, no tiene inconveniente en reivindicar la Barcelona de Pasqual Maragall, la cosmopolita y dinámica ciudad de 1992. Lo hace con un tono discursivo que se me antoja homologable al empleado por el centro derecha europeo mas moderado. Dice aspirar a lograr una polis abierta y tolerante capaz de atraer inversiones y talento. El candidato popular ha transitado por la misma senda que unos años antes pisó Ada Colau. En más de una ocasión la alcaldesa actual se ha presentado como la más genuina continuadora del espíritu olímpico maragalliano. Esto es así desde la clausura de la segunda conferencia anual sobre el legado de Pasqual Maragall, celebrada en la fundación RBA. Allí fue donde Ada Colau afirmó sin tapujos que “a Pasqual se le recordará como el mejor alcalde que ha tenido Barcelona”. Las elecciones municipales de mayo están a la vuelta de la esquina y todos medran. Algunos candidatos juegan a situar a Pasqual Maragall como referente político sin pagar un peaje por afinidad ideológica o política. Colau obvia, por ejemplo, que el ex alcalde en lugar de romper relaciones con Tel Aviv, seguramente hubiera optado por convocar una reunión de las autoridades de esa ciudad con las de Gaza buscando el entendimiento. Ambas urbes estaban hermanadas con Barcelona. La alcaldesa obvia también que Pasqual Maragall nunca hubiera consentido marranear el trazado del Pla Cerdà. Y así cien cosas más. Se da la paradoja de que algunos de los que ahora lo reivindican, o alaban, desplegaron en su día campañas de desprestigio no exentas de difamaciones. Se da la circunstancia también de que ERC, ademas de presentarse como continuadora de un pasado que le es ajeno, echa mano de la saga familiar para vender un producto que en nada se asemeja al del primigenio y autentico Maragall. El nombre no hace la cosa y la consanguinidad no es garantía de nada. Por cierto, estoy convencido de que Pasqual nunca hubiera aceptado utilizar un exitoso eslogan institucional -Barcelona més que mai- para convertirlo en lema de una campaña partidaria. Además, a él jamás le hizo falta utilizar la firma y el soporte -sin permiso- de terceros para avalar sus propuestas políticas. El factor “cualquier tiempo pasado fue mejor” sobrevuela la política catalana. Unos, como Jaume Collboni y el PSC, se consideran los herederos naturales del legado maragallista. Lógico, no en vano Pasqual Maragall, cuando conquistó la alcaldía y la presidencia de la Generalitat, era la máxima autoridad de la nomenclatura socialista catalana. Otros, ajenos a la reivindicación de la obra del ex alcalde olímpico, andan inmersos en la tarea de recomponer el maltrecho jarrón chino convergente. Mientras unos leen ‘Camino’ otros repasan ‘Des dels turons a l’altre banda del riu’. Los acólitos de Xavier Trias, la vieja guardia pujolista y algunos restos de Unió también meditan en clave manriqueña. Piensan, como el poeta palentino, que “si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por pasado”.

14.3.23

EL BRAZO FRIKI DEL PROCÉS





El día 30 de marzo, 19 h en el centro cultural Casa Elizalde presentación del libro
 'El brazo friki del procés'
 a cargo de Ramón de España, Albert Solé y Xavier Rius. 
 C/ Valencia 302 Barcelona. 
Estaís invitados
Duracion del acto una hora

SALVADORES

 


¿MAÑANA QUÉ HAREMOS? 





Permítanme, con el debido respeto y salvando distancias e idiosincrasias, que trace un paralelismo entre dos personajes que se llaman Salvador. Se cumplen cien años del vil asesinato en pleno corazón de Ciutat Vella de Salvador Seguí Rubinat, el ‘Noi del Sucre’. Cuentan los historiadores que pistoleros de los ‘sindicatos libres’, pagados por la patronal, con la ayuda y connivencia del gobernador Martines Anido, segaron la vida del dirigente cenetista y de su compañero Francesc Comas i Pagés, ‘Paronas’. Pocos meses después el general Miguel Primo de Rivera impondría la dictadura militar con el beneplácito y el soporte político de los inductores de los asesinatos. Seguí y Comas habían liderado con éxito la huelga de la Canadiense hasta conseguir la libertad de los presos, la readmisión de los despedidos, el aumento de los salarios y la anhelada jornada de ocho horas. Logros, todos ellos, duramente denostados por Francesc Cambó y sus correligionarios de la Lliga. Algunos estudiosos dicen del dirigente libertario que fue el hombre que hizo madurar al sindicalismo tanto en el ámbito organizativo como en el ideológico. Con anterioridad a su muerte, el 19 de marzo de 1919, tras la huelga de la Canadiense, tuvo lugar un gran mitin en la plaza de toros de las Arenas de Barcelona. Fue allí donde Salvador Seguí, el Noi del Sucre, ante más de veinte mil asistentes pronunció la frase "Lo tenemos todo ganado, somos los amos de la calle, pero mañana, ¿Mañana qué haremos?". Gran pregunta ésta en boca de un luchador sensato. Esta semana el Parlamento de Cataluña ha aprobado los presupuestos de la Generalitat. La votación afirmativa de los mismos ha tenido lugar tras un par de meses de intensas negociaciones protagonizadas sin desmayo por las diferentes fuerzas políticas catalanas. El silencio interesado de Oriol Junqueras ha contribuido al uso del sentido común y a minimizar la batalla de los vetos cruzados. A lo largo del debate presupuestario ha quedado patente que el PSC de Salvador Illa no estaba dispuesto a facilitar la tramitación de los números sin una negociación de manual, con resultados palpables y compromisos explicables ante la ciudadanía. Salvador Illa ha logrado colocar sobre el papel, los medios de comunicación y la opinión pública sus objetivos irrenunciables: el apoyo al proyecto de  ocio tarraconense del Hard Rock, el Cuarto Cinturón del Vallès y la modernización y ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas. Eso sí, todo ello sazonado con garantías medioambientales para  atenuar las suspicacias de los ecologistas, y también con el beneplácito de muchos municipios y sectores económicos. El gobierno de ERC, falto de suficientes votos parlamentarios, no ha tenido más remedio que aceptar las condiciones planteadas por Illa. La negociación ha sido dura y ha estado a punto de zozobrar en varias ocasiones, argumentan los relativistas; cierto, pero Pere Aragonès no podía permitirse el lujo de acudir a las elecciones municipales sin las cuentas aprobadas. ERC ha constatado en la práctica que el discurso de mano tendida, y el perfil negociador de Salvador Illa, no están exentos de firmeza. Sí, la estabilidad política está, al menos momentáneamente, garantizada en Cataluña. Los republicanos gobernarán y el presidente de la Generalitat podrá viajar plácidamente hasta América Latina para saludar, como es obvio, a Xavier Vendrell, pero a la vuelta deberá lidiar con la agresividad manifiesta de Junts, el desprecio de la CUP y la críticas de la oposición más irredenta. Para un independentista en minoría gestionar la autonomía con rigor y sin soflamas secesionistas no ha de ser cosa facil. Llegados a este punto de mini pax catalana, la pregunta que lanzó al viento el ‘Noi del sucre’ en el mitin de Las Arenas cristaliza y cobra vigencia. Es el interrogante que el PSC, con alguna variante actualizadora, puede plantearse en breve: “Lo tenemos todo ganado, somos los amos de los votos parlamentarios, pero mañana, ¿Mañana qué haremos?” Gran pregunta con enjundia y de difícil respuesta.

TAMAMES

 




TAMAMES, FÓSIL O CRISÁLIDA 


 Pertenezco a una generación que leyó con avidez el libro de Ramón Tamames que llevaba por título ’Estructuras Económicas de España’. Un libro que, en plena dictadura franquista, fue un referente para todas aquellas personas interesadas en comprender los entresijos de la economía de nuestro país. Sus páginas tenían algo de proceso iniciático, de ventana abierta a una realidad que nos era sistemáticamente ocultada. Quizás por ello siempre sentí curiosidad por la trayectoria política e intelectual de aquel catedrático catalogado como ‘rojo’. Con la Transición no le perdí la pista. Observé como pasaba de la dirección del PCE a fundar la Federación Progresista, y de ahí a participar en la creación de Izquierda Unida. Luego recaló en el CDS que lideraba Adolfo Suarez. Mi interés por la trayectoria intelectual de Tamames se mantuvo hasta que, hace aproximadamente una década, leí ‘Más que unas memorias’. Una crónica personal autobiográfica de la que extraje un par de conclusiones: Ramón Tamames atesora vivencias, conocimientos, cultura e infinita sabiduría pero le puede el ego. Santiago Abascal ha convencido al casi nonagenario Tamames para que acuda al Congreso de los diputados y le cante a Pedro Sánchez las verdades del barquero. Este ha aceptado, a pesar de los mohínes de un Núñez Feijóo que se desespera viendo como Vox le roba el protagonismo y la agenda opositora. Al ex comunista, protagonista de la moción de censura, le han llovido críticas por su adaptabilidad a los deseos de la extrema derecha hispana. Enojado ha reaccionado alegando: ‘no soy un fósil que permanece del nacimiento a la muerte pensando lo mismo’. Y es cierto, con el paso del tiempo los humanos evolucionamos física y mentalmente, pero no está de más hacerlo con elegancia, coherencia y un punto de dignidad. Sospecho que hay un momento en la vida de determinadas personas en el que han de optar entre ser un fósil admirado o convertirse en una crisálida capaz de alumbrar pensamientos distintos a los primigenios. De determinados procesos metamórficos -pregunten a Gregorio Sansa- puede salir cualquier cosa. El caso de Ramón Tamames, su trasiego intelectual y político, no es una rara avis. En la política catalana y española se han prodigado, y se prodigan aún, inexplicables cambios de chaqueta. Con benevolencia podemos llegar a pensar que algunos son fruto de una madurada evolución ideológica, pero otros no tanto. Las conversiones exprés son difíciles de justificar y explicar. Ejemplos de transhumancia partidaria los tenemos en personajes como Ferran Mascarell, Toni Comin, Celestino Corbacho, Jorge Verstrynge, Toni Cantó o Rosa Díez... Acomodados a las circunstancias, con etiqueta de independiente como patente de corso, los hayamos incluso en el actual Govern de Cataluña con Joaquim Nadal o Gemma Ubasart. Independentistas de ida y vuelta, como cuenta María Jesús Cañizares, los hay como Jordi Pujol o Andreu Mas-Colell. Siempre he pensado que tres son las causas de tanto ‘nomadismo’ intelectual, partidario o político. Una de ellas puede ser el mantenimiento de un estatus económico-laboral bien remunerado. Poderoso caballero es don dinero. Otra, eso que hemos llamado la erótica del poder, el afán de protagonismo, el narcisismo o el ego desatado. La tercera, quizás la causa más enfermiza, el resentimiento hacia los viejos camaradas, la envidia o la frustración de lo que pudo ser y no fue. No me cabe la menor duda. Desde la tribuna del Congreso de los diputados Ramón Tamames es capaz de dar una conferencia magistral acerca de los males que aquejan a España y a la civilización occidental en su conjunto. Lecturas, experiencia y sabiduría no le faltan al ponente, pero su talón de Aquiles es la escudería que le arropa. Vox hace caso omiso a las encuestas que le dicen que un 56% de los ciudadanos, frente a un 16%, consideran improcedente la moción de censura que va a protagonizar su elegido. El PP no se apunta a lo que ha calificado de ‘show parlamentario’ mientras el PSOE vela armas convencido de que la jugada de Santiago Abascal a quien perjudica es a Núñez Feijóo (cuestión de vasos comunicantes en el ámbito de las derechas). Y así van pasando los días ante la mirada atónita de miles de ciudadanos, cada vez más descreídos y escépticos, al comprobar que quien fue rojo es capaz de resucitar pardi-negro, y el que fue ‘indepe’ deviene autonomista en un plis plas. Milagros de la metamorfosis y la paleontología.