El blog d'en Joan Ferran

18.9.19

QUIEN PAGARA LAS CONSECUENCIAS?

¿QUIEN PAGA LOS INTANGIBLES? No hubo sorpresas de última hora más allá de las ocurrencias ‘last minut’ de Albert Rivera. Nunca el refranero popular fue tan sabio:”Entre todos la mataron y ella sola se murió”. Feneció la legislatura y con ella la posibilidad de desafiar una nueva etapa. Pero lo hecho, hecho está. Corresponde ahora recapacitar acerca de las consecuencias y los intangibles que acompañan este momento histórico. Por encima de la ideología, religión o simpatías de cada cual hay cosas que conviene leer si no se quiere vivir excesivamente adocenado y perder la fe en el sistema democrático. Un servidor de ustedes recomienda los artículos de Zarzalejos, Rafael Jorba, Onega o Toni Puigverd. Paso de los trabajos de los, y las, escribas a sueldo por lo que tienen de previsibles. También sugiero repasar los blogs de Oriol Bartomeus y Bernat Dedeu; o seguir los twets, siempre selectos e inteligentes, del Club Cortum, Joan Coscubiela o Ignasi Guardans entre otros… Me dirán que estas recomendaciones se hallan ideológicamente muy alejadas entre sí. Evidente, pero quizás por ello conviene escudriñarlas con suma atención e intentar destilar un denominador común positivo; un hilo transversal que bien podría ser una exigencia de rigor y honestidad política e intelectual por encima de sectarismos y mentiras. Por ejemplo y sin ir más lejos, FernadoOnega en La Vanguardia y Oriol Bertomeus en su blog, nos advierten de los efectos colaterales a medio plazo de los bloqueos políticos, de la celebración de nuevas elecciones y de la verborrea populista al uso. Ya se verá qué resultados electorales obtiene cada partido el diez de noviembre, también si la abstención crece o si la extrema derecha pierde fuelle… Tiempo al tiempo. Pero ¿Alguien se ha parado a pensar en esos ‘intangibles’ que no aparecen cuantificados en las encuestas y amenazan con apoderarse del ánimo del personal? Situaciones como las vividas estos últimos meses minan la confianza del ciudadano en el funcionamiento democrático, devalúan el liderazgo y la credibilidad de los políticos y fomentan el desanimo. Volveremos a las urnas y ejerceremos nuestros derechos democráticos pero nadie nos garantiza que un intangible, confeccionado a partir del hartazgo, nos conduzca al reino del escepticismo y la desafección. En ese reino anidan monstruos deseosos de regresar y la estupidez.

17.9.19

SIN INDEPENDENCIA Y SIN IMAGINACIÓN



EL MISTERIO DE LAS CAMISETAS SEPTEMBRINAS 

Nada nuevo bajo el sol, y menos en un septiembre con gota fría. Por fin se ha sabido quien inspiro a los colegas de madame Paluzie el asunto de las camisetas pintureras que se compran en Bon Preu,Vilaweb o los bazares chinos. Dicen que un historiador erudito y enjuto, afín a la causa secesionista, les comentó la argucia empleada por el general golpista, Gonzalo Queipo de Llano, que ordenó a sus tropas desfilar repetidas veces por las calles de Sevilla ataviadas con distintos uniformes; que si de Guardia Civil, que si del Tercio, que si el de regulares… El objetivo no era otro que aparentar una fuerza castrense superior a la real. Y le funcionó el tema al militar de Tordesillas para desgracia de miles de sevillanos. Salvando las lógicas distancias en el espacio y el tiempo, los correligionarios de madame Paluzie llevan desde antes del 2012 gestionando el tingladillo de las camisetas para uso puntual de convencidos, figurantes y maniquíes. El efecto visual en TV3, apuntan, suma adictos a la causa. Un once de septiembre sin un color identificativo deviene para los creyentes una festividad insubstancial, anodina. Nada nuevo, Don Miguel de Unamuno ya dijo que a los catalanes nos puede la estética. Pero no se lo pierdan, hay incluso quien hace colección de ellas por colores y tallas. Visto el éxito continuado del producto los fabricantes de las codiciadas prendas -dado que el personal envejece y se ensancha- prometen para la próxima Diada nuevos tonos y tallas 6 y 7 XXL. El Punt-Avui cuenta que en algún hogar de prole numerosa se están planteando acudir a la Republica de Ikea para adquirir un armario ropero donde guardar los modelitos de años anteriores. También relatan que muchas familias patriotas han aplazado la compra a la espera de que la ANC ultime la lista blanca de los comercios y empresas fieles al talibanato secesionista. O sea que lo de Ikea, de momento, se mantiene en stand by. Al ritual político-emotivo-sentimental se le ha añadido el mercantil. ¡Ah! Y no olviden ustedes el casco amarillo que impide el sentido común y ahuyenta debilidades pactistas. Un articulista de La Vanguardia comentaba que septiembre le daba miedo “por lo que tiene de ‘déjà-vu’ y por las repeticiones de más de lo mismo para no ir a ningún lado”. Palabras cargadas de sentido común las suyas. Ho tornarem a fer han bramado cariacontecidos algunos miles de nuestros conciudadanos en el corazón de la plaza España. Eran muchos, cierto, pero no tantos como otras veces. Aunque eso, a estas alturas de la película, ya da igual. Sí el próximo año los forjadores de quimeras imposibles vuelven a confeccionar camisetas multicolores será porque aun no habrán asimilado que les conviene hacer las cosas de otra forma. No es bueno que un país languidezca de aburrimiento lloriqueando por las esquinas. Quizás el misterio que se oculta bajo las camisetas no es el corazón, la belleza y forma de los cuerpos que cobijan, si no el modus vivendi de unos mercaderes que aspiran a seguir siendo mandarines.

5.9.19

TSUNAMI PARA DESNORTADOS



¿HAIKU O TSUNAMI? 


Lo nipón está de moda, se lleva. Miquel Iceta suele obsequiar a sus seguidores, adversarios y amigos, con un haiku muchas mañanas. Ya saben ustedes que los haikus son poemas breves de pocas silabas, referentes a las estaciones del año, con los que el bueno de Miquel nos manda mensajes encriptados. Cada día un haiku afirma él; cada Diada un eslogan imposible, digo yo, en boca de los hiperventilados de turno. Cada Once de septiembre, casi siempre sin tarjeta, las mercaderes del apocalipsis patrio aguijonean a sus peones anunciándoles que el combate final es inminente, ‘a tocar de dits’. Erráticos, y sin discurso creíble, viven sin vivir en ellos a la espera de que una chispa prenda ese fuego purificador que todo lo ilumina. Desean que la humareda difumine su torpeza y desorientación. Ahora bregan para generar, dicen, un ‘tsunami democrático’. Observen, en ese hipotético maremoto a la catalana no hay ni mensaje, ni poesía, ni un mañana prometedor como en los haikus de Miquel. La palabra tsunami, aunque se adjetive democrático, tiene un algo de oxímoron, trae a la mente imágenes de aguas incontenibles y devastación. Los haikus, en cambio, insinúan momentos plácidos, buen humor y guiños. Nada que ver con aquella revolución de las sonrisas que ha quedado en las hemerotecas como un recuerdo de un pasado que no conviene repetir. La marea sube y baja; viene y va. Algunos plumillas, antaño de verbo desatado, hoy hurgan en el archivo de las políticas posibles buscando salidas honorables al ‘cul de sac’catalán. Del ‘Per què hem guanyat’ hemos pasado al ‘qué collons hem de fer ara? Toca haiku, molts haikus.