El blog d'en Joan Ferran

22.3.22

LAS MUNICIPALES SE ACERCAN...

 





COLLBONI MUEVE FICHA 


 Jaume Collboni se quitó la mascarilla en el Círculo de Economía. Habló claro y se le entendió todo. El edil socialista quiere que el mundo empresarial sepa que es un político serio, fiable y comprometido con los agentes dinamizadores de la ciudad. Es el hombre que encarna el sí frente a la retórica de los Comunes basada en el no sistemático; es la reivindicación del humanismo práctico en contraste con los tics despóticos de un urbanismo táctico mal administrado. Ante el presidente de la entidad, Javier Faus, y observado de cerca por el ministro de exteriores, José Manuel Albares, rescató la idea de convertir el aeropuerto del Prat en un elemento al servicio de la recuperación económica de la ciudad y la creación de empleo. Tras dos años de pandemia las grandes metrópolis, Barcelona lo es, se enfrentan al reto de reactivar la economía, mejorar la calidad del aire que respiran sus habitantes y reducir el impacto ambiental que generan sus actividades. En su intervención, el primer teniente de alcalde propuso un plan de internacionalización para la ciudad, combinado y compatible con políticas sostenibles, inclusivas y de justicia social. Diserto acerca de la importancia de los mercados asiáticos y de la necesidad de convertir Barcelona en un gran hub intercontinental. Pocos minutos antes había comentado en petit comité, que contemplaba las políticas de movilidad como un agente estratégico para potenciar el dinamismo económico. Coincidía así con el presidente del RACC, Josep Mateu, con Gabriel Jené de Barcelona Oberta y Roger Pallarols del Gremi de Restauració. Es curioso, cada vez que en Cataluña se plantean proyectos de envergadura, aparecen en escena los herederos de los ludistas del siglo XIX que se oponían a los avances de la Revolucion industrial. Aquellos destrozaban y quemaban máquinas y telares, los de hoy bloquean el progreso e incineran ilusiones. Cataluña no puede renunciar a un aeropuerto de primera categoría con conexiones directas con todos los continentes. Tampoco puede, ni debe, prescindir de unas inversiones millonarias que generarían miles de puestos de trabajo. Estas políticas negativas ya las hemos padecido con anterioridad. Barcelona tiene memoria y hemerotecas. Los que en su día se opusieron a la llegada del AVE a la ciudad condal, hoy callan como bellacos al comprobar que se ha convertido en un medio de transporte popular, sostenible y relativamente barato. Recuerden, sin ir más lejos, el catastrofismo de CiU, Xavier Trias y Joan Rigol respecto al trazado del túnel por el centro de la ciudad. Recuerden también, como vaticinaban daños en la basílica de la Sagrada Familia. O los que desde la izquierda jugaban a confrontar la red de Cercanías con la de Alta Velocidad. Los detractores de antaño se han convertido hoy en usuarios impenitentes de la alta velocidad. Mucho me temo que si la ampliación del aeropuerto llega a ver la luz, algun día ocurrirá algo parecido con los vuelos. Sobre la marcha vamos acostumbrándonos a las rectificaciones. Pasó con el Mobile World Congress hace unos años, con la Copa América de Vela Colau ha rebobinado a tiempo, no fuera caso que Collboni -que fue quien impulsó la idea- se llevara el gato al agua. Interpreto la intervención de Jaume Collboni en el Círculo de Economía como un punto de inflexión. Toca articular políticas serias, rigurosas y compartidas con los generadores de riqueza de la ciudad. Urge actuar sobre lo social, sobre las políticas de seguridad y el urbanismo. Va llegando el momento en que cada uno explicite qué modelo estratégico de ciudad defiende y como se avanza hacia él. El socialista ya ha movido ficha, los demás...

"Me quedé corto con lo de la crosta de TV3”

10.3.22

MISMA FUENTE VISTINTAS AVES









POCO (O NADA) ‘EN COMÚ’ 


 Gobernar en coalición suele ser difícil; cierto, pero aun lo es más cuando uno de los socios es a su vez un colectivo político variopinto. Cuando Jaume Asens, el presidente del grupo de Unidas Podemos en el Congreso, afirma que su formación pasa por “un debate interno muy intenso” se delata. Está reconociendo sin darse cuenta, la naturaleza contradictoria de su organización a la hora de abordar los grandes temas de estado. Por mucha cocina, alambique y retórica que se le echen a algunas tesis políticas, éstas no siempre consiguen emulsionar y convencer. Pablo Iglesias, Yolanda Díaz e Íñigo Errejón lo saben por experiencia. Las contradicciones acostumbran a aparecer cuando la cruda realidad exige al político de turno tomar decisiones comprometidas. En Unidas Podemos se amalgaman desde teorías de laboratorio universitario hasta los epígonos de los distintos comunismos, desde las corrientes anticapitalistas hasta los ecologistas de última hora. Ione Belarra no tuvo en cuenta al posicionarse en contra del envio de ayuda a Ucrania que algunas de sus colegas, de tradición leninista, asumían aquella máxima de Mao Tse Tung que dice: ‘El poder esta en la punta del fusil’. Tampoco que España es un país miembro de la OTAN y ello obliga aunque te posiciones en ‘la esquinita de la izquierda’. Jaume Asens sostiene al respecto, y como excusa justificativa del guirigay, que la izquierda ‘está descolocada y desconcertada’ ante el conflicto bélico. Seguro que sí, pero esas dudas y contradicciones no solo afectan al debate sobre la acción política de los bloques y los estados; también se manifiestan en lo cercano, en el día a día de la gestión de los pueblos y ciudades, en el municipalismo. Cuando se intentan aplicar en una metrópoli como Barcelona, políticas hiperideologizadas fruto de debates para iniciados, la cosa va mal y las coaliciones también se resienten. Valga como ejemplo de lo que planteo, la discrepancia profunda entre el PSC y los Comunes en relación a la losa de hormigón que cubre la Ronda Sant Antoni. Jaume Collboni, atendiendo las peticiones vecinales, propone recuperar de inmediato el proyecto elaborado el 2018 mientras que los de Colau, apuestan por dilatar en el tiempo la ejecución de la obra en aras de un hipotético cinturón verde. No hay semana sin discrepancia ni día sin desencuentros. Las peleas entre los socios obedecen, a mi modesto entender, a el choque entre la cultura de gobierno, pragmática y asentada que atesoran los socialistas, y la improvisación y el postureo de los de Colau. En las filas del PSC se añora a personalidades como Eulalia Vintró, Antoni Lucchetti e incluso Imma Mayol. Los Comunes y Unidas Podemos tropiezan con una realidad ciudadana en la que los dibujos de pizarrín y los experimentos chiripitifláuticos no sirven para resolver los problemas de una ciudad compleja como Barcelona. Y menos aun si se intentan aplicar sin haber logrado consensos como fruto de la participación y el diálogo. El radicalismo declarativo de Janet Sanz contra la circulación rodada, los caprichosos cambios de nombre de algunas calles, la fobia contra el turismo, la tolerancia con algunos colectivos okupas empañan la gestión de Ada Colau. La falta de sentido común y decoro institucional en relación con la Jefatura del Estado y el postureo populista no contribuyen a la normalización política. Para otra ocasión dejaremos el debate sobre el aeropuerto, los cruceros, el comercio y los equipamientos culturales. El PSC ha sido muy condescendiente con los experimentos de Colau, las bravatas de Sanz y los experimentos de Eloi Badia. Quizás confió en exceso en que la realpolitik iba a propiciar el milagro de convertir la bisoñez y el hiperideologismo de los colauitas en buena cultura de gobierno. No ha sido así y los ciudadanos lo perciben. Las elecciones se aproximan y, tanto en lo local como en lo global, muchos nos preguntamos si aún queda algo en común.

7.3.22

ESTAIS INVITADOS A LA PRESENTACIÓN.....

 

   






PARA LEER ‘FLORES DE ARCÉN’ 




 “Hay otros mundos pero están es éste” Estas palabras de Paul Éluard, no exentas de poesia y misterio, sugieren planetas ignotos, paraísos perdidos, arcanos indescifrables; pero también pueden insinuar la existencia de mundos oscuros, de espacios vitales carentes de felicidad, de micro universos agazapados bajo el sofisma de una aparente normalidad ciudadana. La frase de Éluard provoca, invita a abrir los ojos a un cosmos tan cercano como ignorado. Basta una mirada a nuestro entorno para atisbar retales humanos sobreviviendo en los agujeros negros de la gran ciudad. Unos al borde de la desesperación, otros convertidos en adictos consumidores de la migajas que generan los opulentos del sistema. Los invisibles existen, cohabitan con nosotros; ignoramos a los parias porque no se manifiestan, porque no perturban la cotidianidad. La molestia que causan es tan solo paisajista, estética. El autor de las páginas de ‘Flores de Arcén’ narra y describe, sin pretensiones, el quehacer de gentes que vemos sin ser conscientes de ver. Párrafo a párrafo, de forma amena y sin afectación sentimentaloide, nos transmite impresiones y sugiere al lector mirar de forma diferente la vida que emerge en los margenes de la metrópoli. Reclama atención y cuidado para los retales humanos que crecen como si fueran minúsculas flores de arcén.

CALMA AMIGOS, CALMA Y OBJETIVIDAD

¿RUSOFOBIA? 





 Una extraña inquietud se apodera de nosotros. Las imágenes de televisión mostrando el éxodo de miles de ucranianos provoca desazón, cuando no angustia. La prensa publica fotografías espeluznantes y la radio transmite, en tiempo real, los horrores de la guerra. Cualquier persona con un mínimo de humanidad en las venas sufre. Ante una situación así es muy difícil no dejarse llevar por los sentimientos y muy fácil caer en generalizaciones injustas. No me parece bien anatemizar todo lo ruso. Vladímir Putin es un sátrapa a combatir, nadie lo discute, pero el pueblo ruso no. Franco fue un déspota vengativo y cruel, pero no así el pueblo español que padeció durante décadas su dictadura. Quizás ha llegado el momento de interiorizar aquellos versos de Rudyard Kipling que dicen: ”Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila cuando a tu lado todo es cabeza perdida”. No perdamos la capacidad de discernir. Las sanciones y los boicots a la economía rusa forman parte de la réplica de los gobiernos democráticos contra la ocupación manu militari de un país soberano. Nada que objetar al respecto. Bienvenidas sean, también, las manifestaciones y manifiestos de solidaridad y la ayuda humanitaria. Pero de ahí a desatar en las redes sociales una campaña indiscriminada contra todo lo que huela a ruso va un abismo. Vigente la frase de León Tolstói:” Hay quien cruza el bosque y solo ve leña para el fuego”. Más pronto que tarde -quizás sin Putin- habrá que recoser la paz en Europa y el pueblo ruso seguirá ahí.

CUANDO LA OLP OCUPO MADRID

 

JUNQUERAS, UCRANIA Y UCRONÍAS



 A Oriol Junqueras le van a nombrar socio de honor del INC (Institut Nova Història). Sí, de esa entidad, regada con generosas subvenciones del Govern, que pone a Cataluña en el centro de casi todos los acontecimientos relevantes que han sucedido en el mundo. Ya saben: Shakespeare, Da Vinci y Cervantes eran de origen catalán, además de Cristobal Colón. El republicano ha dibujado, junto a Arnaldo Otegui, un estúpido paralelismo entre Cataluña, Ucrania y España. De un tiempo a esta parte Junqueras no está muy fino, no toca bien la gralla dulce. Se pasó de decibelios en la presentación de su libro en Igualada llamando, con emotivo desespero, a desafiar de nuevo al estado español y no duda en meterse en un jardín cada vez que toma la palabra ante un auditorio afín. Busca protagonismo y recuperar presencia mediática al precio que sea. Lo hace, precisamente, en un momento en que Pere Aragonès intenta zafarse del marcaje permanente de radicales y puigdemontistas. La ANC rechaza la mesa de diálogo y sigue apostando por la vía unilateral. No en vano recuerda insistentemente que países que hoy son independientes, como Estonia, Letonia, Lituania y Eslovenia, lo son porque apostaron por un proceso brusco de secesión. Y esto es lo que, Elisenda Paluzie, predica sin descanso para lograr que el unilateralismo vuelva a instalarse en la agenda política catalana. Así las cosas lo de Oriol Junqueras con Ucrania no ayuda a ERC, sino todo lo contrario, forma parte de ese hilo argumental viajero que tanto gusta al independentismo irredento. La carencia de referentes ha convertido a muchos políticos -pienso en Artur Mas, Alay, Puigdemont y ahora en Junqueras- en amantes de la historia virtual y lectores enfermizos de ucronías baratas. Intuyo que el actual presidente de la Generalitat, además de sortear la mirada inquisidora del Consell de la República que le vigila desde Waterloo, libra una dura batalla interna con los tics de la vieja guardia republicana. El ‘fuego amigo’ que cae sobre Aragonès deviene mas dañino, para su hoja de ruta, que ‘el vuelva usted mañana de Sánchez’. Los sectores pragmáticos de ERC estan desconcertados. Respetan a Oriol Junqueras pero, al mismo tiempo, viven con preocupación algunas de sus intervenciones; las consideran un estorbo en el camino diseñado para la consolidación de Pere Aragonès como president de la Generalitat. El relevo en las distintas cúpulas de las corrientes independentistas es pródigo en golpes bajos y Esquerra no es una excepción. Quizás por ello a finales de marzo los republicanos tienen previsto reflexionar internamente alrededor de un Plan de Legislatura. Nueve meses de reuniones “a seis” de partidos y entidades independentistas no han servido para crear el tan deseado mando conjunto del independentismo. ERC quiere vincular la unidad del movimiento a la presidencia de Aragonès. Los de Carles Puigdemont, conscientes de que está en juego la hegemonia del tinglado secesionista, teorizan acerca de los ‘liderazgos colectivos’. Desconfían unos de otros, dentro y fuera de sus respectivas organizaciones y colectivos. El horno no está para bollos después de comprobar, en Chez PP, como una mayoría absoluta puede desmoronarse en tan solo tres días y su líder acabar defenestrado o humillado. Daniel Inninerity, preguntado en televisión por lo acontecido en el seno del PP, soltó una de las verdades del barquero: “Quien crea que un partido político es un club de amigos, esta equivocado”. Si por definición un partido no es un club de amigos, que no será esa ‘dirección estratégica colegiada’ a la que aspiran independentistas de todos los pelajes. Ah, por cierto, el diccionario define la ucronía como un genero literario, como una reconstrucción histórica que se basa en hechos posibles pero que no han sucedido realmente. Dicen que a Oriol Junqueras le encantan las lecturas de ese tipo; es posible, pero le traiciona el espejo retrovisor que utiliza. Es cóncavo y le ofrece imágenes deformadas de la realidad.