El blog d'en Joan Ferran

30.7.12

BRILLANTE ALFONS QUINTÂ EN "EL DEBAT"














"Cambiar la historia" con generales, o con sargentos o con criadas

Alfons Quintà
Artur Mas ha acabado instalándose en unas tonterías tan extremas que criticarlo puede obligar a rebajarte. Si esto continúa así, ya veremos en qué cloaca intelectual acabaremos. Habrá que decir adiós al muerto y enterrado 'seny' catalán y a nuestra vieja pasión por la concordia. Hay verdades y hay mentiras. Pero sobre todo existe un inmenso campo de temas opinables. Hace semanas que Mas se sitúa fuera de esta tríada, para instalarse en el terreno del griterío grotesco. Abusa tanto de ello que hay que hacer esfuerzos para no ser arrastrado. Para recuperar la serenidad, se puede tener presente una frase del gran emperador Antonino Pío (86-161): "Mi venganza es no ser cómo son ellos".
El viernes, el president Mas dijo a trescientos altos cargos de la Generalitat: "Sois los generales de un ejército con una misión histórica". Se trataba, dijo, de "cambiar la historia" mientras también se refería a cambiar la relación con España "en dos legislaturas". ¿Será en dos legislaturas y por la mañana o en dos legislaturas y por la tarde?. Una fuente de CDC me dice que "esto no se lo puede creer nadie". Añade: "Mas hizo este numero para neutralizar a Oriol Pujol y a Felip Puig, que controlan CDC. Estamos en el marco de una "guerra de jefes" que estimula retóricas peligrosas, como ya pasó en 1934, culminando en el ridículo seis de octubre. Nadie lo quería, pero fue el preludio de la guerra civil". Tanta barbaridad excita a tomárselo a coña. En especial, por el desprecio de la realidad inmediata y concreta que implica. Pero éste no ha sido nunca mi estilo. Prefiero contrastar las sandeces con las realidades probadas. Una de estos realidades me la expuso hace años Josep Maria Bricall, catedrático y después rector de la Universitat de Barcelona, viejo colaborador directo de Josep Tarradellas, ex conseller de Gobernación así como exdiputado independiente elegido en la lista del PSC. Sargentos, no generales Bricall me dijo, y me autorizó formalmente a reproducirlo, que un día Jordi Pujol le dijo: "Te equivocas al querer rodearte de generales, lo que hay que hacer es rodearse de sargentos". Cómo es notorio, Bricall es una de las personas más honestas que hay en Catalunya, desde la Transición acá. Nadie lo puede acusar de haber mentido nunca. Aplicado el criterio de Pujol I al caso de Mas, resultaría que éste podría aspirar a ser sargento, no a comandar a trescientos hipotéticos generales. Hay otro dato concordante que ya he expuesto alguna vez. Tuvo efecto en el seno de uno de estos grupitos que se forman después de un acto político. En este caso, de CDC. En el grupo había seis o siete militantes de la entonces llamada ala "arnada" [apolillada] de CDC, mote irónico encontrado por el divertido roquista Jaume Camps, por contraposición a "ala armada". Sin coña, se los bautizaba "históricos", por haber estado con Pujol I ya desde antes de la creación de CDC. Muchos de estos históricos acabaron siendo críticos con Pujol I. Fue el caso de Jaume Casajoana (1930-2001). Yo conseguí, con muchos esfuerzos, que podría detallar palabra por palabra, que Pujol I lo nombrara primer director general de la Corporació Catalana de Ràdio y Televisió, como condición indispensable para que yo aceptara ser –de lo cual estoy arrepentido– director general de proyecto de TV3, cargo que Pujol me estuvo ofreciendo durante dos años. Personalmente, quería tener un amparo político. No solamente Pujol no había pensado nunca en Casajoana, sino que, repito, me costó que lo aceptara. Lo escribo con solemnidad y absoluta veracidad. Ni secretarias, sino criadas Volviendo a aquel grupito circunstancial, donde estaban Casajoana y Ramon Trias Fargas, uno de los históricos de CDC (que no cito porque creo que está vivo) se quejó del patente personalismo de Pujol I. Dijo: "Jordi (Pujol) sería feliz trabajando sólo con la ayuda de dos o tres secretarias". Ramon Trias, con aire y expresión inherentes a la ironía británica, le respondió: "Siento decíroslo, pero Pujol no necesita secretarias: lo que quiere son criadas". O sea que nada de generales. Ni de secretarias. La cosa se situaba entre las dignas profesiones de sargento o de criada. En Banca Catalana, Pujol había obrado igual. No se fiaba ni de su padre, a pesar de que éste era el principal accionista. Ya he escrito como Florenci Pujol recorrió honestamente a mi persona –que todo lo que sabía lo publicaba– para intentar saber cómo iba aquel banco mal gestionado por Pujol I. Allí tampoco había generales. Vamos a otro hecho rigurosamente cierto y más reciente. Yendo yo acompañado (por lo tanto, teniendo un testigo) me encontré, en los últimos años de la presidencia de Pujol I, con un alto dirigente de CDC. Es decir, del nivel que sólo lograron Miquel Roca, Ramon Trias, Macià Alavedra, Josep Maria Cullell y Lluís Prenafeta. Liquidados para ser válidos A aquel alto dirigente de CDC le dije que Pujol sólo solía elegir colaboradores de segunda, de tercera, o de cuarta fila. Hubiera podido dar muchos nombres, pero no hizo falta. Él ya lo sabía. Riendo, mi interlocutor me dijo: "Alfons, te tenía por más inteligente". No supe qué decir. Lo aprovechó para agregar: "¿Sólo ahora te enteras de que esto siempre ha sido así?" Seguro que ahora aquel alto dirigente no se traga esto de los trescientos generales. Hace muchos años que tiene muy claro como la cosa funciona, piramidalmente. A continuación añadió: "Tengo muy claro desde hace años que Pujol evita las personas de valía. Me ha sido muy útil. Cuándo he querido cargarme a alguien del propio partido, o de la Generalitat, que me molestaba, he ido a Pujol y le he dicho: 'Esta persona vale mucho, hará una gran carrera política'. En el supuesto de que lo quisiera destrozar definitivamente, le he dicho a Pujol: 'Podría ser un sucesor tuyo'. Entonces el personaje ha quedado frito para siempre jamás. Este método nunca me ha fallado". Le dije a mi interlocutor que, años antes (a principios de los noventa), un alto dirigente de CDC (fue Jaume Casajoana) me había dicho que Pujol I sólo pensaba en que su sucesor fuera su hijo Oriol, como Pujol II, para decirlo en términos de monarquía absoluta. Me dijo que él también lo creía. Él tenía claro que Pujol pensaba en Mas como un mero regente. Que conste que no uso las palabras sargento ni criada, porque, como Antonino Pío, soy más ponderado en las expresiones y las imágenes que Artur Mas. Este es un gran tema: el abuso de las imágenes, por no decir de la pura demagogia. ¿Cómo se puede pretender un pacto fiscal a base de presentar en el Parlament un par de páginas con juicios de valor y con afirmaciones retóricas? ¿Cómo se puede olvidar que son momentos de solidaridades y, sobre todo, de pacificación a todos los niveles? Lo dijo Javier Solana hace pocos días en Terrassa. Es una obviedad incuestionable. Rescate español y a la vez Estado propio Hablar simultáneamente de rescate de Catalunya por parte del Estado y de referéndum "con la bandera del Estado propio" no tiene ningún tipo de sentido, excepto el de evitar que los catalanes constaten hasta qué punto la actual Generalitat ha tenido una gestión desastrosa, catastrófica. De hecho estamos ante un caso de los contemplados por una frase irónica anglosajona: "Si no puedes gestionar bien una empresa pequeña intenta hacerlo con otra mayor grande". Repito que es una frase sólo irónica. No es nada forzado aplicarla a Mas. No ha sabido encarar la crisis, ni resolver problemas tan elementales (y caros) como el sistema de propaganda mediática de la Generalitat, presidido por la surrealista e infame TV3. Pero quiere "cambiar la historia", algo más complicado. Pero los clamores genéricos, cuando fallan, y lo suelen hacer siempre, tienen la ventaja de permitir excusas también genéricas. En cambio, el análisis de los problemas concretos sirve mejor para retratar la incapacidad para resolverlos de los políticos inútiles y demagogos. Artur Mas está demostrando ser la antítesis de su imagen inicial de "buen chico". Cuando llegó a la presidencia, esta imagen había hecho decir a un diputado socialista: "Pobre Mas". Los que ahora damos pena somos los catalanes. Como muestran las encuestas, empezando por una encargada por CDC y revelada por Eldebat,cat, muchos antiguos votantes de CDC se alejan de ella. Pero no encuentran una alternativa seria, clara y valiente, sin complejos. Estamos en un momento en que hay fuerzas que han asumido una política demagógica y destructiva, mientras que las fuerzas que tendrían que tener una constructiva no saben hacia donde tienen que ir ni cómo hacerlo. Ya veremos si finalmente será el maximalismo creciente de Mas, alimentado por lo que es una auténtica guerra de sucesión entre él y la familia Pujol, el que, por rechazo, acabará mostrando un nuevo camino. Parafraseando a Antonino Pío, tendrá que ser un camino que no sea el suyo. Éste está marcado por una retórica independentista de geometría variable, concebida sólo para esconder su deseo de poder omnímodo y eterno.

24.7.12

REFLEXIÓN SOBRE EL CONSUMISMO...





EL CONSUMISMO ¿UNA ENFERMEDAD?

Marcelo Colussi*
 En el corazón de las selvas del Petén, en lo que actualmente es Guatemala, en la cima del Templo IV, joya arquitectónica legada por los mayas del Período Clásico, dos jovencitas turistas estadounidenses -con ropa Calvin Klein, con calzado Nike, con lentes de sol Rayban, con teléfonos portátiles Nokia, cámaras fotográficas digitales Sony, videofilmadoras JVC y tarjeta de crédito Visa, hospedadas en el hotel Westing Camino Real y habiendo viajado con millas de "viajero frecuente" por medio de American Airlines, hiperconsumidoras de Coca-Cola, Mc Donald's y de cosméticos Revlon- comentaban al escuchar los gritos de monos aulladores encaramados en árboles cercanos: "pobrecitos. Aúllan de tristeza, porque no tienen cerca un ‘moll' donde ir a comprar".
 Consumir, consumir, hiper consumir, consumir aunque no sea necesario, gastar dinero, hacer shopping… todo esto ha pasado a ser la consigna del mundo moderno. Algunos -los habitantes de los países ricos del Norte y las capas acomodadas de los del Sur- lo logran sin problemas. Otros, los menos afortunados -la gran mayoría planetaria- no; pero igualmente están compelidos a seguir los pasos que dicta la tendencia dominante: quien no consume está out, es un imbécil, sobra, no es viable. Aunque sea a costa de endeudarse, todos tienen que consumir. ¿Cómo osar contradecir las sacrosantas reglas del mercado? Podríamos pensar que el ejemplo de las jóvenes arriba presentado es una ficción literaria -una mala ficción, por cierto-; pero no: es una tragicómica verdad. El capitalismo industrial del siglo XX dio como resultado las llamadas sociedades de consumo donde, aseguradas ya las necesidades primarias, el acceso a banalidades superfluas pasó a ser el núcleo central de toda la economía. Desde la década de los 50, primero en Estados Unidos, luego en Europa y Japón, la prestación de servicios ha superado largamente la producción de bienes materiales. Y por supuesto los bienes masivos suntuarios o destinados no sólo al aseguramiento de la subsistencia física (recreación, compras no unitarias sino por cantidades, mercaderías innecesarias pero impuestas por la propaganda, etc., etc.) encabezan por lejos la producción general. ¿Por qué esa fiebre consumista? Todos sabemos que la pobreza implica carencia, falta; si alguien tiene mucho es porque otro tiene muy poco, o no tiene. En una sociedad más justa, llamada socialismo, "nadie morirá de hambre porque nadie morirá de indigestión", dijo Eduardo Galeano. No es necesario un doctorado en economía política para llegar a entender esta verdad. Pero contrariamente a lo que podría considerarse como una tendencia solidaria espontánea entre los seres humanos, quien más consume anhela, ante todo, seguir consumiendo. La actitud de las sociedades que han seguido la lógica del híper consumo no es de detener el mismo, repartir todo lo producido con equidad para favorecer a los desposeídos, detener el saqueo impiadoso de los recursos naturales. No, por el contrario el consumismo trae más consumismo. Un perro de un hogar término medio del Norte come un promedio anual de carne roja mayor que un habitante del Tercer Mundo. Mientras mucha gente muere de hambre y no tiene acceso a servicios básicos en el Sur (agua potable, alfabetización mínima, vacunación primaria), sin la menor preocupación y casi con frivolidad se gastan cantidades increíbles en, por ejemplo, cosméticos (8.000 millones de dólares anuales en Estados Unidos), o helados (11.000 millones anuales en Europa), o comida para mascotas (20.000 millones anuales en todo el Primer Mundo). ¿Somos entonces los seres humanos unos estúpidos y superficiales individualistas, derrochadores irresponsables, vacíos compradores compulsivos? Responder afirmativamente sería parcial, incompleto. Sin ningún lugar a dudas todos podemos entrar en esta loca fiebre consumista; la cuestión es ver por qué se instiga la misma, o más aún: es hacer algo para que no continúe instigándosela. Lo cual lleva entonces a reformular el orden económico-social global vigente. ¡Esta locura no puede seguir así! Si bien es cierto que en las prósperas sociedades de consumo del Norte surgen voces llamando a una ponderada responsabilidad social (consumos racionales, energías alternativas, reciclaje de los desperdicios, ayuda al subdesarrollado Sur), no hay que olvidar que esas tendencias son marginales, o al menos no tienen la capacidad de incidir realmente sobre el todo. Recordemos, por ejemplo, el movimiento hippie de los años 60 del pasado siglo: aunque representaba un honesto movimiento anti-consumo y un cuestionamiento a los desequilibrios e injusticias sociales, el sistema finalmente terminó devorándolo. Dicho sea de paso: las drogas o el rock and roll, sus insignias de las décadas de los 60 y 70, acabaron siendo otras tantas mercaderías de consumo masivo, generadoras de pingües ganancias (no para los hippies precisamente, por cierto). Una vez fomentado el consumismo, todo indica que es muy fácil -muy tentador sin dudas- quedar seducido por sus redes. Por ejemplo: los polímeros (las distintas formas de plástico) constituyen un invento reciente en la historia; en el Sur recién se van conociendo a mediados del siglo XX, luego que ya eran de consumo obligado en el Norte, pero hoy ya ningún habitante de sus empobrecidos países podría vivir sin ellos, y de hecho, en proporción, se consumen más ahí que en el mundo desarrollado donde comienza a haber una búsqueda del material reciclado. Por diversos motivos (¿para estar a la moda que le impusieron?), es más probable que un pobre del Tercer Mundo compre una canasta de plástico que de mimbre. El consumismo, una vez puesto en marcha, impone una lógica propia de la que es muy difícil tomar distancia. Es "adictivo", podría decirse. Del mismo modo, y siempre en esa dinámica, veamos lo que sucede con el automóvil. Actualmente es archisabido que los motores de combustión interna -es decir: los que le rinden tributo a la monumental industria del petróleo en definitiva- son los principales agentes causantes del efecto invernadero negativo; y sabido es también que producen un muerto cada dos minutos a escala planetaria por accidentes de tránsito, inconvenientes todos que podrían verse resueltos, o minimizados al menos, con el uso masivo de medios de transporte público, más seguros en términos de seguridad individual y ecológica (un solo motor puede transportar cien personas, por ejemplo, pero hasta no acabar la última gota de petróleo no habrá vehículos impulsados por energías limpias: agua o sol por ejemplo). Un motor quemando combustibles fósiles por persona no es sostenible a largo plazo en términos medioambientales, pero curiosamente para los primeros veinticinco años del siglo en curso las grandes corporaciones de fabricantes de automóviles estiman vender mil millones de unidades en los países del Sur, y los habitantes de estas regiones del globo, sabiendo de las lacras arriba mencionadas y conocedores de los disparates irracionales que significa moverse en ciudades atestadas de vehículos, no obstante todo aquello están gozosos con el boom de estas máquinas fascinantes. En esa lógica entonces, quien puede, aún endeudándose por años, hace lo imposible por llegar al "cero kilómetro". Todo lo cual nos lleva a dos conclusiones: por un lado pareciera que todos los seres humanos somos demasiado manipulables, demasiado fáciles de convencer (los publicistas lo saben a la perfección). No otra cosa nos dice la semiótica, o la psicología social de cuño estadounidense centrada en el manejo mercadológico de las masas. De no ser así George Bush hijo, un alcohólico recuperado bastante poco ducho en las lides políticas, no podría haber sido presidente de su país en dos ocasiones (gracias a un video sensacionalista en su segunda campaña presidencial, por ejemplo, que explotó los miedos irracionales del electorado); o el cabo del ejército alemán Adolf Hitler no podría haber hecho creer al "educado" pueblo alemán ser una raza superior y llevarlo a un holocausto de proporciones dantescas. Pero por otro, como segunda conclusión -y esto es sin dudas el nudo gordiano del asunto- las relaciones económico-sociales que se han desarrollado con el capitalismo no ofrecen salida a esta encerrona de la dinámica humana. El gran capital no puede dejar de crecer, pero no pensando en el bien común: crece, al igual que un tumor maligno, en forma loca, desordenada, sin sentido. ¿Para qué la gran empresa tiene que continuar expandiéndose? Porque su lógica interna lo fuerza a ello; no puede detenerse, aunque eso no sirva para nada en términos sociales. ¿Por qué los millonarios dueños de sus acciones tienen que seguir siendo más millonarios? Porque la dinámica económica del capital lo fuerza, pero no porque ese crecimiento sirva a la población. Y ese crecimiento, justamente -como tejido canceroso- se hace a expensas del organismo completo, del todo social en este caso, haciendo consumir, consumir lo innecesario, depredando recursos naturales, y volviéndonos cada vez más tontos, manipulando nuestras emociones a través de las técnicas de mercadeo para que sigamos comprando. "Pobrecitos. Aúllan de tristeza, porque no tienen cerca un ‘moll' donde ir a comprar"… Dictando modas, fijando patrones de consumo, obligando a cambiar innecesariamente los productos con ciclos cada vez más cortos (obsolescencia programada), haciendo sentir un "salvaje primitivo" a quien no sigue esos niveles de compra continua, con refinadas -y patéticas- técnicas de comercialización (propaganda engañosa, manipulación mediática que no da respiro, crédito obligado), el gran capital, dominador cada vez más omnímodo de la escena económica-político-cultural planetaria, impone el consumo con más ferocidad que las fuerzas armadas que lo defienden lanzan bombas sobre territorios díscolos que se resisten a seguir ese guión. Por cierto que, dadas ciertas circunstancias, el "consumismo" irrefrenable podría ser considerado como una conducta patológica. De hecho en la Clasificación Internacional de las Enfermedades -CIE- de la Organización Mundial de la Salud, así como en el Manual de Trastornos Mentales de la Asociación de Psiquiatras de Estados Unidos -DSM, versión IV- aparece como una posible forma de las compulsiones. Y desde esa matriz médico-psiquiatrizante pudo llegar a describirse la "compra compulsiva" como una categoría diagnóstica determinada. "Preocupación frecuente por las compras o el impulso de comprar, que se experimenta como irresistible, intrusivo y/o sin sentido. Compras más frecuentes de lo que uno se puede permitir y de objetos que no se necesitan, o sesiones de compras durante más tiempo del que se pretendía". Sin negar que ello exista como variable psicopatológica ("Se calcula que la compra compulsiva afecta entre 1.1% y el 5.9% de la población general y es más común entre las mujeres que entre los hombres"), el consumismo voraz que nos impone el sistema es más que una conducta compulsivo-adictiva individual. En todo caso, nos habla de una "enfermedad" intrínseca al sistema mismo. Si las jovencitas del ejemplo con que se abría el presente texto son tan "estúpidas", frívolas y superficiales, no son sino el síntoma de un trastorno que se mueve a sus espaldas. Trastorno que, por cierto, no se arregla con ningún producto farmacéutico, con un nuevo medicamento milagroso, con otra mercadería más para consumir, por más bien presentada y publicitada que esté. Se arregla, en todo caso, cambiando el curso de la historia.
* Escritor y politólogo de origen argentino. Actualmente radicado en Venezuela - Adital Publicado en ATTAC

22.7.12

CONVERGENCIA I EL CAS PALAU-MILLET-CDC

JOSEP RULL I “LES EROSIONS”

Sempre he tingut una bona opinió sobre el diputat convergent Josep Rull. Em sembla una persona solvent i treballadora. Més d’un cop he dit que estava desaprofitat, que era mereixedor d’un paper més rellevant dins l’organigrama del seu partit. Fins i tot vaig arribar a pensar que podia esdevenir conseller en el govern d’Artur Mas, o portaveu parlamentari de la seva coalició. No ha estat així. Altres, no tan brillants, han ocupat els llocs. Malgrat tot, finalment, han pensat en ell per fer de secretari d’organització de CDC.
Per experiència pròpia puc explicar que aquest tipus de responsabilitat orgànica resulta poc agraïda i plena de situacions complexes. El secretari d’organització d’un gran partit –CDC ho és- acostuma a ser el dolent de la pel•lícula, aquell que disciplina als companys díscols i el que respon a les invectives més punyents del adversaris. També el que posa la cara quan cal marcar el terreny a personatges com Duran Lleida o donar explicacions, convincents, quan uns xicots de les joventuts fan una bretolada o diuen una inconveniència... Pot ser dur exercir, a consciència, el paper de Secretari d’Organització...
A la gestió de Josep Rull li ha arribat una de les primeres proves de foc quan ha hagut de valorar el fet que un jutge hagi imposat una fiança de més de tres milions d’euros al seu partit pel cas Palau.
I com ha reaccionat el flamant nou secretari d’organització convergent?
Crec que ho ha fet instintivament, sense reflexionar. És prou sabut que Josep Rull va iniciar la seva vida a les joventuts del partit. Allí li van inculcar una vella idea que és omnipresent en els gens de qualsevol nacionalisme. Li varen dir que tota adversitat, tot conflicte i tota divergència amb la formació -que pretén ser l’elegida dels deus per defensar Catalunya- és una cruel maquinació dels enemics de la pàtria i del seu destí històric.
Quan Josep Rull diu que l’oposició vol erosionar a Mas pel cas Palau-Millet s’equivoca de ple. Quan denuncia una maquinació anticatalana fa un mal servei al país. A hores d’ara la ciutadania ja ha interioritzat el que va passar amb Ferrovial i la línia 9 del Metro o la Ciutat de la Justícia... Tothom té clar el paper de la Fundació Trias Fargas i les cortines de fum que varen envoltar la Comissió d’Investigació parlamentària. Perquè perllongar l’agonia disparant perdigonades a tort i a dret?
CDC, el president Artur Mas i Josep Rull haurien de saber que l’erosió més abrasiva és la generada pel seus propis silencis. Les altres no van més enllà de ser petites esgarrapades pròpies (o impròpies) del combat polític.
El nou secretari d’organització convergent haurà d’aprendre que la pràctica de l’enroc no garanteix la immunitat del seu rei ni de la cort que l’acompanya.

19.7.12

BUEN MOMENTO PARA HABLAR DE UN CÓDIGO ÉTICO

Hace unas semanas se publicó en este mismo blog un código ético para políticos redactado por diversos profesores universitarios. Partiendo del texto y de la idea misma de un código de este tipo, la filósofa Victòria Camps, una de las redactoras del código, y Joan Ferran, político, diputado en el Parlamento de Cataluña por el PSC, dialogan al respecto.
Pregunta. El código ético para políticos ¿era necesario? ¿no rige para ellos lo mismo que para el resto de los ciudadanos?
Victòria Camps. El código es un encargo de Jordi Pujol a la cátedra Ethos. El responsable de coordinarlo fue Francesc Torrralba, que agrupó a una serie de profesores de Ética y de Ciencia Política, juristas e incluso algún economista. Se trataba de reflexionar sobre la moral de los políticos. Para ser precisos, de los altos cargos electos.
P. El código habla también de la relación de los políticos con su partido.
Victòria Camps. Sí, porque luego lo distribuimos en varios bloques y empezamos por los valores: la honradez, la justicia, la profesionalidad, el respeto, la transparencia. Son valores que no son exclusivos de los políticos. Pero retomemos la pregunta: ¿Tiene que haber un código específico para los políticos? Creo que cada profesión tiene que observar los valores fundamentales en función de lo que hace. No es lo mismo ser periodista que político, peluquero o economista. Cada uno tiene algo de específico Si hablamos de la responsabilidad, parece claro que la de un cargo electo es mayor. Por eso procedimos, de entrada, a establecer los apartados de un posible código ético: hablar de su relación con la ciudadanía, con los partidos, con la administración de justicia, con los medios de comunicación.
Joan Ferran. A mí me parece un esfuerzo interesante, lo que ocurre con este tipo de textos es que se mueve en el campo de las ideas, en un mundo idílico, y que la traslación al mundo real toma formas muy complejas. Códigos éticos de este tipo, por lo que sé, los tienen la mayoría de partidos. A veces han sido elaborados como reacción a problemas concretos que han sufrido. En el PSC, uno de los primeros códigos éticos lo impulsó Joan Reventós, después de un caso de corrupción que tuvimos. Lo que me da miedo de estos documentos es que se queden en una lista de recomendaciones con una vida efímera cuando se trasladen a la práctica, donde siempre aparecen justificaciones para casi todo. Mientras Victòria Camps citaba los apartados he pensado que había uno que me interesaba especialmente: el de los medios de comunicación. Se acaba de votar en el Parlamento catalán la composición de un Consejo del Audiovisual (CAC) partiendo de unas leyes quizás un poco buenistas sobre lo que tenía que ser los medios.
P. Usted habla de medios públicos.
Joan Ferran. Públicos, pero también privados, porque el CAC se ha pronunciado alguna vez sobre ellos. Recuerdo el caso de la COPE y también sobre otras emisoras privadas a las que recomendó suprimir anuncios que incitaban a la violencia o vejatorios respecto a las mujeres. Estos códigos están bien como toque de atención a cómo deberían ser las cosas, pero después la realidad va por otro lado. Estoy hablando de medios de comunicación, pero el código cita la justicia. Mientras venía hacia aquí he leído un twitter que decía: “qué rapidez la de la justicia, tres años después vuelve a entrar en casa de Millet”. ¿Se ha hecho lo debido en este ámbito? ¿Confía le gente en la justicia? ¿Vive la justicia en un mundo ideal? Todo el mundo puede ver que se encarcela con premura a una persona por un delito de poca monta y que no ocurre lo mismo en otros casos con evidente alarma social. Y además se dilatan los casos en el tiempo hasta que se extinguen.
Victòria Camps. Precisamente por eso son necesarios los códigos. Nunca se habían hecho tantos códigos éticos como ahora. ¿Por qué? Creo que es porque hemos avanzado en conciencia democrática y somos conscientes de que hay determinadas obligaciones para todos. Este código surgió como una respuesta a la corrupción política. Tenemos la crisis económica, pero hay también un cáncer de la democracia que es la corrupción política. La corrupción es inmoral, pero también es ilegal. Casi todo lo que hacen los corruptos está prohibido y es delito. Bueno, no todo. Quizás lo que ha hecho Carlos Divar, expresidente del Consejo General del Poder Judicial, no es delito, aunque no está bien. Pero ¿qué pasa con los códigos éticos?: que no tienen fuerza coactiva. Sirven sólo como un esfuerzo de reflexión. Ponen sobre la mesa ideas de sentido común, a veces ya consideradas en la legislación, y recuerdan que el comportamiento individual también cuenta, que no basta con una buena legislación y que hay que tener la voluntad de cumplir la ley. Tú hablabas del CAC, a mí me parece escandaloso que haya una legislación que dice que se nombrará a determinadas personas seleccionadas por su prestigio e independencia y que no se cumpla. Hoy, todos los consejeros del CAC son ex cargos a los que se compensa por algo. Es decir, no se cumple el espíritu de lo que dice la ley. Esas cosas deben recordarlas las códigos: que hay obligaciones que cumplir y que para ello hace falta la voluntad de hacerlo.
Joan Ferran. Sí, sí, pero es que hay un espíritu regresivo.
P. De todas formas, ¿por qué condenar esas conductas si la ciudadanía la aprueba? Porque hay corruptos incluidos en listas electorales y salen elegidos.
Victòria y Joan Ferran: Sí.
P. Entonces, quizás el código tendría que ser para el conjunto de la ciudadanía, porque sólo un código para políticos no parece servir.
Victòria Camps. Bueno, no sirven los códigos, ni los derechos humanos ni una importante cantidad de normativas.
Joan Ferran. Yo veo una vertiente positiva a lo que plantea Victòria. Creo que está muy bien decir y repetir tantas veces como haga falta que es lo que está mal y lo que está bien. Ésta es la parte positiva. Luego está lo negativo: que se pueda decir que las cosas están tan podridas que no importa que se hagan códigos porque no se consigue nada.
Victòria Camps. Es que un código no es garantía de nada, pero esa idea de recordar aparece en el preámbulo de los derechos humanos, de la Carta de las Naciones Unidas. Es como dejar sentado que se dicen cosas que todo el mundo sabe, pero que hay que recordarlas porque no se están cumpliendo. Se trata de una función pedagógica.
  P. Esa pedagogía, ¿no sería más efectiva si en vez de hablar sobre el séptimo cielo se bajara a las cosas de la tierra? Hay casos que parecen claros, Millet, Gürtel. Lo contrario es dar la impresión que sugería Joan Ferran, que todos los políticos son corruptos.
Joan Ferran. En estos casos conviene elevarse sobre las anécdotas.
Victòria Camps. Sí, porque tiene que servir para todos.
P. Y ¿sirve?
Victòria Camps. Sí. Por ejemplo, los medios de comunicación podrían decir que tal comportamiento vulnera tal código. Esto va creando un cierto clima.
P. Ustedes hablaban del CAC, pero el PP ha cambiado la legislación sobre TVE para poder nombrar responsables a su antojo. ¿Qué hay que hacer en estos casos?
Victòria Camps. Denunciarlo. Aunque sirve de poquito.
Joan Ferran. Eso sin contar con que los medios tienden a compensarse y que hay formas de dar las noticias sin resaltarlas. A veces, la huelga de un diario no es recogida como noticia por otros. O no se recoge una noticia porque la ha levantado otro medio.
P. Pero ¿es lo mismo que medio sea privado o público? ¿rige para ambos el mismo código?
Joan Ferran. Hay privados que actúan en la esfera pública como si fueran un partido político, pero sin ningún tipo de legitimación, dictando desde el editorial la política que esperan que haga el gobierno de turno. Este mismo diario ha dado palos memorables a algunos gobiernos. Esta incursión de los medios en la política, más allá de la información y con tomas de posición claras ¿tiene límites?
P. ¿No es un derecho de cualquier ciudadano, incluido el propietario de un medio, el de proponer actuaciones políticas a los gobiernos?
Victòria Camps. Si, pero si es muy previsible resulta dudoso. Hay una idea que aparece en el código: la de un bien común que habría que ir construyendo. O, como mínimo, habría que rechazar todo aquello que no favorece el bien común. Y esto es una obligación de todos y, en primer lugar de quienes gobiernan. Y los otros poderes, como los medios de comunicación, también se deben a ese bien común. Son un servicio público, aunque sean propiedad privada. La información, igual que en los medios públicos, tiene que ser objetivada y contrastada en la medida de lo posible.
P. Quizás el problema se esa noción de bien común. ¿La comparten un parado honrado y un defraudador de impuestos?
Victòria Camps. Si a la palabra bien le añadimos común, yo creo que la comparten. En un Estado de derecho, gobernado por leyes que tienen como horizonte los derechos fundamentales, el bien común es el del parado, no el del corrupto. Y la sociedad, si es una democracia, debe procurar que el parado deje de serlo. Para mí eso forma parte del bien común. La comparten en teoría porque defraudar impuestos es ilegal y el defraudador está obligado por las mismas leyes que el parado. Lo que nos permite la idea de bien común es decir que la conducta del defraudador no sirve al bien común sino todo lo contrario.
Joan Ferran. Estoy totalmente de acuerdo con ella.
Victòria Camps. Si tenemos unos valores, tenemos que creer en ellos y creer en ellos de verdad significa actuar en consecuencia.
P. ¿Los tenemos?
Victòria Camps. Los tenemos. Hay está la Constitución que habla de valores: la justicia, la libertad, el pluralismo político. Son valores fundamentales presentes en la Constitución y en la legislación. Lo que parece es que no nos los creamos del todo.
  Joan Ferran. Son valores enunciados hasta la saciedad. Lo que ocurre es que, en el día a día, puedes encontrarte con lagunas enormes, con que no se cumplen. La Constitución habla de una vivienda digna para todos, pero hoy hay hipotecas que vence, la gente es desahuciada y acuden las fuerzas de seguridad del Estado para echarla. Hay una contradicción entre el discurso y la praxis. Y como en esto, en tantas otras cosas. Todos somos iguales ante la ley, pues no es cierto.
Victòria Camps. Desde un punto de vista conceptual, los valores que aparecen en el código son irrefutables. La justicia, la profesionalidad, el respeto, la responsabilidad, la transparencia. Ahora bien, encontramos multitud de casos, en el mundo político y en otros ámbitos, donde ni se es transparente ni hay voluntad de servicios ni respeto hacia las personas.
Joan Ferran. Y de ahí muchos de los síntomas del malestar social. El 15-M no da un salto cualitativo hacia adelante, se limita a decir; “Mire, todo esto que creíamos que estaba garantizado, que debía estarlo, no lo está”. Y añaden que no pueden creer en nada si lo que figura en letras que se dicen sagradas no se cumple. Tenemos un agujero: los textos fundamentales hacen agua y por eso la gente deja de creer, en el mejor sentido de la palabra creer. Y a esto hay que añadirle la debilidad en la dinámica de los partidos políticos, que no tienen nada que ver con lo que eran durante la transición, una individualización de la vida privada y la aparición de alguna que otra mística redentora que se presenta como el antídoto para todo, el resultado es una sociedad contradictoria como la nuestra. Y fastidiada. Y entonces se levanta una bandera que puede ser un mito, religioso, independentista, lo que sea.
P. Volviendo al código, ¿lo que busca es la ejemplaridad del político?
Victòria Camps. Sí. ¿Por qué? Porque el político está más expuesto a la visión de los demás. De todas formas, ejemplar debería serlo todo el mundo, porque la única mejor forma de transmitir la ética es la ejemplaridad.
  Joan Ferran. Y se juega con el mito de que los políticos tienen que ser los mejores. El gobierno de los mejores. P. La expresión “gobierno de los mejores” es de un partido, no de todos. No todos los partidos defienden que ellos son los mejores. Victòria Camps. Como lema, quizás no.
  P. Es que no es lo mismo decir que el partido tiene las mejores personas que decir que tiene las mejores propuestas.
Victòria Camps. Yo creo que las dos cosas deberían ir juntas. No se puede decir que las propuestas son buenas y que da lo mismo cómo sean las personas que deban llevarlas a la práctica. Por eso la idea de ejemplaridad es importante, porque no se trata solo de los contenidos de las propuestas políticas. También cuenta la forma de hacerlo. Y ahí es donde se da la ejemplaridad. Se habla de escuchar la ciudadano, de no defender posturas partidistas, de respeto a los demás. Y eso no es sólo contenido. Son actitudes.
Joan Ferran. Y además de la actitud hay aspectos programáticos. No se puede decir he prometido todo esto pero ahora sé cosas que antes no sabía. Prometer algo en el programa y luego desdecirse generan una situación de desencanto inmensa.
Victòria Camps. Por eso el código habla de rendir cuentas.
Joan Ferran. Hay una frontera entre la promesa hecha de buena fe, convencido de que podrás cumplirla, y la que no puedes cumplir porque no conocías todas las circunstancias que la acompañaban. Pero hemos llegado a un punto en el que la promesa de buena fe y la que no están en el mismo saco para la opinión pública.
Victòria Camps. No engañar, no mentir, no utilizar eufemismos. El código no lo dice así, pero contiene la idea. Es cierto que hay rezones para no decir siempre toda la verdad, pero eso no puede llegar al extremo de no poder creer nunca nada porque lo que te dicen hoy, pasado mañana lo desmienten.
P. Y eso ¿como se arregla?
Victòria Camps. Asumiendo estas obligaciones.
Joan Ferran. Es una larga lucha de la humanidad.
Victòria Camps. Pero creo que el problema de la ética es éste. La ética no es una ley, donde al final hay un juez que decide. La ética es una cuestión de voluntad personal.
  P. Eso ocurre es las éticas autónomas. Victòria Camps. La ética es autónoma siempre. P. Hay éticas heterónomas.
Victòria Camps. Pero desde la modernidad no cuentan. P. entre los redactores del código hay partidarios de la moral heterónoma, donde quien decide lo que está bien o mal no es el ciudadano sino un Dios.
Victòria Camps. Pero esas posturas no se han reflejado en el contenido del código. La ética asumida es la que deriva de unos valores explícitos en los derechos humanos. Y creo que la ética tiene que aspirar a ser universal. Hay valores no cuestionables. Una sociedad que no quiera ser justa no es ética. Esté donde esté. De lo contrario, no podríamos criticar el incumplimiento de los derechos humanos en otros países. Los valores morales son universales.
P. Los valores universales, ¿incluyen la igualdad económica?
Victòria Camps. ¿Qué significa igualdad económica? Yo hablaría de equidad. De la necesidad de una redistribución de los bienes para que los básicos no falten a nadie. De todas formas no todo el mundo acepta esta propuesta. Hay quien sostiene que la libertad es más importante y la equidad es cosa de beneficencia. Yo creo que eso no es ético. Pero contra más concretemos, mayores serán las discrepancias.
Joan Ferran. Un código de este tipo tiene el valor de elevarse por encima de muchas cosas. En cualquier caso, el denunciante de las infracciones debería ser el político, el periodista, la persona que no participa en la creación del discurso. El discurso, necesariamente, debe ser un poco difuminado. De lo contrario resulta inaplicable. Ha pasado ahora al preguntar por la redistribución de la riqueza, pero puede pasar en muchos otros campos. Volvamos a los medios de comunicación. Sí, algunos son privados pero ¿son un servicio público? ¿Tienen los ciudadanos derecho a recibir una información veraz y plural?
  P. El código afirma que el político debe hacer llegar sus propuestas a través de los medios, pero eso supone obligar a los medios a acoger discursos que quizás no consideran interesantes.
Victòria Camps. El código habla de la obligación del político. Y éstos muchas veces se quejan de que sus propuestas son deformadas por los medios. Dicen algo y se reproduce la anotadora que pretende dar un mensaje y lo único que se reproduce es lo anecdótico quizá porque tiene más morbo y se pasa por alto lo fundamental. En este caso, la culpa es del medio de comunicación.
  Joan Ferran. Cuando el medio se acoge al hecho morboso es como si hiciera telebasura. Se venden más diarios con portadas obscenas y morbosas que con una seria y trabajada. A veces el político se topa con el problema de que tiene un discurso elaborado, quizás denso y todo eso tiene que luchar contra el exabrupto de una réplica de otro político. Esto debilita la política y debilita la opinión pública sobre los políticos. Y debilita los valores, porque todo se convierte en una pugna de tiquismiquis y las cuestiones de fondo, los contenidos quedan para revistas especializadas. El resultado de todo esto es que provoca que los políticos se entreguen a la estridencia porque si no no sale en los medios de comunicación.
  P. Debe promover el discurso especialmente entre la juventud. ¿Por qué?
Victòria Camps. Recuerdo que en la primera conversación que tuvimos con Jordi Pujol, él insistió mucho en esto. Nos dijo que aunque el código sólo sirviera pedagógicamente para los juventudes de los partidos políticos que, dijo él, “son un desastre”, ya sería suficiente.
P. ¿Y los mayores? Porque la corrupción se da más entre los mayores que entre los jóvenes.
Victòria Camps. Los mayores, en Cataluña y en España, venimos de una tradición diferente. La política se la han encontrado. Los más jóvenes se han encontrado una democracia que ya funcionaba. No se han formado fuera de la política. Ahí está el caso de Zapatero, que fue diputado toda la vida hasta que llegó a presidente del Gobierno. Y esto produce una falta de formación. En todos los sentidos, no hablo de formación técnica sobre la política. También formación personal, saber qué es trabajar en algo que no es un partido político o un cargo político. Y eso es un déficit.
Joan Ferran. Estoy totalmente de acuerdo y añadiría una cosa, sin ánimo de ser elitista. Los políticos que vivimos la transición y veníamos de la clandestinidad, teníamos interiorizado el peligro de tener que dejar nuestra profesión en cualquier momento. Incluyendo el peligro de la cárcel. Es decir, la política era un acto de servicio que suponía un sacrificio y podía comportar un castigo. Hay que añadir una preparación que hoy no se da. Pensemos en Felipe González, en Jordi Pujol, incluso en Manuel Fraga. Estar en política no era una profesión. En la medida en que se consolida la democracia y algunos pueden considerar la política como una profesión más, esto es un desastre. Porque, así las cosas, ¿dónde quedan los ideales y donde empieza la competencia con el compañero del propio partido? ¿Qué te impulsa a algo que se supone que es un servicio público? No digo que ya no haya ideales, pero tienen un peso distinto que en quienes se dedicaban a la política a pesar del peligro que suponía y lo hacían porque era su vocación vital era luchar por la libertad y la democracia. Hoy esto ha perdido parte de su sentido. La libertad se da por conseguida, lo mismo que la democracia, de modo que su defensa ya no conlleva una vibración emocional. El resultado es la aparición en las juventudes de gente como decía Pujol “fría, calculadora y mecánica” que ven la organización del mismo modo que los directivos ven una multinacional.
Victòria Camps. De todos modos, es difícil ver como se puede corregir esto y conseguir que la política no acabe siendo una profesión. Quizás necesitan...
Joan Ferran. Un paso por la vida civil.
Victòria Camps. Exacto.
P. ¿Una limitación de mandatos?
Victòria Camps. Tal vez.
Joan Ferran. Si, pero el joven que llega a la política sin haber pasado por un taller o una oficina donde hay un jefe de talante autoritario que te manda callar, que ha crecido sin ver el sufrimiento de los compañeros, sin ver la discriminación a las compañeras en el trabajo, no está en la misma situación que quien lo ha vivido. No es lo mismo salir de la facultad y entrar en la Administración con un buen sueldo que lo otro. Lo segundo no imprime carácter.
Victòria Camps. Hay otro problema: el partidismo. Creo que es mejorable, en el sentido de corregible.
P. Por partidismo ¿qué se entiende?
Joan Ferran y Victòria Camps: Los intereses de partido.
Victòria Camps. Y el interés electoralista. Pensar que todo vale para seguir en el poder. Con esto se pierde de vista el bien común.
  P. Podrían poner un ejemplo positivo y otro negativo de políticos que se ajusten a códigos éticos.
Victòria Camps. Eso no se nos puede pedir. Pero hay políticos que cumplen el código y otros que se los saltan.
Joan Ferran. A mi no me importa citar a Duran Lleida.
P. ¿En positivo?
Joan Ferran. No, no, en negativo. Pertenece a un partido con referencias al humanismo cristiano y una práctica política que no tiene nada que ver con esto. No digo que sus actos no sena legítimos, lo que digo es que no tienen nada que ver con el discurso fundacional de su partido. Su discurso sobre la inmigración, sobre los jordis y los mohameds es poco cristiano.
  Victoria Camps (Barcelona, 1941) ha sido catedrática de Ética en la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del Comité de Bioética de España. Su último libro es El gobierno de las emociones (Herder)
Joan Ferran (Barcelona, 1951) es licenciado en Filosofía y Letras y diplomado en Historia Contemporánea. Ha sido diputado autonómico por el PSC en diversas legislaturas, incluida la actual. Su último libro se titula Destapando a Duran Lleida. El fin de una apariencia (Ediciones la lluvia).
Publicado en ElPais. F.Arroyo

18.7.12

¿QUÉ QUEDÓ DE LA PRIMAVERA ÁRABE?

Cada vez queda más claro que la tan promocionada "primavera árabe" no pasó de ser una estrategia publicitaria que encubriera los reales objetivos de los países que se autodenominan desarrollados. Si miramos en el mapa y buscamos los países donde la estrategia dio resultados veremos que Túnez, país chico, ocupa un lugar muy importante, en la ribera del Mar Mediterráneo. Se encuentra entre Argelia y Libia, dos países ricos en petróleo y en los que también hay uranio, minerales varios e incluso grandes reservas de agua, como las de Libia, país del cual europeos y estadounidenses se han apoderado de hecho, aunque no se reconozca así. En Argelia se ha intentado promover un movimiento opositor importante, pero no se ha logrado. El presidente Abdelaziz Bouteflica ha contrarrestado los movimientos que han surgido hasta ahora. Argelia tiene mucho petróleo y ocupa el octavo lugar a nivel mundial en reservas de gas. También tiene plata, cobre, fosfatos y todo lo que hay en el desierto del Sahara, cuyo territorio alcanza además a Túnez, Marruecos, Mauritania, Mali, Libia, Chad, Egipto y Sudán. Las enormes reservas de agua que se han descubierto en África, están bajo esos países. Por eso también Costa de Marfil fue otro país en el que la "primavera árabe" tuvo éxito. Ocupa un punto estratégico en esa suerte de curva que hace África en el Océano Atlántico y está cerca de Nigeria, que se cuenta entre los países más poblados del mundo y tiene grandes reservas de gas y petróleo. La pregunta que surge es por qué el cambio se extendió a Egipto, en circunstancias que el entonces presidente Hosni Mubarak era hombre cercano a Estaos Unidos y Europa. Las razones parecen estar en la cercanía del ejército egipcio con el estadounidense.El general Tantaui, comandante en jefe de las fuerzas armadas egipcias, casualmente estaba en Estados Unidos cuando las protestas arreciaban y los miles de egipcios que se encontraban en la plaza Tahrir demandaban su destitución. Tantaui sigue siendo el hombre fuerte y de confianza para el Pentágono y pocos días antes de que el nuevo presidente tomara posesión del cargo el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas se convirtió, por decreto, en el poder legislativo. Esto determina que Mohamed Morsi, quien juró hace unos días como nuevo presidente de Egipto, tuviera de antemano poderes muy restringidos. Se pronostica que su gobierno entrará en crisis antes de cumplir un año. Por eso en su toma de posesión hubo dos actos, un discurso ante la multitud reunida en la Plaza Tahrir, símbolo de la rebelión contra Mubarak, y otro cuando Morsi tuvo que prestar juramento ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, ahora un poder del Estado. Morsi es un ingeniero graduado en Estados Unidos, pero eso no le ayuda porque pertenece a los Hermanos Musulmanes, lo que no es del agrado de Occidente, en especial de Washington, de ahí los pronósticos que se hacen sobre una pronta caída de su gobierno. "Un record cruel e inusual" Así se titula el artículo escrito por el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, que fue publicado hace unos días por el diario The New York Times y reproducido en otras publicaciones.Es una crítica de fondo al rol que Estados Unidos está jugando a nivel mundial y la primera frase de este texto dice: "Los Estados Unidos está abandonando su papel como el campeón mundial de los derechos humanos". Destaca que el hecho de que funcionarios del gobierno de su país estén involucrados "en el asesinato de personas en el extranjero, incluidos ciudadanos estadounidenses" son la prueba de hasta qué punto se ha extendido en su país la violación a esos derechos. Como se recordará, un líder musulmán estadounidense fue muerto en Yemen por un ataque de un avión no tripulado y no hubo protesta ni intento de abrir un proceso por parte de ninguna entidad de Estados Unidos, pese a que se trataba de la ejecución sin juicio previo de un ciudadano de esa nacionalidad. Carter estima que se ha producido un "abuso generalizado" de los derechos humanos en la última década y recuerda que fue "con el liderazgo" de su país que se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. Subraya que aunque esa Declaración se ha invocado por los defensores de los Derechos Humanos es preocupante que "las políticas de nuestro gobierno contra el terrorismo están violando por lo menos 10 de los 30 artículos de la declaración". Señala específicamente "la prohibición de tratos crueles, inhumanos y degradantes" y estima que la legislación que le ha dado al presidente de su país derecho a detener indefinidamente a sospechosos de estar asociados con terroristas o "fuerzas sociales", le da "un poder demasiado amplio y vago". Critica también que se hayan cancelado las restricciones a la ley de vigilancia de Inteligencia Extranjera, porque eso permite "violaciones sin precedentes a nuestros derechos a la privacidad" debido "a las escuchas sin orden judicial". El ex presidente objeta el uso de los drones, que han causado la muerte de mujeres y niños inocentes, de la misma manera critica que se mantenga "el centro de detención de Guantánamo" donde la mayoría de los 169 prisioneros actuales "merecen su liberación, sin embargo tienen pocas posibilidades de obtener alguna vez su libertad". En uno de los últimos párrafos de su artículo, Carter señala que "en un momento en que las revoluciones populares están barriendo el mundo, los Estados Unidos deben fortalecer, no debilitar, las normas básicas del derecho y los principios de justicia enumerados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos". Y agrega "pero en vez de hacer un mundo más seguro, los Estados Unidos violan los derechos humanos más universales, lo cual incita a nuestros enemigos y distancia a nuestros amigos". Pero el gobierno estadounidense tiene otras preocupaciones, para Barack Obama lo más importante es ganar las elecciones y si lo logra, la prioridad para él será mantener la siempre codiciada supremacía a nivel internacional. El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, también criticó el uso indiscriminado de los aviones no tripulados por parte de Estados Unidos y urgió al gobierno de ese país a que legisle sobre esas "controversiales tácticas" que han causado tantas muertes de civiles. Pero no hay indicios de que estén dispuestos a dejar el nuevo "juguete", lo estamos viendo en Siria que es el objetivo actual en la búsqueda de un camino que los lleve a Moscú y Beijing -
Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende. ALAI-AMLATINA
Publicado por "Grano de Arena"ATTAC

15.7.12

Presentación de la plataforma CEIBA

14.7.12

A LA BATALLA !

TEMPS DE REBEL•LIÓ

Ho intentaran tot. Els uns i els altres. Els d’aquí i els d’allà. Uns diran que el govern central els ofega i els altres apel•laran a l’herència rebuda. Però, la veritat de totes les veritats és que ambdós defensen el mateix model social, el mateix sistema. Uns per la boca petita, el altres de manera contundent, però junts ens volen fer tornar als temps de la caritat i del “posi un pobre a la taula per Nadal”. Els horaris laborals, les condicions de treball, el poder adquisitiu dels salaris cada dia s’assemblen més als dels anys 60. La prepotència del governants ens recorda l’estil fatxenda dels jerarques del sindicat Vertical. Els canvis forçats i sectaris al mitjans de comunicació, i els controls de la informació, semblen inspirats en els mètodes de la premsa del Movimiento.
Se les pensen totes. Apel•laran a la responsabilitat i al bé suprem de la pàtria (cadascú a la seva és clar) però, darrera les banderes s’amaguen els privilegis de classe de sempre. Ho havíeu oblidat, oi? Els d’aquí ens vendran espolis centralistes i el d’allà urgències històriques. Uns i altres han venut la seva suposada sobirania a un monstre tan prussià com de dretes. Aquesta no és la nostra Europa.
 No ens podem deixar intimidar ni enganyar més. Cal sortir al carrer tantes vegades com calgui i el temps que calgui. Ens demanaran responsabilitat. D’acord, i nosaltres els hem de demanar a ells que passin el rasclet recaptador per la banca i les grans fortunes. Hem d’exigir i imposar que deixen als febles i als treballadors en paus.
Aquesta gent és tan mesquina que intentarà dir-nos que cal retallar els privilegis dels funcionaris, dels partits polítics i dels sindicats. Trampa! Funcionaris són el personal sanitari, els bombers, els mestres, les forces de seguretat i els treballadors públics... I aquests fan una necessària i bona feina. Matxucar als sindicats implicar desarmar la capacitat de resposta dels treballadors en front les retallades, per això ho fan. Retirar les subvencions als partits polítics només afecta als partits d’esquerres que no tenen finançament soterrani com ells. Heu oblidat el cas Palau/Ferrovial/CDC? Que no ho veieu? Aquesta gent són la dreta que ens vol fer tornar a les condicions de vida del “desarrollisme”.
Cal sortir al carrer tantes vegades com calgui... I potser ara i avui, a un punt més d’indignació i també de mala llet. No ens aturaran les llagrimetes de Soraya, ni els centrifugats del rei Artur i el seu home “racional” a Madrid. A aquesta gent cal recordar-los, més que mai, que estan jugant amb foc confiats en la inexistència d’un pol aglutinador i vertebrador del descontent popular. Són tan dogmàtics i cecs que no se n’adonen que ja han posat les bases per a una gran rebel•lió social.

12.7.12

VA SIENDO HORA DE OCUPAR LA CALLE...

 Al final va a ser verdad eso de que cada uno tiene lo que se merece.
El Programa electoral con el que Hollande ha ganado las elecciones en Francia:
 1. Subida de impuestos para los millonarios: el tipo máximo del IRPF será del 75% para las rentas por encima del millón de euros al año.
 2. Rebajar la edad de jubilación desde los 62 a los 60 años (para los trabajadores con 41,5 años cotizados).
 3. Subir el salario mínimo por encima de la inflación. Ahora es de 1.200 euros al mes.
 4. Derogar la subida del IVA que preparaba Sarkozy.
5. Que las rentas del capital paguen lo mismo que las rentas del trabajo.
 6. Legalizar el derecho al matrimonio y la adopción de los homosexuales.
7. Que las empresas que se lleven sus fábricas fuera de Francia tengan que devolver las ayudas públicas recibidas.
 8. Pedir a la UE una reforma de los estatutos del BCE para que el crecimiento y el empleo sean también un mandato prioritario en la política monetaria y que el banco central pueda prestar directamente a los estados. Poner en marcha los eurobonos. Apoyar la creación de una tasa a las transacciones financieras.
 9. Crear un banco público de inversión para el desarrollo de las pequeñas empresas.
 10. Reducir la producción de electricidad a través de energía nuclear del 75% al 50% para el año 2025, cerrando las centrales más anticuadas, y potenciar las energías renovables.
 11. Cambiar la ley Hadopi contra las descargas en Internet. Buscar un modelo que concilie los derechos de los creadores y el acceso a Internet fácil y seguro.
12. Reformar la Constitución para incluir en ella los principios de laicidad y la separación entre Iglesia y Estado.
13. Rebajar un 30% el sueldo al presidente de la República y a sus ministros.
 14. Que los responsables de la televisión y la radio públicas dependan de una autoridad independiente del Gobierno.
 15. Subir el sueldo a los médicos de la sanidad pública.
16. Construir 2,5 millones de viviendas de protección oficial para estudiantes y rentas bajas durante los próximos cinco años.
17. Rebajar los sueldos de los directivos de las empresas públicas.
18. Limitar la acumulación de cargos públicos.
 19. Derecho a voto en las municipales para los extranjeros que vivan en Francia desde hace más de cinco años.
 20. Contratar a 60.000 nuevos profesores.
 21. Regular la eutanasia.
22. Subida del 15% en el impuesto a la banca.
23. Prohibir las stock-options, excepto para empresas recién nacidas.
 24 Prohibir a los bancos tener sucursales en paraísos fiscales.
 25. Obligar a que la banca de inversión , la especulativa y la de ahorro estén separadas.
 26. Multas para los partidos políticos que no respeten la paridad entre mujeres y hombres.
 27. Los políticos condenados por corrupción quedarán inhabilitados por diez años.
28. Aumentar las ayudas para las familias con hijos en edad escolar.
 29. Subir el impuesto de sucesión y el de patrimonio.
 30. Retirada de las tropas en Afganistán.
 El programa con el que Rajoy ganó en España:
1. Hacer lo que hay que hacer.
2. Hacerlo como Dios manda.
 TENEMOS LO QUE NOS MERECEMOS?

9.7.12

Memorable mitin de Wyoming en Alcalá de Henares 22 junio 2012

8.7.12

CATALUNYA PRESONERA DEL CONTROL INFORMATIU ?





EL CALIFAT INFORMATIU DEL SENYOR HOMS

Les rodes de premsa del Consell Executiu del Govern Mas faran història. Mai com fins ara la veu, la imatge i els discursos del portaveu governamental, Francesc Homs, s’havien prodigat tant. Dia sí, dia també, les recomanacions, anàlisis i, fins i tot, amenaces a altres forces polítiques havien estat tan presents en les llars catalanes com ara. Hem passat de la fórmula practicada pel tripartit -consistent en els portaveus rotatoris- a la del portaveu que fa i desfà a plaer. Sovint anant més lluny que el mateix president de la Generalitat, sovint criticant als seus socis d’Unió esmenant la plana a la “racionalitat hispana” d’un Duran Lleida que busca espais.
El temps ens dirà si el fenomen Homs, la seva omnipresència, i l’autocensura que genera en alguns professionals de la ràdio i la tele públiques el consagraran com a un polític capaç o el condemnaran com a un impertinent comissari polític. Però, sembla ser que el califat informatiu que ostenta Francesc Homs (àlies “Quico”) no rau només en la seva persona. Diuen que està envoltat per una guàrdia pretoriana que marca, quan no intimida, els periodistes crítics que volen fer la seva feina. Un recent incident entre Josep Martí Blanch, secretari de comunicació de la Generalitat, i una periodista del diari digital Catalunya Press ha fet sonar el senyal d’alarma. Josep Martí Blanch, amb les seves observacions adreçades a la feina de la periodista en qüestió, va sobrepassar la frontera del respecte mutu i l’exercici de la llibertat d’expressió. Diuen que no és el primer cop que succeeix una cosa així. Diuen que el telèfon del senyor Homs fa sovint trucades orientadores a més d’un mitjà de comunicació. Fatal tot plegat per l’exercici de la llibertat d’informació i el pluralisme. Si a la contrareforma de les lleis de la CCMA sumem els favors adreçats a determinats mitjans privats i les pressions “al detall” sobre periodistes, podem arribar a la conclusió de què gairebé tot està contaminat. O no?

6.7.12

SEMPRE MIRANT A CAN PSC




A tots aquells que no ens estimen

Sempre he defensat la necessitat de dir les coses pel seu nom. Durant el darrer període congressual del PSC em vaig prodigar fent articles d’opinió i expressant lliurement les meves idees. M’agradava la proposta d’un cert gir a l’esquerra i em preocupava el discurs “centrat” de més d’un company... Aquests darrers dies he posat en valor que un grup de companys rescates, de nou, la proposta congressual d’avançar envers una Aliança Catalana de Progres. Cap problema al respecte. Cap objecció a la lliure circulació d’idees prenyades d’esperit llibertari i constructiu. És més, la proposta de articular un procés d’eleccions primàries per dilucidar qui pot ser el/la millor candidat/ata em sembla imprescindible i, en certa manera, urgent.
Tots som conscients que la situació del país es força delicada des de el punt de vista econòmic i social. Tots sabem que el prestigi de la política, i dels polítics, passa per un dels moments més crítics de la democràcia recuperada. També som conscient que en aquests temps d’incerteses acostumen a proliferar messies salvadors i bruixots que fan de la demagògia el seu modus vivendi. Ho sabem, oi que si? Doncs alerta perquè els que ens voldrien veure fora de joc estan actuant de forma tan deliberada com descarada.
Fa pocs mesos vàrem celebrar un congres que va triar una nova direcció després de moltes deliberacions, escenificacions, reunions, pactes i "retirades". Perfecte. Vàrem elaborar i reescriure un munt de textos al voltant del nostre rol polític a Espanya. i També sobre el federalisme que ens ha inspirat des els temps dels clàssics...I, oh paradoxa! Alguns, neguitosos ves a saber per qué, volen obligar-nos a reobrir un munt de qüestions que hem deixat segellades per un cert temps oblidant que els reptes immediats potser son uns altres més prosaics. A saber: els que planteja la societat catalana que viu i pateix la crisi i que ara no detallaré, i els de la oxigenació i posta a punt del PSC per esdevenir alternativa.
Alerta doncs; sovint la bona voluntat i l’afany de discussió dels nostres companys és aprofitada maliciosament per escribes a sou i tertulians peluts, omnipresents durant anys i panys en mitjans públics, que voldrien veure’ns desaparèixer del mapa polític.
Titllaré de mesquí a quí insinuï que pretenc limitar la lliure circulació de propostes i idees a la si del PSC, ans al contrari, crec que es imprescindible la discussió i l’acord. Ep! Tan imprescindible com la unitat de criteri partidari davant dels grans temes de país que cal abordar irremissiblement. La nova executiva del PSC fa pocs mesos que intenta rutllar.Com qualsevol organisme inexpert -en inici- necessita consolidar-se i aprendre a caminar amb seguretat. Errarà un munt de cops. És natural; con també ho hauria de ser que els que la estan observant amb lupa donessin temps al temps. A tall d'exemple: un professional de les tertúlies televisives, que apareix en tv3 des de els temps de la picor, escriu amb sospitosa freqüència sobre els “problemes” del socialistes catalans. El seu darrer escrit duia com a títol “Rebelión a bordo” i descrivia- com a mostra de les contradiccions insalvables a la si del “Titànic PSC”- les noticies aparegudes aquests dies sobre actes i conferències impulsades per companys del partit al temps que teoritzava sobre la defunció del federalisme i la inevitable allunyament del PSOE. Doncs bé, proposo una mica més de calma i estil. Crec que convé discutir internament tan com es vulgui així com enfortir la posició política que traci en cada moment la Comissió Executiva. La tàctica i la estratègia del PSC varen ser dissenyades tot just fa sis mesos i res ha canviat tant que exigeixi una reformulació programàtica en profunditat. Els dubtes i les contradiccions han, i poden, de ser exposats en el Consell Nacional del PSC i la majoria ha d’opinar al respecte.
  Alguns afirmen que el federalisme ha quedat condemnat a dormir en els llibres de historia. Qui sap? Les coses canvien tant que potser més d’un, abans de que xoquin els famosos trens, s’hi apuntarà com a solució única i miraculosa per sortir de l’atzucac .

3.7.12

TRIAS FA TRAMPA AMB ELS TAXIS




TRAMPA-TRIAS-TAXI (TTT)


 Poca cosa ha fet l’alcalde de Barcelona, Xavier Trias, més enllà de seguir la senda traçada per l’anterior govern progressista de la ciutat. Pocs mèrits personals té com batlle si descomptem la circumstància que és un tipus "afable" i que ha aconseguit que alguns mitjans de comunicació, en lloc de fer-li la punyeta, l’ignorin o li riguin les gràcies. Això si, ell intenta vendre la vespa que tot va millor que abans quan, en realitat, res és el que sembla.
 Xavier Trias retalla serveis i polítiques socials, perdona al Govern de la Generalitat les inversions compromeses a la ciutat comtal a canvi d’un parell de plats de llenties farcides de pedretes. Si senyors, Felip Puig li presta quatre mossos al metro i ell ven la idea que la seguretat ha millorat al suburbà i obvia, sense rubor, la seva reubicació a l’epidermis, a peu de carrer. Per fer creure que la ciutat esta més neta rega a dojo durant el dia -abans es feia el rec de nit- i el personal rellisca o s’empastifa les sabates, les mitges i els mitjons... o es torça turmells.
 Però em direu, i amb raó, que això només són anècdotes de poca volada. D’acord, potser sí, però tema que miro d’en Trias, tema que se’m desvetlla postís o poc treballat. Fa pocs dies un periodista va escriure que l’equip de l’alcalde havia fet més pel sector del taxi en un any de govern que altres en una dècada. Discrepo. No senyors, el que s’ha fet durant aquest temps ha estat remenar el pastís sense que qualli la massa. I no quallarà perquè quan no es té clar el concepte de servei públic, o es pretén acontentar a tothom indiscriminadament, les coses grinyolen, peten, no surten bé. Els nous gestors del taxi metropolità varen convocar un referèndum per tal que el sector decidís un seguit de mesures per afrontar la crisi. Regulació horària, torns i dies de festa afegits varen ser objecte de discussió. La participació en la votació va girar al voltant de les 7000 persones. Fins aquí tot correcte però, poc temps després de la consulta, una allau d’al•legacions impugnant les mesures ho situen de nou tot potes enlaire. Més endavant es va decidir afegir dos dies més de festa per.. .poc després suprimir-los! Resultats de tot plegat: més confusió que mai entre els professionals d’aquest servei i una creixent desconfiança entre IMT i els taxistes. En l’actualitat no hi ha cap tipus de professionalitat, nord, ni rigor en els comandaments de la IMT. Prefereixen obviar el necessari interès general per tal de no enfrontar-se als conflictes inherents a qualsevol gestió d’àmbit ciutadà. Trist però cert. Recentment un estudi sobre la qualitat del servei del taxi a escala europea col•locava el de l’Àrea Metropolitana de Barcelona al capdavant del “ranking” continental. Arribar a gaudir d’ aquest prestigi internacional no s’improvisa, és fruït de molts anys de treball, negociació, legítimes lluites d’interessos i cura d’ un servei públic de qualitat. La gent de l’ equip Trias hauria d’espavilar-se i el senyor alcalde també. No es pot viure de les glòries i el treball del passat. Tard o d’hora la inoperància aflora, es fa evident, i la publicitat ja no serveix de res. I es que ,amics meus, amb Xavier Trias al capdavant de l’ ajuntament barceloní el color groc, tan tradicional dels nostres taxis, donarà pas al negre total de la desesperança. Trias fa Trampa en el món del Taxi (TTT).