El blog d'en Joan Ferran

30.7.09

SIEMPRE CON LOS TRABAJADORES...


¿ DE QUÉ SE QUEJAN ?

En el imaginario de este país cada uno representa lo que representa. El PSOE recoje en su discurso y propuesta política una larga tradición de luchas por la libertad con un alto contenido de elementos sociales. No en vano, en sus siglas identificadoras, constan las palabras "obrero" y "socialismo". Es, por tanto, lógico suponer que un gobierno socialista- más allá de su deseo de gobernar para toda la ciudadanía- lo haga de acuerdo con unos planteamientos de raíz socialdemócrata en beneficio de la mayoria de la sociedad y , especialmente, de los trabajadores. Alguien ha roto el llamado dialogo social... Ese alguien no ha sido precisamente el anfitrión del encuentro sino el, o los, que desean sacar tajada y beneficio de la crisis sin perder privilegios. Decía antes que cada cual representa lo que representa; pues bien, todo el mundo sabe cuales son las fuentes de inspiración de algunos sectores de la CEOE -no de todos afortunadamente- y como beben de la mano de una mediática e incontinente verbal vendedora de calcetines. Allá ellos con sus camuflados liderazgos. De los gobiernos de izquierdas esperamos sensibilidad social y defensa de los intereses de la mayoría...de los sindicatos "ni un paso atras".
Se quejan del gobierno y lo acusan de "sindicalero"... los que pretende con ello desacreditarlo consiguen el efecto contrario. No todos los politicos son iguales: Los hay de izquierdas, de derechas y de conveniencia y Unió como Duran LLeida.

28.7.09

RAMONEDA PIDE DEFINIR EL FEDERALISMO DEL PSC..

El PSC hace tiempo que exhibe la etiqueta federalista. Sería ya hora de desarrollarla y precisarla, para saber si hay una vía posible entre la conllevancia y la independencia


Fragmento del articulo de Josep Ramoneda en el diario El Pais





Eso mismo planteé hace dos dias en el PSC....
El indenpendentismo es anacrónico y fatuo, el federalismo un fenómeno lleno de posibilidades....


25.7.09

DESPRES DEL PLE ARRIBA LA CALMA...?


REFLEXIONEMOS...¿QUIEN INTERVIENE Y EN QUÉ?


PARLAMENTO MEDIÁTICO
Jaume Guillamet
La relación actual de la política con el periodismo recuerda el llamado Parlamento de papel de los años de la transición, pero en sentido inverso. Los partidos políticos nacían en la calle y utilizaban los periódicos como tribuna de expresión, a la espera de acceder a las instituciones democráticas. Con el sistema representativo sobradamente consolidado, los partidos se aferran al uso de los medios como espacio principal y casi exclusivo de su presencia pública, mientras evitan la calle, excepto en la ocasión inevitable y ritualizada de las campañas electorales.
El Parlamento mediático sólo tiene ventajas para los partidos. Facilita su relación con el público, lleva directamente los políticos y sus mensajes a las salas de estar de los ciudadanos y, más allá de la función informativa, los incorpora incluso al esparcimiento familiar. No es seguro que ofrezca también ventajas a los ciudadanos, ni que contribuya a un mejor funcionamiento de la democracia. Es una paradoja que esa proximidad mediática haya devenido en un alejamiento de los ciudadanos, convertidos en el público cautivo de la política espectáculo. Las reglas de la industria audiovisual -impuestas también en la prensa- reducen al mínimo el número de sus protagonistas, exigen la simplificación de los mensajes y priman un efectismo reduccionista de buenos y malos, ganadores y vencedores, guapos y feos, graciosos y patanes.
El Parlamento de verdad aparece en los medios como la referencia más formal de la agenda política, aunque su interés se reduce a un calendario establecido de debates y votaciones, donde destacan las escaramuzas verbales entre los líderes, jaleadas en el hemiciclo, y eventuales lances de ingenio. Otrora lugar de encuentro periódico de los representantes elegidos en las provincias para la elaboración de las leyes y el control del Gobierno, el Parlamento acoge hoy las plantillas profesionales designadas por los partidos para llevar a cabo una representación disciplinada y bastante previsible, que los medios transmiten dosificadamente al pueblo soberano. La escasa relevancia reservada a los diputados, que votan disciplinadamente según les indican los jefes de fila, les hace invisibles al electorado.
No es seguro, tampoco, que el Parlamento mediático ofrezca ventajas al periodismo, como no sea una facilidad mecánica para las rutinas profesionales. Aunque también en éstas trata la política de imponer su ley. El corsé de los bloques de información electoral en el audiovisual público, basados en un cálculo de tiempo para cada partido, proporcional a sus anteriores resultados electorales, es una interferencia clara, cuya denuncia reiterada por los periodistas no ha surtido efecto.
No está claro si las emisoras públicas de radio y televisión sólo son rehenes de la disputa política, en la única ocasión que tiene la oposición de neutralizar el control gubernamental, o es una cuestión de principio, ya que no puede serlo de principios. Y de comodidad, ya que con los minutos asegurados no hay que rivalizar en la generación de noticias. De todas formas, el tratamiento informativo de las campañas electorales -y de la actividad política en general- no es muy distinto en el audiovisual privado, o incluso en la prensa, que han asumido informalmente el criterio nada periodístico de una cierta proporcionalidad informativa.
La intervención de los gobiernos en los medios audiovisuales de su titularidad -central, autonómica, municipal- no se produce en todos los casos con la misma intensidad o desparpajo, pero sí es común el afán dirigista de los partidos sobre las corporaciones y empresas que los rigen. Los perfiles de independencia y reconocimiento profesional requeridos para ocupar los cargos directivos continúan teñidos por el interés y la negociación partidista. Nada nuevo, si en los más altos tribunales del Estado, autoridades independientes, organismos reguladores y entidades financieras se da por supuesta la obediencia natural de magistrados y consejeros a las cuotas de nombramiento.
Reveladoras de un intervencionismo más directo y grosero son otras interferencias como el control de la señal audiovisual en los actos políticos -señaladamente en campaña electoral- o la moda reciente de las ruedas de prensa sin preguntas. Esta fórmula excepcional, aceptable para ocasiones muy contadas y justificables, usada como salvavidas en aguas turbulentas comporta una vulneración de las reglas del juego y del respeto al ciudadano.
Se echa en falta aquella cámara de aire que, según Walter Lippmann, debiera de haber entre la política y el periodismo. Aquella distancia, desde la cual, la independencia de criterio podría llevar a adoptar otras medidas y actitudes que las que imponen los partidos. Difícil para el audiovisual público, posible para los medios privados, imprescindible para la prensa en el afán de asegurarse un lugar de futuro en el mercado de la información y evitar la marginación hacia la que se ve empujada. El Parlamento mediático propicia un periodismo de repetición, amplificación y acompañamiento, en demérito del análisis de los hechos, el contraste de las palabras, la verificación de las intenciones, el alcance de los actos y el balance de los programas de gobierno. No parece el mejor camino para garantizar la credibilidad entera de los medios y del sistema informativo, que puede verse arrastrada por el descrédito de la política.
Jaume Guillamet es catedrático de periodismo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
Publicado en El Pais

23.7.09

SOBRE HONDURAS SIN COMPLEJOS...



Las falsedades sobre Honduras
Vicenç Navarro
A raíz del golpe de Estado ocurrido en Honduras, las derechas –tanto en España como en el extranjero– se han movilizado para explicar (y frecuentemente justificar) tal golpe con el argumento de que, en realidad, casi nadie en Honduras quería al depuesto presidente Zelaya y que muy pocos desean ahora su vuelta a la Presidencia de aquel país. Tal mensaje ha sido ampliamente promovido por autores y medios conservadores y liberales, expresándose en narrativas distintas y con matices diversos con un mensaje prácticamente idéntico. Así, J. Ibarz escribió en La Vanguardia (16-07-09) que “los hondureños no parecen desear el retorno de Zelaya”. La Vanguardia también publicó una entrevista con el cardenal Óscar Rodríguez Madariaga, arzobispo de Tegucigalpa, en la cual defendía el golpe militar refiriéndose a la falta de apoyo al presidente depuesto que había violado –según él– la Constitución hondureña (12-07-09). Mario Vargas Llosa se refirió también a esta falta de apoyo popular al presidente depuesto en su artículo publicado en El País (12-07-09), en el que criticaba el golpe militar por haber hecho del presidente depuesto un mártir para la opinión internacional, aunque no en la hondureña, donde Zelaya era muy poco popular, con poca gente deseando su regreso.
A nivel internacional, el liberal The Economist (que apoyó la elección de los candidatos republicanos a la Presidencia de EEUU en las últimas cuatro elecciones estadounidenses) promovió la misma visión de los hechos en Honduras, subrayando que el apoyo internacional al presidente depuesto no se reflejaba en la propia Honduras, donde no había habido una protesta por su deposición (04-06-09).Y en EEUU, The Wall Street Journal (cercano a la ultraderecha republicana de EEUU) publicó un artículo en el que, por primera vez, se cuantificaba esta falta de apoyo al presidente Zelaya haciendo referencia a una encuesta Gallup realizada en Honduras que señalaba que nada menos que el 41% de los hondureños estaban a favor del golpe que depuso al presidente Zelaya y sólo un 28% se opuso (10-07-09). Esta información fue distribuida por la agencia Reuters y puesto que esta era la única noticia en la que estadísticamente se podía mostrar el grado de apoyo al golpe y desafecto con el presidente, se convirtió en la referencia utilizada por todos aquellos que deseaban promover tal visión de falta de apoyo popular que explicaba (cuando no justificaba) tal golpe militar. En España, estamos familiarizados con este tipo de argumentos, pues también los utilizaron los golpistas de 1936.
El único problema de esta explicación es que es falsa y los números son erróneos. En realidad, los números eran precisamente contrarios a lo que todos aquellos individuos y agencias habían indicado. El presidente de la compañía de encuestas Gallup, en una entrevista que dio a Voice of America (09-07-09), mostró los datos reales. Indicó que la encuesta realizada por su agencia mostraba que el 46% se oponía al golpe militar que depuso al presidente y sólo un 28% lo apoyó, precisamente al revés de lo que las derechas han citado. The New York Times (10-07-09) sí que publicó aquellas cifras correctamente, como también lo hizo The Associated Press. Hasta hoy, ninguno de los autores, medios o agencias que informaron incorrectamente de los resultados de aquella encuesta ha pedido disculpas por aquel error (o manipulación), ni tampoco han clarificado que era un error. Tampoco es cierto que el presidente Zelaya fuera impopular antes del golpe, tal como han indicado aquellas voces de derechas. Según una encuesta Gallup realizada el 8 de febrero, el 53% de los hondureños tenía una opinión favorable del presidente Zelaya y sólo un 23% la tenía favorable de Micheletti, que lideraba, en la práctica, la oposición al presidente.
Hoy, la mejor prueba de que hay oposición al golpe militar es el propio estado de sitio, enormemente represivo, con completa anulación de las libertades elementales en una democracia, incluida la libertad de prensa. Si hubiera tal apoyo generalizado al gobierno golpista de Micheletti, no se necesitaría tal brutal represión.
Otra justificación que se le ha dado al golpe militar es la necesidad del golpe para impedir la continuación de Zelaya como presidente, lo cual hubiera ocurrido de hacerse el referéndum. Aquí, de nuevo, la falta de veracidad es la norma. En primer lugar, lo que se llama referéndum no era tal. Era una encuesta (la Encuesta de Opinión Pública, Convocatoria de Asamblea Constituyente), que estaba gestionada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El presidente tenía plena autoridad, según la Ley de Participación Ciudadana de 2006, de pedir al INE que realizara tal encuesta. En tal pregunta de la encuesta, no se hacía ninguna referencia a la reelección del presidente. Se pedía a la ciudadanía su opinión sobre la conveniencia de que la Asamblea, que la población elegiría el día de las próximas elecciones en noviembre, se encargaría de escribir una nueva Constitución. La versión actual de la Constitución fue escrita en 1981 y fue aprobada al término de la dictadura militar (que tuteló su preparación), que impuso toda una serie de cláusulas que protegen el enorme poder económico y político de la oligarquía que rige el país, así como de los intereses extranjeros, predominantemente estadounidenses, que han tenido una enorme influencia en la vida económica y política de aquel país (la expresión “república bananera”, utilizada para referirse a un país gobernado en la práctica por una compañía bananera, se utilizó precisamente para definir a Honduras).
La enorme hostilidad de la oligarquía hondureña a que se modificaran tales privilegios garantizados en aquella Constitución fue la causa real del golpe militar. En cuanto a la continuidad de Zelaya en su mandato, el calendario –incluso si se hubiera iniciado el proceso constituyente– impediría que Zelaya continuara, pues el proceso constituyente no es un proceso inmediato y el mandato terminaría cuando se eligiera una nueva Asamblea. Este hecho, como otros, es ignorado en la constante manipulación derechista.
Vicenç Navarro es Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de ‘Policy Studies’ en The Johns Hopkins University.

21.7.09

CiU NO N' ENCERTA NI UNA...



El cosí de l’anunci

No n’encerta ni una. La direcció de CiU s’ha tornat a equivocar. Fa pocs dies varen errar el tret amb les histriòniques declaracions d’en Felip Puig respecte el finançament i després encara ho han espatllat més. Si Artur Mas volia desmarcar-se de l’acord ho podia haver fet d’una altra manera. Com? Doncs molt senzill: enlloc de llençar a en Felip a mossegar podria haver expressat desconfiança i reclamar temps per estudiar les xifres. Així, després de mirar els números, construir un discurs crític i prudent alhora. Aquesta actitud li hagués permès, per exemple, afirmar que ell i la seva gent ho haguessin fet millor... Però no, Artur Mas ha triat seguir cometent errors, acumular despropòsits i llençar declaracions poc amistoses envers els agents socials que van donar el seu vist i plau a l’acord assolit pels governs.
Ara bé, a aquest cúmul dels errors cal afegir-ne un altre de més gros. Aquell que obliga CiU a recuperar per la polèmica política la figura de l’expresident Jordi Pujol. I és que en el mateix moment en què el expresident pren la paraula per opinar, Artur Mas cau per una pendent que el duu a la seva devaluació com a líder. I es que, amic lector, la política no potser un sketch en el què surt de franc fer aparèixer en escena “el primo de zumosol”. Això tard o d’hora es paga.

PARA PENSAR...LO DICE CARLOS TAIBO..

IZQUIERDA SOCIAL Y ABSTENCIÖN

Transcurrido un mes y medio desde las elecciones al Parlamento de la UE, no parece amainar la discusión que, en lo que a la izquierda resistente se refiere, afecta a los resultados de aquellas. Al calor de esa discusión se olvida –parece– un hecho importante: dados los porcentajes, muy altos, de abstención, es obligado concluir que las elecciones configuran un termómetro poco adecuado para evaluar lo que ocurre en el mundo que ahora nos ocupa.La abstención electoral, en cualquier caso, tiene mala prensa. De siempre se ha dicho que quienes se inclinan por no votar ofrecen un mal ejemplo y de siempre se ha dado por supuesto que no hay razones que justifiquen su conducta. Desde bastante tiempo atrás sabemos, aun así, que existe una bolsa, importante, de abstencionistas de izquierda. Parece servida la conclusión de que los partidos o listas emplazados a la izquierda del PSOE no han sido capaces de seducir a muchas de estas gentes, que se abstienen, claro, por algo. Digámoslo de otra manera: aunque antes de las elecciones del 7 de junio se apuntó, con un argumento respetable, que no era saludable que a aquellas concurriese media docena de listas diferentes en el terreno que nos interesa, mayor peso corresponde, sin duda, al hecho de que ninguna de esas listas acababa de convencer a la mayoría de las gentes de las que hablo.
Procuremos alguna explicación para lo anterior y anotemos, por lo pronto, que a menudo las opciones que concurren a las elecciones lo hacen, en franca renuncia de muchas de las convicciones que dicen ser suyas, de tal manera que acaban templando su discurso para no dañar eventuales expectativas. Se ha dicho, y vaya un ejemplo sonoro, que el gran fracaso de Izquierda Unida en esas elecciones fue su incapacidad para arrebatar votos que tradicionalmente han ido al PSOE. Sospecho que el análisis yerra y que, pese las apariencias, IU sí arañó votos socialistas. Ojo que la conclusión es delicada: Izquierda Unida sigue perdiendo apoyos entre su electorado leal y ello de resultas, en buena medida, de la anómala condición que la coalición exhibe. Receptora de votos socialdemócratas desencantados con la inanidad de las políticas del Gobierno central, IU pretende estar a todas, y unas veces lanza señales a ese electorado –ahí está su lamentable negativa a entrar en confrontación con las cúpulas de los sindicatos mayoritarios– y otras asume proyectos que, emplazados inequívocamente en la contestación del desorden existente, siguen yendo por detrás de lo que reclaman las redes sociales más activas.
Al final, dentro de IU como fuera de ella, las componendas no faltan. Si unos rehuyen promover lo que muchos entendemos que es una exigencia en el momento presente –el decrecimiento–, acaso por temor a una lapidación electoral que al final se produce igual, otros –ahí están algunos de los nacionalismos de izquierda– no dudan en mostrar su arrobo por la alta velocidad ferroviaria y el plan Bolonia. Claro que en algún caso el remedio es tan malo como la enfermedad, en la forma entonces de apuestas por cosmovisiones ideológicas –la centralidad abusiva de la cuestión nacional, el trotskismo o una suerte de tardoestalinismo– que al parecer el elector tiene que aceptar como normales y saludables.
Otro de los lastres que provocan el recelo ante partidos y listas es la frecuente presencia, en unos y otras, de liberados, burócratas y profesionales de la política, casi siempre alejados, desde los despachos de las sedes, desde los ayuntamientos o desde los parlamentos, de las luchas reales. Semejante separación, dramática, obliga a concluir que muchas de esas gentes sólo se representan a sí mismas, al tiempo que, no sin paradoja, mueven el carro de un singularísimo voto útil: reciben votos no porque quienes entregan el suyo, con la nariz tapada, se sientan representados, sino, simplemente, porque, emplazados ante el pecado de la abstención, muchos ciudadanos interpretan que no hay otra alternativa. En la trastienda salta a la vista que las opciones que se nos ofrecen siguen a menudo apegadas a los profesionales de la política, y con ellos, al control abrumador de los partidos, en detrimento de activistas y movimientos que, plurales y omnipresentes, son permanentemente ignorados.
No está de más agregar que una queja frecuente en la izquierda que concurre a las elecciones es la que subraya el maltrato que las opciones correspondientes reciben de los medios de incomunicación del sistema. Aunque no hay motivo mayor para negar que ello es así, lo hay en cambio para preguntarse si la queja no es, sibilinamente, un reconocimiento dramático de carencias propias: cuando una opción que se precia de su condición emancipadora y transformadora depende de otros para llegar a los ciudadanos, algo nos está diciendo en lo que respecta a su presencia, liviana y alicaída, en la realidad cotidiana de las gentes. Por cierto que, para que nada falte, la asunción de las reglas del juego imperantes es tan sólida en las iniciativas que me ocupan que, a manera de lo que hacen los grandes partidos, no hay lugar para autocrítica alguna. Todos han hecho lo que debían al calor de las elecciones –nadie ha encarado estas, como se merecen, con una irónica distancia– y todos han obtenido resultados más que aceptables…
Con mimbres como los descritos, parece claro por qué tantas personas –abstencionistas por respetable convicción o por coyuntural decepción– que mantienen una actitud de digna repulsa ante el orden existente, y a menudo una venturosa vocación de rebeldía, se quedaron en casa el 7 de junio. Las disonancias cognitivas y emocionales entre la izquierda social y la izquierda política siguen siendo, en otras palabras, muy grandes. Y eso que –antes de que alguien me lo reproche– en la primera de esas izquierdas tampoco hay motivo para lanzar cohetes.
Carlos Taibo en Publico

19.7.09

RECORDANDO EL 19 DE JULIO CON CAMUS





Texto del mensaje enviado por Albert Camus a los jóvenes escritores españoles en ocasión del vigésimo aniversario del inicio de la guerra civil española.

El 19 de julio de 1936 comenzo en España
la segunda guerra mundial. Esta guerra ha terminado en todas partes salvo, precisamente, en España. El pretexto de no terminarla es la obligación de prepararse para la tercera guerra mundial. Esto resume la tragedia de la España republicana que ha visto imponérsele la guerra civil y extranjera por jefes militares rebeldes y que hoy, aún ve que se le siguen imponiendo los mismos jefes, en nombre de la guerra extranjera. Durante 20 años, una de las causas más justas que puedan encontrarse en la vida de un hombre, se ha visto constantemente deformada, y, en ocasiones, traicionada por los intereses más poderosos de un mundo entregado a las luchas del poder. La causa de la república está y estará siempre identificada con la de la paz; esa es sin duda su justificación. Desgraciadamente el mundo no ha cesado de estar en guerra desde el 19 de julio de 1936 y la república española, en consecuencia, no ha cesado de ser traicionada o cínicamente utilizada. Por esto es quizá vano dirigirse, como lo hemos hecho otras veces, al espíritu de justicia y de libertad, a la conciencia de loS gobiernos. Un gobierno, por definición, no tiene conciencia. Tiene, a veces, una política, y eso es todo. Quizá la manera más segura de abogar por la república española, no es ya decir que es indigno para las democracias matar por segunda vez a quienes han luchado y han muerto por nuestra libertad, por la libertad de todos. Este lenguaje es el de la verdad, él clama en el desierto. La buena manera sería quizá decir que si el sostener a Franco no se justifica más que por la necesidad de asegurar la defensa de Occidente, no se justifica por nada.
Puesto que los gobiernos occidentales han decidido no tomar en consideración más que las realidades, podemos decirles que las convicciones de una parte de Europa forman parte también de la realidad, y que no será posible negarlas hasta el fin. Los gobiernos del siglo XX tienen una desgraciada tendencia a creer que la opinión y las conciencias se pueden gobernar como las fuerzas del mundo físico. Y es cierto que por las técnicas de la propaganda o del terror, han llegado a dar a las opiniones y a las conciencias una consternante elasticidad. Sin embargo, hay un 1ímite en todas las cosas, y en particular en la flexibilidad de la opinión. Se ha podido mistificar la conciencia revolucionaria hasta hacerle exaltar la miserable explotación de la tiranía. El ejercicio mismo de esa tiranía, sin embargo, hace esta mistificación evidente: y de ahí que en medio del siglo, la conciencia revolucionaria se rebela de nuevo y vuelve a sus orígenes. De otro lado, se ha podido mistificar el ideal de la libertad por el que los pueblos y los individuos han sabido combatir mientras que sus gobiernos capitulaban. Se ha podido hacer esperar a esos pueblos, hacerles admitir compromisos más y más graves. Pero se ha llegado a un límite que se hace necesario anunciar claramente, y pasado el cual no será ya posible utilizar las conciencias libres; por el contrario, será necesario combatirlas a ellas también. Este límite, para nosotros europeos que hemos tomado conciencia de nuestro destino y de nuestras verdades el 19 de julio de 1936, es España y sus libertades.
Sea como sea, hay un límite que no se podrá superar. Durante 10 años hemos comido el pan de la derrota y la vergüenza. El día de la liberación, en la cúspide de la más grande esperanza, hemos aprendido, además, que la victoria también había sido traicionada y que era necesario renunciar a algunas de nuestras ilusiones. ¿A algunas? Sin duda. Después de todo, no somos unos niños. Pero, sin embargo, no a todas, no a nuestra fidelidad más esencial. Sobre este límite que trazamos, está, en todo caso, España, que nos ayuda a ver claro. Ningún combate será justo si se hace, en realidad, contra el pueblo español. Y si se hace contra él, se hará sin nosotros. Ninguna Europa, ninguna cultura será libre si se erige sobre la servidumbre de] pueblo español. Y si se erige sobre esta servidumbre, se hará contra nosotros.
El inteligente realismo de los políticos occidentales llegará finalmente a ganar para su causa cinco aeródromos y tres mil oficiales españoles, y a conquistar definitivamente centenares de millares de europeos. Después, esos genios políticos, se congratularán en medio de las ruinas. A menos que los realistas entiendan realmente el lenguaje del realismo y comprendan, en fin, que el mejor aliado de la Rusia soviética no es hoy el comunismo español, sino el mismo general Franco y sus apoyos occidentales.
Estas palabras quizás sean inútiles, pero queda un sitio para la esperanza. Ninguna derrota será definitiva mientras que el pueblo español guarde su fuerza de combate. Puede ser una paradoja, pero es el pueblo hambriento, subyugado, el guardián de nuestra esperanza. Guardémonos muy bien de creer que la causa republicana vacila. Guardémonos muy bien de creer que Europa agoniza. Lo que agoniza, del Este al Oeste, son las ideologías. Quizás Europa -de la que España es solidaria- es tan miserable por haberse alejado toda ella, y hasta su pensamiento revolucionario, de un manantial de vida generosa, de un pensamiento en el que la justicia y la libertad se encuentran en una unidad carnal, alejada igualmente de las filosofías burguesas y del socialismo cesariano. Los pueblos de España, de Italia y de Francia guardan el secreto de este pensamiento; y lo guardarán todavía, para que sirva cuando llegue el momento de renacer. Entonces el 19 de julio de 1936 será también una de las fechas de la segunda revolución del siglo; fecha que tiene su raíz en la Comuna de París, que camina siempre bajo la apariencia de la derrota, pero que no ha terminado aún de sacudir el mundo; y que para terminar, llevará al hombre más lejos de lo que ha podido llevarle la revolución rusa de 1917. Nutrida por España y en general por el espíritu de libertad, ella nos devolverá un día una España y una Europa, y con ellas nuevo trabajo de combatir, en fin, a cielo abierto. Al menos, esto constituye nuestra esperanza y nuestras razones de luchar.
No olvido que si los 20 años significan poca cosa mirando la historia, los 20 años que hemos pasado han pesado con un peso terrible sobre muchos de los españoles en el silencio del exilio. Hay algo de lo que no puedo hablar por haberlo dicho demasiado y es el deseo apasionado, que es el mío, de verlos recobrar la sola tierra que es a su medida. Yo siento la amargura que puede haber, si hablo solamente de luchas y de combates renovados, en lugar de hablarles de la justa felicidad a que tienen derecho. Pero todo lo que podemos hacer para justificar tanto sufrimiento y tantos muertos, es l1evar en nosotros sus esperanzas, hacer que esas esperanzas no sean vanas y que esos muertos no estén solos.
Estos 20 años implacables han usado a muchos hombres en su tarea, y han forjado otros entre los cuales el destino ha de justificar a los primeros. Tan duro como esto sea, es así como los pueblos y las civilizaciones se levantan. Después de todo es de ustedes, españoles, es de España, en parte, de donde algunos de nosotros hemos aprendido a tenernos en pie y a aceptar sin desfallecimiento el duro deber de la libertad. Para Europa y para nosotros, franceses, a menudo sin saberlo, habéis sido y sois los maestros de la libertad. El duro deber que no termina, nos toca a nosotros compartirlo con vosotros sin desfallecimiento y sin compromiso.
Esa es vuestra justificación. Yo he encontrado en la historia, desde que tengo la edad de hombre, muchos vencedores con cara odiosa. Porque leía en ellos el odio y la soledad. Y es que no eran nada, cuando no eran vencedores. Solamente para existir, les era necesario matar y esclavizar. Pero hay otra raza de hombres que nos ayuda a respirar, que no ha encontrado la existencia y la libertad sino en la libertad y la felicidad de todos y que puede, por tanto, encontrar, hasta en la derrota, razones de vivir y de amar. Esos hombres no estarán nunca solos.

18.7.09

ARTUR MAS HA PERDIDO EL NORTE



El último tren de CiU

Hay momentos inolvidables e irrepetibles. Hay instantes, imágenes, gestos y palabras capaces de mostrar en un plis plas tanto la amargura como la felicidad, tanto la desazón como el vacío. El día de autos fue uno de esos días; sí, el día en el que ¡Por fin! los catalanes nos sacudimos de encima el culebrón de la financiación. Feliz para unos. Aciago y triste para otros. Pleno de esperanzas para los integrantes del gobierno tripartito –claro está- pero también para un montón de agentes sociales, para la Cámara de Comercio, los sindicatos y buena parte de los profesionales de la comunicación. Por cierto, estos últimos hartos ya de tanta declaración y contradeclaración vacua. Y es que es evidente, un acuerdo bueno y razonable para las partes en materia de financiación genera un beneficio inmediato, crea seguridad, fabrica confianza y ejerce de bálsamo reparador en una situación de crisis económica como la que estamos atravesando. Pero no todo fue desahogo y alivio el día de marras. La comparecencia televisiva de CiU protagonizada por su ariete más agresivo, Felip Puig, a la verita de la “paloma” de Unió, Joana Ortega, será difícil de olvidar por su patetismo e inconsistencia. El rostro tenso de Puig y su desabrido discurso marcaron los primeros compases de un agrio lamento que ha lanzado a la coalición al aislamiento y la soledad. Puig habló de ilegalidad, de fraude, de engaño, de falsos patriotas… Puig arremetió contra el Tribunal Constitucional, contra ERC, PSC e IC, contra el gobierno central, contra el mundo y todas sus galaxias. Pero lo más grave de la escenificación del portavoz convergente fue que mintió. Blandió el Estatuto de Catalunya argumentando que el acuerdo lo devaluaba cuando la realidad demuestra que lo respeta escrupulosamente. Felip Puig y Artur Mas obvian que, por primera vez en la historia, Catalunya va a gozar de una financiación por encima de la media española. Callaron también que el nuevo modelo va a aportar, secuencialmente, a las comunidades autónomas una cifra superior a los 11.000 millones de euros. Error, craso error del que se lamentaban al día siguiente –eso sí, en privado- un buen número de diputados y algunos dirigentes de Unió. ¿Fallo de cálculo? ¿Improvisación? ¿Qué pensará de todo ello el bueno de Duran Lleida? A estas alturas de la película, que más da.
En sus prisas por volver al poder, Artur Mas y sus partidarios depositaron sus esperanzas en que un desacuerdo, o un mal acuerdo, abriera fisuras en el armazón del gobierno que preside José Montilla. Soñaron provocar fugas y deserciones confiando en que un nuevo “efecto” Carretero cercenara las filas republicanas. Los nacionalistas catalanes han subvalorado demasiadas cosas. La primera: la capacidad del gobierno de Rodríguez Zapatero de modelar y modular el susodicho acuerdo. La segunda: la perseverancia, paciencia y claridad de objetivos del gobierno catalán y de su conseller d’economia, Antoni Castells. La tercera: el alto grado de responsabilidad política, maduración y cultura de gobierno atesorado por los partidos coaligados. La por CiU esperada “espantada” de ERC no fue tal, si no todo lo contrario. Las cifras, los datos económicos conocidos hasta ahora sobre la financiación no son cicateros si no más bien generosos con Catalunya. Las perspectivas de futuro, lejos de aparecer amenazantes son esperanzadoras… Y, para colmo de males convergente, el mundo económico y empresarial aplaude sin tapujos el acuerdo alcanzado por los gobiernos catalán y español. Los recursos económicos que de forma inmediata va ha recibir el ejecutivo de Montilla facilitará reorientar la política presupuestaria de la Generalitat atajando el déficit y le permitirá luchar, con mayor eficacia, contra la crisis. El panorama político ha cambiado aquí y en Madrid. Resulta obvio pues que CiU ha perdido su último tren, el tren que les hubiera llevado a pedir unas elecciones anticipadas y la ruptura del tripartito. Malas lenguas afirman haber visto a prohombres de la coalición agazapados en un andén esperando ver un hipotético descarrilamiento del convoy del Tribunal Constitucional.
Y es que, amigos míos, parafraseando una vieja canción de los sesenta, Artur Mas ha de comprender que: “los trenes de sus deseos van al contrario de la realidad”.
Articulo que he escrito para El Mundo

17.7.09

MAS NECESSITA UN GPS ! !



CiU necessita un GPS


CiU va perdre els papers el mateix dia que es va fer públic l’acord de finançament autonòmic. Felip Puig va expressar histriònicament, en roda de premsa, la desesperació de la coalició pocs minuts després de que, Joan Puigcercos, anuncies la conformitat dels republicans amb aquesta qüestió. Des d’aquell moment les valoracions polítiques efectuades pels dirigents convergents han estat presidides per la desorientació i el desconcert.

No passa res. La reacció dels nacionalistes, en el fons, és comprensible. Ells, havien dipositat moltes esperances en que un desacord, o mal acord, situes la legislatura potes enlaire. Confiaven en una ERC reactiva i pueril o amb una suposada tebiesa del conseller Antoni Castells. No ha estat així pel bé de Catalunya i de tota Espanya.
Doncs bé, deixem el passat a banda. Ara toca de nou sumar. Ahir en Toni Castells va tornar a oferir a Artur Mas un lloc preferent en la política catalana. Va convidar a la coalició a participar d’un projecte comú des de la centralitat. Veurem que passa. La propera setmana tindrà lloc una sessió plenària del Parlament de Catalunya per debatre –ara a posteriori- el tema del finançament. Serà un bon moment per comprovar si CiU torna a la centralitat o prefereix pasturar pels marges. Pel bé del país fora desitjable que Artur Mas recuperés, amb GPS o amb intuïció, el rumb.

16.7.09

REFLEXIÓN DE VICENÇ NAVARRO...




LA DOBLE MORAL DE LOS MEDIOS
Vicenç Navarro
Uno de los mayores problemas que tiene la democracia española es la muy limitada diversidad ideológica que existe en los medios de información de mayor tiraje del país. Y ello es fácil de demostrar. Si miramos, por ejemplo, el número de artículos críticos hacia el presidente Chávez y su Gobierno en Venezuela que se han escrito en los últimos doce meses en los cinco diarios de mayor difusión en España, vemos que se han publicado nada menos que 72. Si buscamos, en cambio, artículos favorables al presidente Chávez o a su Gobierno, no encontrarán ni uno (sí, leen bien, ni uno). Esta falta de diversidad contrasta con la existente en el país criticado –Venezuela–, donde pueden leerse, en la prensa venezolana de mayor tiraje, artículos críticos del presidente y de su Gobierno, así como artículos favorables. Lo mismo ocurre en los medios televisivos. En realidad es mucho más fácil encontrar artículos críticos sobre Chávez en los mayores medios venezolanos, que favorables a tal dirigente venezolano en los medios de mayor difusión en España. De tal hecho, fácilmente contrastable, puede deducirse que hay mayor diversidad ideológica y libertad de prensa en Venezuela que en España. Por mera coherencia ideológica, uno esperaría que las mismas voces liberales que están alarmadas por lo que consideran como un peligro para la democracia venezolana –la disminución de voces críticas en aquel país– estarían escribiendo artículos críticos de la extraordinaria limitación a la diversidad ideológica que existe en España. Pues no, permanecen callados. En realidad, son los mismos autores y editorialistas que denuncian alarmados la situación de Venezuela (preocupados por las limitaciones democráticas en los medios de aquel país), los que son responsables de la falta de diversidad ideológica en el nuestro. La doble moral de aquellos medios, en su supuesto compromiso con la libertad de expresión, es notoria y fácilmente demostrable.
Este asfixiante sesgo de aquellos medios de información y persuasión liberales tiene dos consecuencias. Una de ellas es que constantemente se está proveyendo opinión como si fuera información, la cual se convierte rápidamente en la sabiduría convencional del momento, al no poder ser contrastada con puntos críticos, que son excluidos de tales medios. Así, el colaborador de El País Antonio Elorza escribía un artículo titulado “Eclipse de la democracia” (27-02-09) en el que, además de homologar a Hugo Chávez y a Evo Morales con Berlusconi, señalaba “el caos de la política económica llevada a cabo por el Gobierno de Chávez” sin citar ningún dato o referencia que avalara tal conclusión. En realidad, la evidencia empírica publicada por instituciones que gozan de alta credibilidad como el prestigioso Center for Economic and Policy Research de Washington, o la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe, no apoyan tal opinión. El Gobierno de Chávez ha sido uno de los pocos gobiernos que ha conseguido sobrepasar el objetivo del programa de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas (de reducir la pobreza extrema a la mitad), disminuyéndola de un 25% de la población en el año 2003 a un 7,6% en 2007. Ha sido también uno de los países de América Latina que: 1) ha reducido más las desigualdades y el desempleo; 2) ha incrementado más el número de beneficiarios de la Seguridad Social, doblándolo; 3) ha reducido su deuda pública más extensamente, pasando de un 30% del PIB a un 14%; y 4) ha tenido un mayor crecimiento económico, una tasa promedio del 10,4% durante los últimos 20 trimestres, habiendo aumentado su PIB de 99.000 millones de dólares en 1999 a 227.000 en 2007.
Ninguno de estos datos ha aparecido en aquellos medios, donde la demonización de Chávez es una constante. De ahí la sorprendente noticia de que, según una encuesta reciente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Chávez es el dirigente internacional menos valorado por la población en España, menos incluso que el presidente Bush de EEUU, valoración negativa que fue ampliamente citada por tales medios. No se citó, en cambio, que según la misma encuesta realizada en la mayoría de países de América Latina, la población venezolana era la que indicaba, en mayores porcentajes en aquel continente, que “su Gobierno actuaba para el bien de la población”, y que expresaba mayor satisfacción con la situación económica y social del país. Y era el segundo país de América Latina que creía que “la democracia funcionaba bien en su país”.
Tal negativismo hacia Chávez contrasta con el positivismo hacia el presidente Uribe de Colombia, uno de los gobiernos de América Latina donde los derechos humanos son más vulnerados. El Gobierno utiliza su campaña contra la guerrilla para reprimir a las fuerzas de izquierda, incluyendo partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales que no tienen ninguna relación con la guerrilla. El 60% de los sindicalistas asesinados en el mundo lo han sido en Colombia, tal como documentó la Confederación Sindical Internacional el pasado 10 de Junio en París. Sólo en 2008 fueron asesinados 46 dirigentes sindicales. La conexión entre el Gobierno y los paramilitares es bien conocida y documentada, siendo estos últimos conocidos por su campaña de terror contra las fuerzas progresistas. Muy pocas de estas noticias han aparecido en aquellos medios.
Una última observación. Este artículo no es sobre Chávez o sobre Uribe. No es mi objetivo ni defender a Chávez (con quien tengo acuerdos y también muchos desacuerdos) ni denunciar a Uribe (labor que otros han hecho, más elocuentemente de lo que yo pueda hacerlo). Este artículo es sobre la falta de diversidad ideológica en los medios mayoritarios de nuestro país, que debiera ofender a cualquier persona demócrata que, independientemente de sus simpatías o antipatías hacia aquellos dirigentes, debierapreocuparle lo que está ocurriendo en aquellos medios, que son más de persuasión que de información.
Vicenç Navarro es Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabray profesor de ‘Policy Studies’ en The Johns Hopkins University

12.7.09

OBIANG ES INCORREGIBLE



Black Beach

Un servidor de vostès no vol semblar un ingenu, sap que en la política i la diplomàcia intervenen un munt d’interessos, de tot tipus, que sovint fan que les coses no esdevinguin lineals ni simples. Un servidor sap, per exemple, que Guinea Equatorial –l’excolònia espanyola que va arribar a la independència el 1968- és rica en recursos naturals i un gran productor de petroli. Sap també que en un món com el nostre molts governs es fan els distrets davant les dictadures i la manca de respecte pels drets humans... Un servidor pot arribar a comprendre que la política exterior dels governs està subjecta a equilibris i forces estranyes. D’acord amb tot això però hi ha uns límits que no convé sobrepassar.
La visita de Miguel Angel Moratinos i Manuel Fraga a Guinea Equatorial m’ha semblat un d’aquests límits. Teodoro Obiang manté en el seu país un règim dictatorial que no garanteix l’exercici de la democràcia ni la llibertat d’expressió. La pluja de dòlars, fruit de les extraccions petroleres, no cau sobre els equatoguineans si no que passa a engrandir els comptes corrents del dictador i la seva família als paradisos fiscals. A les presons de Black Beach i Bata s’hi troben desenes de presos polítics sotmesos a vexacions i tortures,etc. Hom podrà dir que la diplomàcia espanyola ha anat allí a “suavitzar” la dictadura i a “convèncer” el senyor Obiang de les bondats de la democràcia. Gran error. Obiang s’ha sentit legitimat per la visita i, a més, s’ha permès el luxe de renyar al govern espanyol. Crec sincerament que els que esperen la conversió democràtica del dictador s’equivoquen. És un sàtrapa incorregible.

10.7.09

FELICITATS! EL TOUR HA FUNCIONAT MALGRAT...ELS NOIETS DE SEMPRE..


HABLEMOS CLARO DE GUINEA ECUATORIAL

Conoci a Ramón Lobo en Malabo con motivo del consejo de guerra orquestado por Obiang contra Placido Micó dirigente del CPDS. Lobo, especialista en temas africanos ha escrito este clarificador articulo en el diario El Pais. Conviene leerlo con atención. Creo que las riquezas naturales de Guinea y el negocio del petroleo no justifican actitudes benevolentes respecto al regimen dictatorial guineano.

EL NEGOCIO PRIVADO DEL PETROLEO DE GUINEA ECUATORIAL

El largo mandato de Teodoro Obiang Nguema en Guinea Ecuatorial está marcado por el descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo en los años noventa. El 3 de agosto se cumplen 30 años de su golpe de Estado contra su tío Francisco Macías y pese a las promesas de democracia y prosperidad poco ha cambiado: no hay libertades, se encarcela a la oposición, se roban las elecciones y sólo crecen las cuentas privadas del presidente y las de sus intereses en hidrocarburos.
El petróleo y la insignificancia política de su país en el concierto internacional (no es Irak, desde luego) le han permitido sortear las escasas presiones. El hecho de que la mayoría de las empresas petroleras que explotan la riqueza ecuatoguineana sean estadounidenses (Exxon Mobil, Marathon Oil, Amerada Hess y Vanco Energy), unido a las ansias francesas por entrar en el reparto de la extracción, le han blindado frente a los diferentes Gobiernos españoles, por lo general poco decididos a hacer frente al dictador porque España también tienen sus intereses en hidrocarburos.
En estos años de maná petrolero, el producto interior bruto del país africano se ha multiplicado por 5.000, convirtiendo a Guinea Ecuatorial (28.000 kilómetros cuadrados) en el cuarto productor de petróleo del África Subsahariana. Pero la lluvia de dólares apenas ha modificado el paupérrimo nivel de vida de sus 500.000 habitantes (800.000, según el Gobierno, muy interesado en hinchar las cifras para reducir el PIB per cápita y seguir recibiendo ayudas).
Un informe de 107 páginas de la ONG Human Rights Watch (HRW), hecho público hoy, cuando el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, visIta Guinea al frente de una nutrida delegación, acusa al Gobierno de Obiang de saquear la riqueza nacional en beneficio propio y de sus amigos del clan de Mongomo.
Como España o Italia
"Este es un país en el que la gente debería tener la riqueza per cápita de España o Italia y, sin embargo, vive en una situación de pobreza peor que la de Chad o Afganistán", señala Arvind Ganesan, director del Programa de Negocios y Derechos Humanos de Human Rights Watch. "Esto demuestra la corrupción y la mala gestión del Gobierno, y su insensibilidad con su propia población", agregó.
El informe de HRW pone dos ejemplos de las consecuencias del mal uso de los fondos petroleros. La mortalidad infantil ha pasado de 103 muertes por cada mil en 1990 a 124 por cada mil en 2007; la de menores de cinco años aumentó de 170 por cada mil en 1990 a 206 por cada mil en 2007.
El país ha vivido varios escándalos de corrupción que implican a funcionarios del Gobierno y sus familiares, recuerda el informe. En 2004, una investigación del Senado de Estados Unidos sobre los tratos de las autoridades de Guinea con el ya desaparecido Riggs Bank reveló detalles sobre el uso del presidente Obiang del dinero procedente del petróleo para financiar transacciones personales, entre ellas el gasto de 3.8 millones de dólares para la compra de dos mansiones en un elegante barrio de la capital estadounidense.
Los gastos de Teodorín
En 2006, el hijo mayor de Obiang, Teodorín, y al que muchos señalan como el posible sucesor, compró una propiedad en California valorada en 35 millones de dólares. En 2004, se gastó alrededor de 8.45 millones de dólares en mansiones y automóviles de lujo en Suráfrica. El único ingreso conocido de Teodorín es el salario mensual de 4.000 dólares que recibe como ministro del Gobierno. En dos años, el hijo del dictador gastó más de que lo que su padre dedica al presupuesto de Educación. Es ejemplo es de HRW.
Las últimas elecciones legislativas, celebradas en mayo de 2008, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE, el de Obiang) se hizo con 99 de los 100 escaños del Parlamento. La oposición democrática de la Convergencia para la Democracia Social (CPDS), que tenía dos diputados, pasó a uno. Pese a la ausencia de garantías, igualdad de oportunidades, censo no público, violencia y voto patriótico (enseñar la papeleta), los tres diputados españoles (Fátima Aburto (PSOE), Francesc Ricomá (PP) y Jordi Xuclá (CiU) que actuaron como observadores vieron en estos comicios avances democráticos.
Llamamiento a Obama
"Obiang controla el petróleo, el Gobierno y el país", señala Ganesan, de HRW. "Sin una presión internacional significativa, la inmensa riqueza de Guinea Ecuatorial seguirá siendo una máquina privada de hacer dinero para unos cuantos en lugar de un medio para mejorar las vidas de muchos", agrega.
"El Gobierno de [Barack] Obama debería adoptar una estrategia diferente a la de su predecesor [George Bush]", señaló Ganesan. "En lugar de ignorar la corrupción y los derechos humanos en favor de los intereses energéticos, puede dejar claro que la buena gestión gubernamental y el respeto por los derechos humanos son esenciales para la seguridad energética", agregó.
Human Rights Watch insta en las conclusiones del informe al Gobierno de Guinea Ecuatorial a que aplique políticas para la completa divulgación pública de su gestión de la riqueza procedente del petróleo, lo que incluye: hacer públicos sus presupuestos (que son secreto de Estado); identificar todas las cuentas del Gobierno en bancos extranjeros; aplicar la ley que exige a los funcionarios de Gobierno declarar sus bienes, y la comprobación de dichas declaraciones; y realizar una auditoria de las cuentas del Gobierno y hacer públicos los resultados.
Human Rights Watch apela a los gobiernos extranjeros, el de Estados Unidos y España sobre todo, para que ejerzan una presión concertada sobre Obiang para que mejore la situación de los derechos humanos; denieguen visados a los funcionarios del país implicados en casos de corrupción; e identifiquen todos los bienes de estos funcionarios en sus países, con la intención de confiscar los beneficios procedentes de la corrupción y devolverlos eventualmente a la población de Guinea Ecuatorial.
Ramón Lobo En El Pais.

9.7.09

RECOMANO "OJOS VERDES"...

Homenatge a Miguel de Molina

L'espectacle reivindica la cançó popular espanyola com una part de la nostra essència: és un tipus de música que injustament es relaciona amb el franquisme i que per tant tothom intenta esborrar de la memòria col·lectiva. No obstant, la copla neix a la República i connecta directament amb les nostres arrels més pures, més populars i més autèntiques.
Aquesta obra, escrita i dirigida per Marc Vilavella, és també un crit contra els prejudicis, que van marcar la biografia personal i artística que él món encara està impregnat d'aquests prejudicis cap a les llibertats individuals i col·lectives.
La copla, la fiesta gitana, el cafetín árabe, Lorca, el sentío, el coraje, el duende, el quejío, la guerra, la llibertat, els artistes, els exiliats, els rojos, els nacionals, la ràdio...Ojos verdes és un espectacle per als sentits, per a la consciència i per a l'emoció.
Fins el 26 de juliol Espai Escenic Brossa

7.7.09

VISTO LO VISTO..¿LIBRO DE ESTILO PARA TV3?

LA BATALLA DE LAS PALABRAS EN UN GOLPE DE ESTADO
Decía en mi artículo del pasado domingo que la arquitectura del periodismo se levanta sobre el lenguaje y el lenguaje es pensamiento. Con la elección de las palabras definimos la realidad, por eso uno de los problemas del periodismo es encontrar los términos justos que mejor definen una situación. Pero no siempre es fácil cuando la situación es confusa, evoluciona rápidamente y concurren fenomenales intereses en juego. Lo ocurrido en Honduras en los últimos días constituye un excelente ejemplo de cómo una misma realidad puede tener interpretaciones opuestas. La batalla de las palabras que se está librando en Honduras en paralelo a la batalla del poder ha tenido fiel expresión en el correo de la Defensora: mientras unos lectores acusan al diario de ser complaciente e incluso justificar en un primer momento el golpe de Estado, otros nos acusan de desinformar y confundir a la opinión pública al condenar lo que para ellos es una legítima defensa de la democracia.
Ya conocen ustedes los hechos: el presidente Manuel Zelaya convoca una consulta popular para reformar la constitución y eliminar la limitación que le impide presentarse a un segundo mandato. El Parlamento vota un reglamento que veta esa consulta y el Ejército sale a la calle en una maniobra preventiva contra las iniciativas del presidente. Zelaya destituye al jefe del Estado Mayor y éste se resiste a abandonar su puesto. Finalmente, el presidente es apresado y expulsado del país.

El diario ha ofrecido una extensa cobertura informativa y ha publicado dos editoriales. El primero se publicó el sábado y era especialmente crítico con Zelaya. El segundo, publicado el lunes, condenaba claramente el golpe. Ambos han sido fuertemente contestados. El primero comenzaba criticando "la moda de repetir mandatos presidenciales saltándose la ley" propia del "caudillismo de izquierdas" y se refería a las maniobras del Ejército como "la negativa militar a cooperar en la consulta ilegal" promovida por Zelaya. Este texto fue interpretado por algunos lectores como una defensa de las posiciones golpistas o como un intento de "generar una opinión pública favorable" al golpe. Así lo estimaron José Luis Gasch, Antonio Flórez, Víctor Casco Ruiz, Hugo Martínez Abarca y Andrés Fariña el mismo fin de semana. Cayetano López y Rafael García Almara añaden que con este posicionamiento el diario se aleja de "la línea progresista" que había mantenido durante años. Por su parte, Carmen Arango ha remitido un largo escrito firmado por seis personas en el que, además de criticar que El PAÍS "minimizara lo que era un golpe de Estado de manual", consideran que se está produciendo un viraje en la posición del diario respecto de América Latina y expresan sus dudas acerca de si la línea editorial del diario está condicionada por intereses empresariales del grupo al que pertenece.¿Se precipitó El PAÍS a la hora de catalogar los hechos en el primer editorial? El director adjunto responsable del área de Opinión, Lluís Bassets, responde: "El editorial no se precipitó al enjuiciar los errores cometidos por Zelaya, ni dedujo de su evaluación que los militares debían destituirle y expulsarle en un golpe de Estado. Tampoco hubo cambio de línea, puesto que analizar los errores de Zelaya como se hizo en el editorial del sábado es perfectamente compatible con la condena de un golpe de Estado inconstitucional, como sí hizo en el del lunes. Es legítimo discutir los argumentos utilizados en uno y en otro, pero no me parece justo que se lea el primer editorial como si se hubiera escrito después del golpe y sirviera para justificarlo".
Cuando se escribió el editorial, los soldados patrullaban ya por las calles de Tegucigalpa, y el propio diario se hacía eco en su crónica de las voces que, desde la Alianza Bolivariana, advertían de que se estaba gestando un golpe de Estado. La situación era, por lo menos, ambigua. En un caso así, tal vez hubiera sido más adecuado tener en cuenta el punto 1.1 del Libro de Estilo, en el que EL PAÍS se define sí mismo como "defensor de la democracia plural según los principios liberales y sociales". La comunidad internacional, incluido el Gobierno de Obama, condenó inmediatamente el golpe de Estado, pero la batalla ideológica ha continuado, por lo que el segundo editorial, de clara condena del golpe, también ha motivado quejas, aunque menos.
Para Grethel Zavala, no hay tal golpe de Estado, sino un acto de defensa de la democracia frente a un mandatario que "cometió un delito de usurpación de poderes y traición a la patria"; Edgardo Figueroa sostiene que la destitución del presidente se produjo "dentro del marco legal" para "evitar el comunismo y la intromisión de Hugo Chávez"; y Samuel Valladares, que el Ejército se ha limitado a obedecer una orden judicial en defensa de la Constitución. Todos piden que rectifiquemos.
Lo cual nos lleva a la reflexión que les proponía el pasado domingo: cómo abordar la creciente presión de sectores fuertemente ideologizados que, conscientes de la importancia que tienen los medios en la conformación de la opinión pública, tratan de modelar la percepción de la realidad por la vía de imponer la terminología más favorable a sus postulados.
En un conflicto tan polarizado como éste o como el que enfrenta a judíos y palestinos, que también provoca constantes protestas de una y otra parte, cada uno de los sectores enfrentados espera de EL PAÍS que narre los acontecimientos de acuerdo con su particular visión de los hechos. Y si no lo hace, le acusa de parcialidad. El dilema sobre la catalogación de los acontecimientos es tan antiguo como la historia, pero la importancia que la información tiene en la sociedad mediática hace que el escrutinio sea ahora mucho más severo.
¿Qué esperan realmente los lectores del diario? A tenor de las cartas recibidas, una parte de ellos espera una especie de comunión ideológica absoluta, poder ver reflejadas sus propias posiciones en las del diario, y viceversa. Pero hay muchos otros que esperan un relato fidedigno de los hechos y un análisis distanciado y riguroso a partir del cual poder construir su propia opinión. Lo sé porque de éstos también llegan muchas cartas. Son expectativas antagónicas. En todo caso, el diario no debe apartarse de su Libro de Estilo: "EL PAÍS se esfuerza por presentar diariamente una información veraz, lo más completa posible, interesante, actual y de alta calidad, de manera que ayude al lector a entender la realidad y a formarse su propio criterio".
El relato de los hechos debe ser la columna vertebral de ese esfuerzo. Y una clara separación entre información y opinión, como también establecen nuestras reglas internas. Las crónicas interpretativas, al ser más subjetivas, se prestan más a incluir valoraciones personales y corren por ello un mayor riesgo de parecer parciales. Ese mayor subjetivismo puede irritar a la parte agraviada de quienes esperan comunión ideológica, y defraudar a quienes esperan datos objetivos para el análisis. Alberto Llamas Ros escribe a la Defensora para quejarse de una de las crónicas sobre el conflicto de Honduras, la titulada "Casi mejor que se lo llevaran", del jueves día 2. En ella se hacen afirmaciones como que "el país olvida a Zelaya" o que "los hondureños desconfían del presidente depuesto por su sumisión a Chaves". Este lector hace una pregunta muy pertinente: "¿A cuántos entrevistó el periodista para poder decir 'los hondureños' en general?". Y respecto de una frase tan valorativa como "según todas las fuentes consultadas, la única credencial que Zelaya puede presentar es haber sido víctima de un golpe", el lector insiste: "¿Qué fuentes?". Elegir para el titular una frase como la indicada da a entender que ésa es una opinión muy extendida, cuando en la crónica sólo la sustenta un vecino sin ninguna significación política.
En conflictos tan polarizados y con tanta carga ideológica, es muy importante extremar las cautelas y cuidar las formas. Citar las fuentes da credibilidad a la crónica. No hacerlo incrementa la percepción de subjetivismo y parcialida.
MILAGROS PEREZ OLIVA en El Pais


5.7.09

ARA EL SEGARRA-GARRIGUES...



Més fets que mai

Ahir, a les 11 del matí, el president de la Generalitat, José Montilla, va donar l’ordre d’activar el sistema de rec d’un tram del canal Segarra-Garrigues. Aquesta posada en funcionament permetrà que de forma immediata més de 1.500 hectàrees dels municipis d’Oliola i Pons, entre d’altres, es beneficiïn del rec. El canal estarà totalment acabat el 2013, i costarà més de 1.500 milions d’euros, que assumirà l’Estat –constructor de l’obra- mentre la Generalitat i els regants es faran càrrec de les despeses de construcció del canal secundari.
L’impacte econòmic d’aquesta obra serà importantíssim, l’impacte ambiental gairebé nul, mentre que el “moral” esdevindrà molt positiu. Feia ja massa anys que els sector agrari de Lleida demanava el que ahir va començar a succeir amb la inauguració.
Els pessimistes, els rondinaries, els negatius, comencen a tenir-ho força malament. El ciutadà català comprova com dia rere dia, el degoteig de inauguracions d’obres públiques és un fet i no un projecte. Ahir el canal, abans d’ahir el nou hospital de Sant Pau, fa poc la T1 i, d’aquí a uns dies aigua de la bona per tota l’Àrea Metropolitana servida des de la dessaladora del Prat.
No seré jo qui apunti les medalles a ningú. No però, el cert és que la llista de l’obra feta cada cop és més llarga, i això, amics meus, és el que compta.

ARTICULO CLARIFICADOR PARA...AGOREROS


CONTRA EL RESENTIMIENTO Y LA SOBERBIA
Escribe el filósofo Josep Ferrater Mora en la obra Formes de vida catalana, publicada en el exilio, en Chile, en 1944, que los catalanes podemos exagerar nuestras virtudes (la mesura, la sensatez, la ironía, la continuidad) hasta convertirlas en vicios menos agradables. Por ejemplo, la virtud de la mesura llevada hasta el extremo nos conduce a la manía del formalismo. En cualquier caso, añade, seguiría siendo verdad que la raíz de esos vicios son virtudes y que, por tanto, «podríamos siempre, con un poco de esfuerzo, volver a nuestra fuente originaria». Pero existen dos corrientes que, una vez desatadas, puntualiza el filósofo, son mucho más difíciles de vencer. Se trata del resentimiento y de la soberbia. La soberbia tiene una sola dirección: el descenso colectivo. El resentimiento segrega unas toxinas que envenenan el espíritu de los catalanes. Una y otra se encuentran tan unidas que muchas veces son la misma cosa, concluye.Esta modesta introducción al pensamiento de Ferrater Mora nos sirve para afirmar que hoy una parte de Catalunya corre el peligro de descolgarse por el camino del resentimiento y la soberbia. Son voces que quieren imponer un solo relato sobre la realidad del país y que quieren marcar la dirección futura del catalanismo. Hablamos, en definitiva, de la Catalunya nacionalista o soberanista. Resulta paradójico que, una vez derrotadas electoralmente en las urnas las tesis neocentralistas del PP, en el 2004 y en el 2008, ahora algunos insisten en pintarnos un escenario igualmente catastrófico, como si todo fuera lo mismo. Como si el PSOE y el PP representaran la misma política. Bien sabemos los catalanes que esto no es así. La deriva recentralizadora que impulsó Aznar no era ninguna broma. El intento de imponer una lectura preconstitucional de la propia Constitución fue una grave amenaza. Para combatir la desmemoria recomendamos la lectura del libro del catedrático González Casanova, La derecha contra el Estado. Por ello, frente a las visiones interesadas de algunos, inopinadamente amplificadas por otros, hay que reiterar que el socialismo español que representa Rodríguez Zapatero, con sus aciertos y errores, está en las antípodas de la vieja tradición jacobina. Afirmar lo contrario, además de falso, es caer de cuatro patas en el juego de aquellos que perdieron el poder en Catalunya en el 2003 y que, tres años después, esperaban recuperarlo, en último término, mediante no se sabe muy bien qué pactos secretos precisamente con el socialismo español que ahora tanto infaman. ¿Es lo mismo apoyar el Estatut y defenderlo que intentar destruirlo? ¿Es lo mismo defender en toda España nuestro modelo lingüístico que atacarlo, expandiendo la mentira venenosa de la persecución del castellano? ¿Es lo mismo enderezar la situación anémica de las inversiones en infraestructuras del Estado en Catalunya que ser responsable de ella? La mayor parte de los catalanes, cuando tienen la oportunidad de responder a eso con su voto, afirman que no.La tan cacareada tesis sobre la desafección de los catalanes por España no se corresponde con la realidad de los hechos. No hay duda de que una sentencia contraria del Tribunal Constitucional, un dictamen que pusiera fuera de juego partes esenciales del Estatut de autonomía de Catalunya, supondría un revés mayor. Pero la sentencia aún no se ha producido. Solo cuando la sentencia llegue habrá que hablar de ello, y tanto como sea necesario. Entretanto, avanzar escenarios de confrontación y dar por bueno que pasará lo peor es un ejercicio estéril que solo sirve para alimentar un estado psicológico colectivo de resentimiento. No hay duda de que desde el neocentralismo y el soberanismo hay interés en generar este estado crítico, pero el catalanismo positivo y constructor no puede caer en este juego infantil que hoy divierte a algunos tocando a somatén.Lo mismo ocurre con la financiación. El compromiso político del Gobierno español es firme. La actitud del president Montilla es inequívoca en la defensa de los intereses de los catalanes. El retraso está resultando un trago muy difícil para las dos partes. Pero cuando algo se demora tanto es sin duda porque no es fácil. Porque hay que evitar que se convierta en una batalla territorial con ganadores y perdedores. Es cierto que los catalanes estamos con deseos de que esto acabe. Pero la impaciencia, y menos ahora que el acuerdo está tan cerca, no puede llevarnos a propagar estados de opinión que dan ya por malo cualquier acuerdo, incluso aquel razonablemente bueno, como hace CiU. A esto se le llama soberbia. Como dice Ferrater Mora, la soberbia es un estado de negación y rebelión. Nosotros creemos que habrá acuerdo de financiación y que la sentencia del tribunal ratificará la constitucionalidad del Estatut. Entonces podremos afirmar con rotundidad que la España del catalanismo –a la que aspiraban tanto Campalans y Companys como Prat de la Riba y Cambó– está hoy más cerca de ser una realidad. Ernest Lluch diría que el catalanismo es un hijo tardío del pensamiento optimista ilustrado del siglo XVIII. Nosotros solo añadimos que esto es verdad a condición de que no deje nunca de proyectar una mirada optimista. Por ello, hoy en Catalunya, al igual que hacía Ferrater Mora en 1944, hay que practicar la mesura y combatir principalmente dos actitudes –el resentimiento y la soberbia– que nos alejan gravemente de nuestra mejor tradición política.
Joaquim Coll Historiador.
Fima también este artículo en EL PERIODICO
Daniel Fernández, diputado del PSC

2.7.09

CiU I EL DOBLE LLENGUATGE...



La flor de CiU

Diu la sabiduria popular que una flor no fa estiu, i té raó. Una acció aïllada o un bon desig puntual no és suficient per definir l’honradesa d’una persona, l’arribada de la primavera o la bondat d’una causa política. L’aprovació de la LEC ha estat rebuda per molts mitjans de comunicació i analistes com un exemple del què hauria de ser l’activitat política, com el triomf dels interessos de país per damunt dels de partit. D’acord, això ha estat així respecte a la llei d’educació de Catalunya i cal celebrar-ho desitjant que aquests punts d’acords s’estenguin a tots els temes transcendentals per la ciutadania. Però la realitat és dura i sovint cruel. Un parell d’hores després del discurs positiu i propositiu d’ Irene Ridau al voltant de la llei en Felip Puig descarregava la seva artilleria fustigant - amb un estil agre- a Josep Lluís Carord Rovira. Un parell de setmanes abans va ser el Conseller d’interior, Joan Saura, la víctima dels atacs. Quin contrast ¡ .

Malgrat la seva importància aquesta flor de la LEC conreada per CiU no fa estiu. I no ho fa perquè neix aïllada, no forma part del jardí convergent ni del seu projecte ornamental. Una llàstima tot plegat perquè el país mereix més acords i menys rancúnies.