El blog d'en Joan Ferran

27.7.15

SEÑORA COLAU...¿UNOS SI OTROS NO?







ADA: ¿Y POR QUÉ NO DURRUTI? 




El postureo está de moda. Sí, el denominado postureo es una pose y una toma de decisiones de cara a la galería para dar que hablar, para buscar el aplauso y las muestras de aprobación de la ciudadanía. Hay postureos para todos los gustos. Lo hay de derechas y de izquierdas, lo hay monárquico y lo hay republicano e independentista. Uno gusta fulminar en los ayuntamientos los bustos y las imágenes de los borbones; el otro repone, en su lugar, unas fotografías y cuadros del monarca y su familia. Eso sí, ambos actúan bajo la luz de los flashes y la mirada, entre expectante y divertida, de los chicos de la prensa. 

 Sí señores, se ha abierto la veda y el nomenclátor callejero deberá superar la prueba del algodón. Por lo que respecta a las dinastías uno no sabe si la limpieza afectará tan solo a los Borbones o si se verán afectados también los Austria, los Saboya y los condes de la Marca Hispánica… ¿Qué suerte correrán los blasones, las estatuas ecuestres y las esculturas de guerreros o mártires? ¿Se mantendrán las calles y plazas con el nombre de conquistadores, inquisidores o almogávares? Vayan ustedes a saber. De un tiempo para acá todo es tan posible como fácilmente reversible en esta ciudad.

 El que suscribe estas líneas también quiere apuntarse al postureo. Solicito formalmente, a la alcaldesa Ada Colau, que la Vía Layetana recupere el nombre que, el 1 de julio de 1937, le asignó el ayuntamiento republicano de la ciudad en homenaje a Buenaventura Durruti, muerto en el frente de Madrid el 20N de 1936. Solicito, también, sea restituida una placa idéntica a la que en su día se ubicó en su honor esculpida por el artista Enric Boleda. La denominación Vía Durruti estuvo oficialmente vigente hasta que las tropas golpistas del general Franco tomaron la ciudad… 

 Pero claro, soy consciente que los que practican el juego del postureo lo hacen dentro de unos cánones. Un servidor de ustedes sabe que entre la gente de orden de derechas – y también entre la de izquierdas con tics autoritarios- esto de homenajear a personajes como Buenaventura Durruti no procede ni estética ni políticamente. Mucho postureo con la Memoria Histórica de marras pero algunos olvidan la multitudinaria manifestación de masas que tuvo lugar con motivo de su muerte… pero, claro, Durruti era libertario y no autoritario.

24.7.15

EL PSC Y LA AMI







LOS OXÍMORONES DEL PSC 




Estoy dispuesto a que los amigos me cataloguen de esquemático, inoportuno, rígido y poco pragmático. Estoy preparado para pagar ese precio y recoger las propinas con las que me obsequiarán desde otros ámbitos menos amistosos. Me da igual. Un servidor de ustedes se ve ante la obligación intelectual, y moral, de afirmar que hay cosas en política que no se deben hacer, que hay líneas que no se pueden rebasar. Parece que el socialismo catalán esté empeñado en contradecir al clásico que escribió aquello de ‘política es pedagogía’. Sí, poca pedagogía hace el PSC cuando, obviando alguno de sus ejes programáticos e ideológicos, claudica y firma acuerdos y adhesiones que contradicen sus postulados. Dar vía libre a la pertenencia de un consistorio a la AMI, por ejemplo, es radicalmente contradictorio con el discurso actual del PSC. Los pragmático-posibilistas me dirán aquello tan sobado de ‘París bien vale una misa’; o que es más importante gestionar -aunque sea quincalla en un mar de siglas- que no mantener una posición testimonial. Discrepo profundamente. Hoy más que nunca la ciudadanía quiere autenticidad y participación, no teatro ni cambalache. Hace pocos días el socialismo catalán abandonaba ambigüedades y presentaba un programa electoral claro y conciso apostando por una reforma constitucional pactada. ¿Acaso ha periclitado ya ese planteamiento? 

 Lo que está actualmente en juego en Cataluña no es la firma de una proclama o manifiesto de frases ampulosas y grandilocuentes, sino algo que tiene que ver con su futuro colectivo. Si los ciudadanos confían el voto a un determinado partido y perciben que, un día tras otro, sus representantes están más preocupados por ‘pillar’ gestión que por defender principios mal vamos. El tacticismo sin principios ni ideología genera confusión. 

No quisiera que nadie viera en estas consideraciones un planteamiento dogmático e inflexible. Nada de eso. Reclamo, tan solo, líneas de actuación coherentes con un discurso asumido colectivamente. No me salgan con milongas ni con disertaciones acerca de lo que es importante y lo que es accesorio. Hoy, en el altar de la democracia, los ciudadanos han colocado como deidades la honestidad y la coherencia; cuando en política falla alguna de esas virtudes la confianza se viene abajo y los votos desaparecen.

22.7.15

27S...O COMO ACTUAN LOS EXCLUYENTES








         2015, 2016, 2017...





La persistente lluvia nacionalista ha calado, ha saturado con su universo simbólico el discurso de amigos y adversarios. Ha impuesto una lógica capaz de ahogar las disparidades forzando el conmigo o el contra mí. La eficacia de su discurso se basa en una bipolarización integradora para los suyos, excluyente para los demás. El nacionalismo, para afirmarse a sí mismo, precisa describir al «otro» como extraño o enemigo, al tiempo que vislumbra en el diferente una identidad imposible de compartir. El nacionalismo sería democrático si se considerara a sí mismo como una opción más, pero no es así; para él, la exigencia sine qua non para ser ciudadano de primera pasa por aceptar la nacionalidad. La figura de un no nacionalista resulta inaceptable para la lógica del buen patriota que pelea por la independencia de Catalunya y odia lo español. El desconcierto de la peña nacionalista, la que sea, se produce cuando uno se atreve a denunciar sus patrañas y amaños histórico-políticos. A esos contratiempos suelen responder siempre con una cierta violencia. Y, sabido es, que la violencia no solo se ejerce de forma convencional sino también edulcorada. Acusar a alguien de ser lo que no es, calificar al crítico de botifler, es violencia. Que el acceso a los medios de comunicación, a las tertulias, a la promoción editorial dependa del grado de asunción del credo nacionalista, es violencia. Que se discrimine a catedráticos, profesores y articulistas por no seguir la corriente dominante, es violencia. Que se mire con odio y gesto de desprecio al díscolo cuando cruza la calle, es violencia.
 
Decía un buen amigo mío que el cautiverio de la izquierda de este país tiene mucho que ver con la aceptación del lenguaje del nacionalismo reinante. Decía también que solo una fisura moral, que restablezca la validez del ciudadano solidario, hermano del resto de los humanos, desatento a los mitos de la tribu, nos da alguna esperanza de cara al futuro. De ahí la necesidad de abrir espacios, de inventar un Noé moderno y alternativo capaz de construir un Arca, del pensamiento a la acción, dispuesta a resistir los envites del temporal exterminador que se adivina; capaz de marcar rumbo. Desde San Ambrosio hasta nuestros días, el significado del arca ha consistido en creer que las esencias de la vida física e intelectual pueden encerrarse y navegar contra viento y marea hasta que las condiciones del entorno hacen posible la existencia exteriorizada. El nacionalismo y sus prohombres son los culpables de la ofuscación en que viven muchos de nuestros ciudadanos. A lo largo de más de cuarenta meses, hemos asistido a una ceremonia de la confusión y el engaño destinada a ocultar el desgobierno y el malestar social. El fiasco del los 9N, el viejo y el nuevo, no es un punto y final; para algunos es tan solo un punto y aparte para continuar su senda secesionista.
 
Algo habrá que hacer en este país para recuperar la capacidad de razonar y la calidad democrática extraviada en el, hasta hoy, frustrado viaje a Ítaca. La comprensión de los fenómenos y de la historia —si esta consigue liberarse de la manipulación— suele ser más completa después de haberse producido los acontecimientos, no durante los mismos. Habrá que esperar un tiempo para calibrar con justeza qué ha sucedido en nuestra sociedad. Hegel nos dejó escrito que el búho de Minerva, la sabiduría, no emprende el vuelo hasta el oscurecer. Quiso darnos a entender que una época de la historia no se entiende en su plenitud hasta su final, pero se sufre. Si amigos, el cosmopolita alérgico al proceso independentista está cansado de tanto escribir y comparar. Tanto es así que ha decidido poner punto y final a cuarenta meses de apuntes y recortes de periódicos. Y piensa que, para concluir dignamente, nada mejor que recurrir, por última vez, a lo publicado y recomendado en El Diluvio aquellos días de noviembre de 1934.
 
  LO PRIMORDIAL
 
Las estrechez de miras, el desconocimiento absoluto de la misión que corresponde a Catalunya en España son defectos de los dirigentes de nuestro gobierno autonómico. Esas faltas exigen completa reparación. Doloroso es lo sucedido pero puede enmendarse y a ello deben tender todos los esfuerzos del pueblo catalán. Y, en esta hora solemne de nuestra historia, lo que ante todo y sobre todo procede antes de emprender la nueva senda es devolver al país el sosiego, la paz perturbada por unos equivocados en un absurdo instante de obcecación.
 
Definitivamente: ochenta años no son nada.
 
 
Fragmento del libro 'Esperando a Noé entre el Diluvio y la independencia'

17.7.15

SOBRE ALEGRÍAS Y ALEGORÍAS DEL SOBERANISMO...










SOBERANISMO A LA FELSENBURG 




Tanto Artur Mas, como los practicantes de la fe soberanista, se valen con frecuencia de alegorías vinculadas al mar, las islas míticas y las dificultades de la navegación. El archiconocido viaje a Ítaca, el timón o la ruta a seguir forman parte ya del vocabulario básico del buen secesionista y de sus escribas. A lo más clásico tendrán que añadir, sin lugar a dudas, el laberinto gramatical generado alrededor de la famosa lista electoral: con, de, sin el President… Por cierto, lista que para descanso de muchos ya goza de cabeza y tronco. Lista electoral que va a ofrecer, en sus extremidades, cobijo a náufragos de cien tempestades y a tránsfugas poco recomendables. 

 Y ya que con anterioridad hemos hablado de elementos marinos vinculados al secesionismo, y sus futuros pluscuamperfectos, viene a cuento una recuperación literaria. En pleno siglo XVIII el alemán, Johann G Schanbel, escribió una obra que bautizó como ‘Maravilloso destino de unos navegantes’ que, sin embargo, ha llegado a ser más conocida con un título más romántico: ‘La isla Felsenburg’. Una isla desvinculada del mundo y la sociedad de su tiempo en la que un grupo de náufragos sueña construir una sociedad modélica, una utopía política y social… Felsenburg es concebida como una república de hombres y mujeres libres y justos. Allí todos los ciudadanos gozan de los mismos derechos y deberes, todo es propiedad de todos y rige el principio de ‘a cada cual según sus necesidades’. La vida familiar es armónica y solo se permite vivir en Felsenburg a los justos. Los recién llegados a este paraíso en la tierra se someten a un proceso de selección tras narrar sus peripecias como náufragos… Ustedes me perdonaran pero encuentro en esta obra literaria elementos suficientes para poder incorporarla, sin problemas, al rico bagaje simbólico-alegórico- místico del independentismo. 

El ex ecocomunista Raúl Romeva ya forma parte del santoral soberanista para el 27S. A pesar de la frustración y mal humor latente entre los chicos de ERC la imaginación de algunos se ha desbordado, tanto, que ya se ven finalizando el viaje con ‘la caseta i l’hortet’ en su isla imaginaria. No me atrevo a vaticinar cual será el destino de los navíos ni de los navegantes pero conviene saber que, junto a islas fruto de la imaginación y la creación literaria como Felsenburg, existen otros archipiélagos no tan felices como destino. Si no que le pregunten a Napoleón cómo lo pasó por Santa Elena.

8.7.15

SIN SAL, SIN CAFEÍNA, SIN POLÍTICOS...PARA SALVAR A MAS
















UN PAÍS 
DE PREPOSICIONES 

Por muchas embajadas que abra la Generalitat y por muchos festivales patrióticos que financie Homs en el exterior, nadie se va a tomar este país en serio. Un país que dentro de ochenta días pretende celebrar unas elecciones y no sabe si su actual presidente, y organizador del show, se va a presentar –y cómo- no es de fiar. Por arte de birlibirloque Cataluña se ha convertido en el paraíso de las preposiciones. Con, de, sin y contra el president… 

 Por si ello fuera poco algunas mentes privilegiadas, o asustadas, nos proponen para salir del agujero en que nos han metido apostar por unas listas electorales sin políticos. ¿Cuánto hay de ingenuo y cuánto de malvado en la idea de los promotores del invento? Un plumilla ha escrito estos días que el montaje de la denominada ‘lista civil’ solo tiene como objetivo evitar el descalabro de Artur Mas. ¿Objetivo? Copiando vilmente a Spielberg: Salvando al soldado Ryan en el que actúa Mas como protagonista en lugar de Tom Hanks. El tema es preocupante. La capacidad de autodestrucción de ese fenómeno que hemos denominado ‘procés’ es espectacular. Repasemos: CiU ha muerto, CDC se inmola, Unió se divide y el PSC se lame las heridas; mientras tanto IC busca refugio en una izquierda difusa que, a su vez, busca nombre con monjas que juegan a Mesías mientras ERC se acojona y el PP se bunkeriza. ¡Vaya panorama! En el ‘nou país’ de la preposiciones ni el tuerto llega a ser rey. 

Pero permítanme otras consideraciones igual de preocupantes. La propuesta de presentar candidaturas sin políticos me parece kafkiana. No caeré en la clásica afirmación de que todo en la vida es política. No, les diré tan solo que en el preciso instante en que alguien propone una lista sin políticos está haciendo política. Es más, cuando alguien acepta formar parte de una lista electoral ya hace política. Ahí no caben voluntarismos inocuos ni inocentes. Y si pretenden erigirse por encima de todos, y de todo, como almas puras para conseguir ‘los objetivos de la nación’ eso huele a viejo nacionalismo, peronismo barato o populismo de tres al cuarto.

 Por favor, que alguien repase los libros de historia y nos recuerde cómo algunos grandes y respetables paladines del apoliticismo –como Federica Montseny, García Oliver, Joan Peiró y Juan López- se convirtieron de la noche a la mañana en políticos en activo. Me dirán que aquellos eran otros tiempos, cierto, pero también les diré que entonces, en este país, había overbooking de líderes y hoy no. Nuestro excedente es de preposiciones, ya saben: con, de, sin , contra…