El blog d'en Joan Ferran

16.12.19

NACIONALISTAS ....

EL RITORNELO ‘NACIÓN’ 



Ha llovido mucho desde que el historiador alemán Friedrich Meinecke publicara en 1908 su obra, ‘Cosmopolitismo y Estado nacional’. Un intento, el suyo, de diferenciación conceptual entre la Kulturnation basada en la posesión común de una cultura, y la Staatsnation que se sostiene, sobre todo, en la argamasa unificadora de una historia común. Mucho más tiempo ha pasado desde que los Renan, Manzzini, Max Weber y otros intelectuales se enfrascaran en la tarea de definir lo que es una nación. Lejos de haber cerrado el tema los humanos seguimos teorizando, polemizando y pleiteando sobre lo que es, y quién es, una nación. Son tantas las toneladas de tinta empleadas al respecto, y las horas de debate sin resultado alguno, que me he permitido desconectar del asunto. He llegado a la conclusión de que, en este país, ese tema no sólo no favorece las políticas del día a día, sino que es usado para ocultar la falta de una buena gestión. El historiador estadounidense Carlton Hayes tuvo el acierto de definir el nacionalismo como una suerte de religión con millones de adeptos en la que podíamos encontrar popes, liturgias, dogmas y argumentos sin justificación científica y aceptación plena por parte de su feligresía. Pues sí, el nacionalismo ha devenido un estado de conciencia grupal que afirma la particularidad y los derechos específicos de una colectividad determinada y, basándose en ello, intenta actuar en el escenario político. El conflicto no surge pues en el reconocimiento, o no, del concepto nación sino mas bien en la praxis de los nacionalistas. Intentemos, pues, apartarnos del debate estéril sobre la esencia de lo que es una nación. Dejemos eso para historiadores, sociólogos y entendidos. Ocupémonos de abordar cómo, cuándo y de qué manera sacar a este país de su ensimismamiento, de su parálisis política y legislativa. Lo otro, las discusiones bizantinas sobre la naturaleza de la nación catalana, dejémoslas que siga cociéndose en libros y debates al igual que ha acontecido a lo largo de décadas. El ritornelo ‘nación’ fatiga tanto como el discurso victimista del nacionalismo… Pero es con lo que hay que lidiar. Hagan política y buena gestión, porfa.

11.12.19

10.12.19

CONGRESOS...




SOCIALISTAS IN CONCERT

 Observen el fenómeno, en el mapa político catalán poco queda de lo que hubo en los últimos veinte años. Lo que sigue ahí sobrevive modificado, con talante distinto y discursos más ajustados a los nuevos tiempos. El ‘Procés’ se ha llevado por delante a Convergencia, a Unió democrática, a la vieja Iniciativa, al PP, ha propiciado una nueva ERC y encumbro a Ciudadanos. Nada es como era en el patio político catalán. Incluso el PSC, para seguir caminando airoso, tuvo que sacarse de encima algunos callos y espolones de los pies. El socialismo catalán, contra pronóstico, ha resistido mejor que nadie los avatares del destino y se dispone a celebrar un congreso, aparentemente de trámite, pero no exento de importancia política. Previsiblemente el partido seguirá comandado por el tándem de la doble ‘I’, Iceta e Illa, con el concurso de una Eva Granados siempre atenta a las problemáticas sociales y las políticas de bienestar. Propios y extraños ven en Miquel Iceta al dirigente más idóneo -no solo por capacidad intelectual sino también por talante- para capitanear una etapa que no va a estar exenta de sobresaltos y necesidad de acuerdos básicos. He ojeado en su web la ponencia marco que se debatirá en el conclave. Es sugerente. Disecciona no solo la situación política catalana sino también todo aquello que ocurre en este mundo globalizado. Detecta las pulsiones populistas de derechas e izquierdas, alerta sobre el auge de los extremismos, muestra su preocupación por los temas de violencia de género, el deterioro del medio ambiente y los derechos individuales… Todo previsible y nada que objetar al respecto. Aunque todos sabemos que entre la letra escrita y la acción política hay un trecho que es preciso recorrer. También sabemos que las viejas recetas, tanto de la socialdemocracia como de los liberales y conservadores, no pasan por su mejor momento y la fragmentación política es una realidad. Analizar y disertar acerca de lo que ocurre y le conviene a la sociedad es tan importante como conseguir los ‘artesanos’, los ‘artistas’ sociales capaces de modelar nuevas figuras, nuevos estilos y nuevas ilusiones. Ya ven, muchos han caído por el camino y el PSC de Iceta continúa su senda. Lo hace arropado por una historia política centenaria. No obstante, permítanme pecar de reduccionista. A mi entender, visto el panorama general, lo más relevante de este congreso es que el socialismo catalán va a seguir comandado por un primer secretario con una predisposición natural al acuerdo y al pacto. Y eso hoy, en este país, deviene fundamental para recuperar la concordia. Reconozco que los grandes temas de fondo son importantes, transcendentes y merecen debate; claro que sí, pero ni están al alcance del PSC ni pueden ir más allá de una declaración de buenas intenciones. Lo otro, quizás sí.

RIBÓ EL ETERNO

'HERIBERT' RIBÓ




De un tiempo a esta parte parece que ya nadie es quién era. Todo es tan volátil que el de izquierdas aparece a la derecha y los de derechas sacan la cabecita por la ventanilla de la izquierda. Tiempos líquidos que diría el pensador. Tiempos de cambio y zozobra que diría un sociólogo a la búsqueda de respuestas a tanta mutación. Algunos analistas sostienen que muchos votantes deciden el sentido de su voto al entrar en el colegio electoral. Quizás si, quizás esta sea la característica de un tiempo preñado de cambios profundos y fragmentación sin parangón. Pero donde la cosa riza el rizo es en las palabras proferidas por la boca de algunos de los grandes ‘instalados’ en el pesebre catalán. Dicen que Rafael Ribó viene de de aquella izquierda crítica y justiciera que intentaba devolver a la ciudadanía el orgullo de vivir en democracia camino de conseguir mayores cotas de justicia social. Dicen, dicen, dicen… Lo dudo. Oír a Ribó ante Cuní justificar listas de espera y un funcionamiento anómalo, o deficitario, de la sanidad pública catalana a causa de los que vienen de otras comunidades no es de recibo, es una canallada. Si, una canallada que le iguala a aquellos xenófobos que gritan: ¡Primero los de aquí!. Una canallada que le alinea con las tesis que en su día defendió un Heribert Barrera que poco tenia de izquierdas y si mucho de racista. Es un secreto a voces, últimamente Ribó se ha caracterizado por unos posicionamientos políticos, y unos informes como Síndic de Greuges, que nada tiene que ver con la imparcialidad que se le supone al cargo que ocupa. La deriva nacional-conservadora del viejo comunista no tiene fin. Por cierto amarrado a una poltrona con cargo caducado y con demasiado trasiego viajero sin justificar convenientemente..

2.12.19

APESEBRADOS




EL PESEBRE CATALÁN 

Cataluña tiene un problema de pesebre. No se inquieten, no voy a hablarles de ese amasijo de cajas, trastos viejos, jesusitos y vírgenes María que se han dado cita en la plaza Sant Jaume de Barcelona. Algunos califican lo expuesto, para solaz navideño de los barceloneses, como una genuina obra de arte moderno. Un servidor es tan ignorante que prefiere no opinar al respecto, doctores tiene la Iglesia. Eso sí, nada que ver ese belén con el que san Francisco de Asís montó, con solo animales, en la ermita de Greccio, allá en el Lacio. Ha llovido mucho desde entonces. Los franciscanos consolidaron la tradición en tierras italianas y, como es sabido, la moda llegó a España a medianos del siglo XVIII cuando el Borbón Carlos VII de Nápoles -Carlos III para los hispanos- facilitó su difusión por nuestros pagos. Se conoce también como pesebre aquel recipiente de piedra, madera o barro donde comen los animales. Pues bien, insisto, Cataluña tiene un serio problema de pesebre y de apesebrados. Hay gente instalada junto al abrevadero a los que no les interesa salir del conflicto permanente del Procés porque viven de él, o gracias a él. Los hay que ejercen de escribas a sueldo, los hay incrustados en el mundo de las instituciones, los hay que laboran de ‘intelectuales’ a tiempo parcial, los hay que ejercen de bufones en los medios del régimen, los hay que hacen negocio o cultivan el ego… Y eso se aprecia cuando alguien mueve pieza proponiendo diálogos para salir del atolladero. Hay tanto cortesano al servicio de los que les auparon que, si se tercia, están dispuestos a servir de camicaces; hay tantos estómagos agradecidos sin ideología que son capaces de mandar el país al garete con tal de seguir en el poder. Expertos en crispar, e inventar agravios y nuevas exigencias, los apesebrados moverán cielo y tierra para que el denominado conflicto catalán devenga perpetuo. Un país que confíe su porvenir a un puñado de fabricantes de engaños enchufados a la ubre del poder es un país acabado.