El blog d'en Joan Ferran

26.11.23

NUEVO GOBIERNO

 

‘SEÑAL’ HEREU



 Jordi Hereu ha aterrizado plácidamente en el Ministerio de Industria. Ha llegado desde la órbita del Hispasat; sí, de esa empresa operadora y proveedora de servicios de telecomunicaciones por satélite. Lo hace a las puertas de una época del año, la Navidad, en la que las señales que vienen del cielo tienen su importancia. Según algunos astrónomos fue la estrella conocida como ‘Sirius’ en latín, ‘aquella que brilla’, la que guió a los Reyes de Oriente hasta Belén. La misma estrella que a lo largo de los siglos utilizaron los marinos del hemisferio norte para orientarse durante la noche. La presencia de Jordi Hereu en el gobierno de España no obedece a un aviso del cielo, tampoco a una conjunción de los astros. Ahora bien, su entrada en el ejecutivo de Sánchez, como la permanencia en el mismo de Nadia Calviño, son el anuncio -la señal- de que se acabó la época de las improvisaciones y las estéticas huecas. Ambos ministros apuestan por la creación de un clima político propicio para los negocios. El ex alcalde se enfrentará en esta legislatura a la aprobación de una ley reguladora del sector industrial y a la gestion de las ayudas públicas destinadas a empresas estratégicas. Deberá para ello tejer consensos y complicidades con todos los sectores de su ramo; en este sentido la creación de una Secretaría de Estado de Industria deviene vital. Hereu, buen conocedor de la situación económica y laboral de Cataluña, sabe que el sector del automóvil estará muy pendiente de sus decisiones.
Publicado en 20 minutos

20.11.23

LA FIEBRE DEL MÓVIL

 

TRAS EL MÓVIL 


 Suena bien esa propuesta que emana de la Comisión de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, que solicita al Govern de la Generalitat establecer un mayor control sobre el uso de los teléfonos móviles en los centros escolares. Algunos estudios cuentan que en nuestro país siete de cada diez menores disponen de un móvil desde los 11 años de edad y, que uno que de cada tres está conectado varias horas al día a las redes sociales. Creo que la petición del consistorio recoge el sentir del movimiento de padres y madres originado en el barrio del Poble Nou y que ya se ha convertido en un fenómeno social en toda España. El tema preocupa a las familias y éstas necesitan, y reclaman, que el sistema educativo les eche una mano. No se trata de establecer prohibiciones gratuitas, ni anatemizar internet o las redes sociales; se trata de consensuar pautas generales para lograr que los más jóvenes estén convenientemente informados de los riesgos que comporta el uso inadecuado de los dispositivos electrónicos. El debate está servido, la sociedad civil se mueve y eso es bueno. Trabar relaciones y objetivos comunes entre padres y madres de distintas comunidades es edificante. Hay incluso quien propone impulsar una iniciativa legislativa popular para que el tema llegue al Congreso de los Diputados. Me alegra comprobar que estamos activos, que no todo el mundo se oculta en su zona de confort, que hay personas dispuestas a organizarse en defensa de una idea. Tras el móvil hay movida.
Publicado en diario 20 Minutos

10.11.23

SABEMOS QUIEN AGITA LA CALLE.

 

LO ESPONTÁNEO


 Hay quien sostiene con cinismo que tras las manifestaciones violentas y los altercados de estos últimos días no hay nada ni nadie, que los instigadores no existen. Algunos incluso intentan vendernos que el ruido callejero es consecuencia de la ‘espontaneidad de las masas’, que el asedio a las sedes de partidos es fruto del azar y que la violencia verbal es legítima. Este fin de semana el Partido Popular ha convocado manifestaciones y concentraciones contra la non nata Ley de Aminstía en todas las capitales de provincia de España. Nada que objetar al respecto, si estas transcurren en orden y sin incidentes. Ahora bien, lo lógico sería -si el PP se considera un partido de gobierno- que su oposición a la norma se desarrollara en el ámbito institucional y no sobre el asfalto. No vean en esta observación un intento de limitar la libertad de manifestación, nada de eso, sino más bien una invitación a destensar la calle y bloquear a los alborotadores. El ciudadano no es tan ingenuo como algunos creen. Sabe que en política nada acontece por generación espontánea, que tras las pancartas y las algaradas hay instigadores a los que, muchas veces, se les escapan las cosas de las manos. Tras los incidentes de la calle Ferraz las movilizaciones convocadas por Nuñez Feijóo serán observadas con lupa. Simbología, consignas, gritos y banderas van a estar sometidas, como es obvio, a la prueba del algodón democrático. Ojo avizor pues, no sea que a los ‘espontáneos’ les de por participar.
Publicado en diario '20 minutos'

6.11.23

SON ASÍ

 

INOCENTES ANALOGÍAS 


 Los centenarios sirven para rememorar momentos del pasado y también, por qué no, para establecer analogías con el presente. Se cumplen cien años del golpe de estado que protagonizó el general Miguel Primo de Rivera con la aquiescencia del rey Alfonso XIII. Hace un siglo un manifiesto, el del 13 de septiembre, anunció al país la disolución de las Cortes, el cese de muchos funcionarios y cargos públicos y el inicio de una etapa de mano dura para garantizar el orden público. Precisamente hoy, 31 de octubre, se cumplen ciento un años del la marcha sobre Roma protagonizada por las milicias fascistas de Benito Mussolini. Dos momentos de la historia que nos permiten diseccionar el pasado a la búsqueda de similitudes, o prácticas, que aun son empleadas sin rubor por actores políticos contemporáneos. Cuenta el doctor en ciencias políticas y autor de una excelente biografía sobre Miguel Primo de Rivera, Alejandro Quiroga, que el dictador fue el primer líder político en utilizar de forma sistemática un discurso populista desde el poder. Hizo bandera de la antipolítica, habló de ‘casta’, falseó la realidad e incorporó a su discurso grandes dosis de nacionalismo. La propaganda del régimen procuraba crear alrededor del general una imagen de líder carismático. Utilizó para ello los medios de comunicación más vanguardistas de su tiempo: la radio, el cine, multitud de publicaciones locales e incluso una agencia de publicidad le sirvieron de instrumento. Fundó un periódico, ‘La Nación’, y elaboraba ‘Notas Oficiosas’ de obligada publicación. Si bien el concepto populismo es ambiguo a la hora de definir movimientos, partidos e ideologías, la utilización de los medios de comunicación en ‘modo populista’ -salvando las distancias en el tiempo- permiten alguna que otra analogía. El pujolismo primigenio y sus epígonos después han utilizado a lo largo de décadas los medios de comunicación de la Generalitat para crear sentimientos identitarios y blindar el Govern de la Generalitat. No en vano el ex conseller de ERC, Joan Manuel Tresserres, insistía en el rol constructor de la nación catalana asignado a TV3 y Cataluña Radio. Jordi Pujol llegó a dictar las preguntas y respuestas de sus entrevistas a algunos periodistas que aun estan ejerciendo la profesión. En 1923 el Marqués de Estella interiorizó que la propaganda oficial, los medios de comunicación y las ceremonias patrióticas infundían legitimidad a las instituciones. Cien años después mucho ha cambiado en este país pero no lo suficiente. Los medios de la CCMA aun difunden el universo simbólico del nacionalismo catalán y magnifican sus actividades programadas. Hace un siglo el golpista Primo de Rivera que decía hablar en nombre del pueblo, señalaba un enemigo a abatir, manipulaba la historia, se escudaba en la bandera y fundaba un partido instrumental (UP). Alguien podría llegar a pensar que en el movimiento-partido de Carles Puigdemont curiosamente se concitan todos los elementos anteriormente señalados. Tómense el caso como una analogía rebosante de inocencia. El escritor Antonio Scuratti narra con todo tipo de detalles la Marcha sobre Roma de los camisas negras fascistas a finales de octubre de 1922. Retrata rituales, simbología, consignas y describe la atmósfera del momento. A Benito Mussolini le gustaba teatralizar los movimientos y acciones de sus fieles empleando el fuego como elemento atemorizador, mágico y emocional. Años más tarde Adolf Hitler haría lo mismo intentando conseguir un efecto místico, una embriaguez colectiva. Cuesta comprender como esta practica tenebrosa de las antorchas, propia de rituales fascistas, ha conseguido instalarse en el modus operandi de algunas formaciones y partidos que se consideran serios y democráticos. Pienso en la ANC, la CUP, Junts o ERC. Recientemente, en la ciudad de Barcelona, se celebraron marchas de antorchas y en ellas no faltaron los incidentes, insultos, agresiones y silbidos. Lo que para algunos es ‘una expresión popular y colectiva de reivindicación nacional’ para muchos ciudadanos es un acto intimidatorio. Los historiadores han polemizado acerca de los contactos entre dirigentes del independentismo catalán de los años treinta con prohombres del fascismo italiano. Eso es historia a estudiar me diran; cierto, pero un desfile de antorchas en noche cerrada da que pensar; otra analogía pergenada desde la inocencia de un humilde observador. Cien años no es nada si la bicha es fea.