SÍSIFO Y LOS POLIS
Para el recuerdo quedan las mini vacaciones de Semana Santa. Regresamos a nuestros quehaceres cotidianos sabiendo que los problemas siguen ahí, que las cosas no se solucionan por arte de birlibirloque. Arrastramos una piedra pesada por la empinada ladera de la justicia, como Sísifo en la mitología griega, pero antes de llegar a la cima la roca vuelve a caer, y así una y otra vez. ¿Les recuerda eso el problema de la reincidencia? Nuestros juzgados están saturados. Este último año se han incrementado los delitos en la ciudad de Barcelona más de un 8% mientras las detenciones lo hicieron un 23%. Las policías cumplen con su labor. Los juicios rápidos por delitos leves, como los hurtos que no pasan de 400 euros, se están ejecutando a nueve meses en Cataluña cuando la ley establece un plazo de siete días. Este tipo de retrasos impide que los jueces apliquen la agravante de multirreincidencia, para ello se requieren sentencias firmes que se demoran casi dos años en llegar. La sensación de inseguridad que inquieta a los ciudadanos está motivada, sobre todo, por los hurtos de poca monta, que suponen el 48% de los delitos cometidos. Mercadillos ambulantes, centros comerciales, aeropuertos, metro y autobús son el escenario preferido de los reincidentes. Urge reaccionar de nuevo vía Código Penal. Nuestras policías trabajan bajo una variante del síndrome de Sísifo -un quiero pero no puedo profesional- provocado por un exceso de trabajo y la escasa efectividad protectora del mismo.